Un tesoro mexica en San Francisco

El calendario azteca que da la bienvenida al módulo de CCSF en la Misión es el más grande en el mundo

Mazatzin Casas Acosta, experto en el calendario azteca en la Bahía de San Francisco, frente al signo que da la bienvenida al CCSF campus Misión.

Mazatzin Casas Acosta, experto en el calendario azteca en la Bahía de San Francisco, frente al signo que da la bienvenida al CCSF campus Misión. Crédito: Suministrada

SAN FRANCISCO.— Esta ciudad portuaria alberga distintos íconos anhelados por fotógrafos o turistas internacionales: el Golden Gate, la Pirámide Transamérica, la isla de Alcatraz, el vecindario de Chinatown o el conjunto de casas victorianas conocidas como las “Painted Ladies” [Mujeres Pintadas]. Pero hay en esta metrópoli una estampa quizá menos popular, pero no menos importante: la réplica más grande en el mundo del llamado Calendario Azteca.

Con poco más de ocho metros de diámetro, este Tonalmachiotl —lengua náhuatl para cuenta de los días— está expuesto sobre la entrada al CCSF [Colegio de la Ciudad de San Francisco] campus del barrio de la Misión [1125 Valencia Street], elaborada por dos artistas de Tucson, Arizona: Alex Garza y Carlos Valenzuela, con cerca de 700 azulejos de cerámica teñidos en su mayoría en color azul brillante y tonos rojizos.

Desde 2008 distintos grupos de danzantes mexicas —organizados en calpullis distribuidos por Estados Unidos— celebran en este sitio el Año Nuevo Mexica, que en este 2013 ocurrió el 12 de marzo, desde las seis de la tarde hasta medianoche.

La ceremonia, liderada por el reconocido estudioso del calendario azteca en el Área de la Bahía, Mazatzin Casas Acosta, en plena calle Valencia y con resguardo policiaco, sirvió para brindar un homenaje a la vida de Ernesto Xe Acosta al ritmo de danzas tradicionales como Cuauhtli, Mázatl o Tezcatlipoca, y con el movimiento de las plumas de los copilis —también conocidos como penachos— sacudiendo entre los concurrentes el espeso aroma del copal.

Ernesto Xe Acosta —hijo de Mazatzin y estudiante en CCSF— falleció en San Francisco a causa de un ataque con arma de fuego la madrugada del 10 de febrero de este 2013 en las cercanías del parque Álamo, hasta ahora sin avances en las investigaciones de la SFPD, según confirmó el propio Mazatzin.

“Celebramos la vida de mi hijo, porque no la vivió en vano, ni su regreso a la naturaleza será en vano… todavía faltan los avances de las investigaciones”, comunicó Mazatzin a El Mensajero.

Xóchitl Moreno, amiga de Xe Acosta y organizadora del Año Nuevo Mexica en San Francisco —antes coordinadora junto con Xe—, recordó que tanto él, como Mazatzin, le cambiuaron la vida.

“Xe era súper dedicado a compartir sus conocimientos del calendario azteca con toda la comunidad”, eso será extrañado y reconocido, dijo Xóchitl.

El otro calendario

El 12 de marzo de 2010 la Junta de Supervisores y la ciudad de San Francisco declararon dicho día el “Primer Año Nuevo Mexica y cada año posterior a partir de esta fecha, con excepción de los años bisiestos, que será celebrado el 11 de marzo”, dice la proclamación firmada por el supervisor David Campos.

Pero “lo más importante es que aprendamos a usar el calendario”, propuso Mazatzin.

A partir de esta iniciativa impulsada por Mazatzin y su organización “Aztekayolokalli, La Casa del Corazón Azteca”, el Año Nuevo Mexica fue proclamado como oficial, también en San José. No sólo en California: “En Arizona, el lugar más racista ahorita, dicen, es oficial en tres ciudades: Tucson, Mariposa y otra”, expuso el guía mexica. No queda ahí, este año planean proponerlo en otras ciudades de Estados Unidos para que sea reconocida no sólo la fecha, sino la base científica del calendario azteca.

Consultado por personal de CCSF en 2007, rememoró Mazatzin, el instituto encontró resistencia en la comunidad latina del vecindario, pues argumentaban que el calendario azteca era demasiado regional y no incluía la diversidad inmigrante en San Francisco. “A mí me consultaron porque fui a dar un taller del calendario”, explicó. “Les dije, no es una cuestión de indígenas ni de aztecas ni de mayas ni toltecas ni de mexicanos, es una cuestión del ser humano en una relación con la madre tierra al ritmo del cosmos, y eso es todo lo que es”.

“Cada pueblo tiene su calendario, como el chino o el judío o el gregoriano”, resaltó Mazatzin en una conversación. “Y cada pueblo inicia el año cuando le da la gana o lo que le convenga, depende dónde estén. Y para nuestro pueblo había una cosa muy importante, que era esto: que siempre estuviera el sol directamente sobre lo que hoy es la Ciudad de México —antes Meshico Tenochtitlan—, en un día Ollin (de Movimiento) ese día el sol siempre está sobre la Ciudad de México”.

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