Grupos proinmigrantes satisfechos con aprobación de reforma

Sin embargo, expresaron su preocupación por el plan de vigilancia fronteriza que incluye el proyecto, que ahora debe pasar a la Cámara baja

Miembros de "United We Dream" salen del Senado tras la votación.

Miembros de "United We Dream" salen del Senado tras la votación. Crédito: Antonieta Cádiz / La Opinión

Washington – Grupos de activistas proinmigrantes calificaron hoy de “histórica” la aprobación en el Senado por 68 votos a favor y 32 en contra de la reforma migratoria, aunque expresaron su preocupación por el plan de vigilancia fronteriza que incluye el proyecto, que ahora debe pasar a la cámara baja.

“Es un momento histórico, extraordinario”, resumió a Efe Gustavo Torres, director ejecutivo de CASA de Maryland.

El desafío “bien grande” es lograr ahora el apoyo de la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, a la reforma migratoria, según Torres, quien no obstante mostró su confianza en que la ley saldrá adelante entre septiembre y octubre.

Unos 80 activistas de CASA de Maryland presenciaron en directo la votación de hoy en las galerías del Senado con gritos de “Sí, se puede”, el lema de la campaña del presidente Barack Obama en 2008.

“Un camino real a la ciudadanía que mantenga unidas a las familias ha sido respaldado por 68 senadores en una votación histórica”, dijo Kica Matos, portavoz de la coalición Movimiento para una Reforma Migratoria Justa (FIRM), que agrupa a las mayores organizaciones de derechos básicos de los inmigrantes.

No obstante, Matos indicó que el proyecto de ley avalado por el Senado “no es perfecto” porque incluye “una militarización sin precedentes” de la frontera con México.

Hoy “el Senado ha reconocido finalmente que nuestro sistema de inmigración está roto y ha votado para crear un camino a la ciudadanía para millones de personas”, afirmó por su parte Marielena Hincapié, directora ejecutiva del Centro Nacional de Leyes de Inmigración (NILC, en inglés).

Para Hincapié, la preocupación “más profunda” ahora es que la Cámara de Representantes rechaza el proyecto aprobado por el Senado por no ser lo suficientemente “duro”.

Al igual que Matos, Hincapié opinó que con la enmienda sobre la seguridad fronteriza el proyecto “dio un giro caro e innecesario a la derecha”.

En la misma línea, la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (NALEO, en inglés) expresó su preocupación por el “impacto negativo” que puedan tener en las comunidades fronterizas medidas como la duplicación del número de agentes.

“Los votantes latinos, que generaron el impulso de cambio en este debate, se acordarán de esta votación”, comentó la presidenta del Consejo Nacional de La Raza, Janet Murguía, para quien la pregunta ahora es si la cámara baja se sumará al “progreso”.

Mientras, la Agenda Nacional de Liderazgo Hispano (NHLA) consideró que aunque la aprobaba hoy “no es la legislación perfecta” recoge muchos de los aspectos que la comunidad latina “ha buscado desde hace 25 años”.

La reforma negociada por el “Grupo de los Ocho” -cuatro senadores demócratas y cuatro republicanos- condiciona la legalización de los indocumentados a la seguridad fronteriza; incrementa drásticamente la vigilancia en la frontera con México, y establece medidas para controlar futuros flujos migratorios.

Entre otros elementos, exige a los indocumentados que cumplan con varios requisitos que primero obtengan un permiso temporal y luego esperen hasta 13 años para conseguir la residencia permanente y eventual ciudadanía.

El trámite sería más rápido para estudiantes indocumentados que vinieron a EEUU siendo menores y para los trabajadores agrícolas.

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