En Livermore, una amenaza global

Para los residentes del Este de la Bahía, Corea no queda tan lejos, pues ahí opera un laboratorio nuclear donde hubo protestas públicas con ciudadanos arrestados

Frente a soldados estadounidenses, los manifestantes —incluido un invidente— en contra de la actividad nuclear en Livermore.

Frente a soldados estadounidenses, los manifestantes —incluido un invidente— en contra de la actividad nuclear en Livermore. Crédito: Fernando Andrés Torres / El Mensajero

LIVERMORE.— Más de 200 personas de distintas denominaciones religiosas se reunieron este pasado Viernes Santo frente al laboratorio nuclear de Livermore, en una marcha pacífica para la abolición de las armas nucleares.

Denominado con el título del último libro escrito por Martin Luther King Jr. “Adónde vamos: El Caos o la Comunidad”, el evento concluyó con el arresto de 37 manifestantes que bloquearon la entrada al laboratorio, incluida una persona invidente que fue arrestada con su ayudante.

Según la organización Tri-Valley CAREs, (Comunidades Opuestas al Medio Ambiente Radioactivo, su traducción al español), desde 1952 el laboratorio ha usado grandes cantidades de plutonio, el elemento radioactivo principal para la fabricación de armas nucleares. Este material ha sido encontrado en el aire, en el suelo de parques públicos y en el lodo residual de las plantas de aguas servidas en esta ciudad localizada en el condado de Alameda, al Este de la Bahía.

CAREs, fundado por residentes de los tres valles más importantes de la zona; Amador, Livermore y San Ramón, informó que en 2005 el Departamento de Energía de Estados Unidos incrementó el límite de almacenamiento de plutonio del laboratorio, a más de 3,000 libras (1,360 kilos o poco más de una tonelada), cantidad suficiente para fabricar 300 bombas atómicas.

Amenaza global

Las armas nucleares son un problema global y “la principal amenaza para la existencia a nivel planetario”, dijo Marcia Campos, una reconocida activista y voluntaria del Western States Legal Foundation (WSLF). “Después de la guerra nuclear no hay nada, no hay mar, no hay nada más”, dijo. La organización WSLF surgió del movimiento en contra de la energía y las armas nucleares. Fue fundada en 1982 para proporcionar asistencia legal a los activistas por la paz y la protección del medio ambiente.

La reunión del viernes 29 de marzo, dijo Campos, “tiene que ver con la Teología de la Liberación, que es el Cristo de carne y hueso, el Cristo que vive en todos nosotros. Es el evangelio que frente a la crucifixión quiere crear vida. En esta protesta convergen judíos, budistas, cristianos, de varias denominaciones que arriesgan su seguridad y traspasan la zona protegida para ser arrestados. Esto es un gran sacrificio, después de enfrentar a la policía militarizada, tienen que pagar una multa, tienen que ir a la Corte”.

Para la abogada Silvia Brandon Pérez, es necesario crear “una cultura de paz. Si Jesús estuviera aquí, este Viernes Santo, hoy estaría preso en Guantánamo, porque Jesús fue un gran revolucionario, un carpintero, un hombre maravilloso que lo crucificaron. Ya el tiempo se nos está yendo. Estamos usando uranio empobrecido que está creando problemas en los genes de las personas y después nacen niños con defectos. El planeta es un regalo que se nos dio y no lo estamos respetando”.

Brandon Pérez —quien interpretó canciones latinoamericanas mientras los manifestantes eran detenidos— trabaja con un grupo de iglesias y una sinagoga en la organización South Hayward Parish. “Tenemos que apretarnos los cinturones y luchar, especialmente por nuestros hijos y nietos”, propuso.

En el trayecto de la marcha, que comenzó en las intersecciones de Vasco y Patterson, se instalaron estaciones con activistas que explicaban las distintas causas. En una de ellas estaba Vivian Zelaya, de la organización cristiana ecuménica Amigos de Sabeel,que a través de la no violencia y la educación, vela por la justicia y la paz en Tierra Santa.

“Wadi Foquin es uno de los varios pueblos pequeños en los territorios ocupados de Palestina, que están encarcelados por la muralla y los nuevos asentamientos israelitas. Muchos niños se encuentran detenidos hasta que tengan la edad suficiente para ser condenados. La contaminación de las aguas hace imposible el cultivo y las casas están siendo destruidas”, expuso Zelaya.

Los latinos tenemos Tlatelolco

Marcia Campos saludó la presencia de latinos en la protesta y les recordó: “Tenemos en nuestro historial una América Latina libre de armas nucleares gracias al Tratado de Tlatelolco, que por primera vez establece una zona desde México hasta la Patagonia libre de armas nucleares”, informó.

El Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, conocido como el Tratado de Tlatelolco, fue propuesto por el presidente mexicano Adolfo López Mateos en 1967. Los países signatarios establecieron la desnuclearización del territorio latinoaméricano, como el caribeño.

Explicó Campos: “De acuerdo a varios estudios, Livermore es uno de los sitios más contaminados de la nación estadounidense. El Área 300 es una vasta extensión del laboratorio, con más de 7,000 acres (alrededor de 2,800 hectáreas), donde se experimenta con detonaciones controladas. Las zonas aledañas al laboratorio, como Patterson y Tracy, han sido afectadas notablemente por la contaminación. En esos lugares la población latina es considerable.

“Si hay una guerra nuclear con Corea, no sólo afectará esa zona, sino que las armas nucleares terminan afectando a todo el planeta. La radiación es la muerte lenta, ataca al medio ambiente, es la muerte lenta, generacional”, advirtió Campos.

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