Niños en México van a clases con libros llenos de errores
MÉXICO.- Los niños mexicanos regresaron el hoy a clases, donde ya aprendieron una lección: No creer todo lo que leen en sus propios libros de texto que reciben del Estado.
Sus nuevos libros -entregados gratuitamente por el gobierno- están llenos de errores que se supone que los alumnos deben aprender a no cometer, como faltas de ortografía, gramaticales y de puntuación y al menos una ciudad ubicada en el estado incorrecto.
Los errores son una vergüenza nacional en medio de una planeada reforma al muy criticado sistema de escuelas públicas del país.
Los maestros recibirán una hoja para tratar de corregir manualmente al menos 117 errores que la Secretaría de Educación Pública ha reconocido que encontró después de que imprimió 235 millones de libros de educación primaria.
“No se vale. Los niños son muy perceptibles. De primera instancia ven el error y ellos se quedan con el error”, dijo Edith Salinas, una diseñadora gráfica que habló luego de dejar a su hija en la escuela donde estudia el sexto grado de primaria.
Emilio Chuayffet, secretario de Educación Pública, ha calificado los errores de “imperdonables” pero culpa al gobierno anterior por los errores y dice que tuvo que enfrentar el problema de escoger entre detener la impresión de los libros con errores para corregirlos, o asegurar que los 26 millones de escolares del país tuvieran libros de texto al comienzo de las clases.
Anteriormente este mes, Chuayffet prometió investigar quién fue responsable de los errores. También dio a la Academia Mexicana de la Lengua la tarea de revisar los libros de texto para que las ediciones futuras no tengan errores.
“¿Cómo vamos a formar un pensamiento correcto con errores ortográficos?”, dijo cuando firmó el acuerdo con la Academia.
Sin embargo, a pesar de las críticas de Chuayffet, su secretaría ha sido menos transparente sobre el problema y no ha dado a conocer los errores al público, ni siquiera a los miembros de la Academia de la Lengua.
El blog noticioso Animal Político hizo una revisión independiente y encontró palabras mal escritas y falta de acentos o acentos mal colocados. Hay palabras escritas con “c” en lugar de “s”, confusiones comunes que suelen atribuirse a una falta de educación. También se encontraron demasiadas comas y palabras sin los acentos correctos.
Un texto de geografía indica que la ciudad turística de Tulum, en el Caribe, está en el estado de Yucatán, en vez de Quintana Roo, señaló el blog.
Karina Said llevó a su hijo a la escuela para su primer día del quinto grado de primaria el lunes y dijo que las madres reunidas en la puerta se quejaban de los errores.
El escándalo estalló a mediados de año y la retórica ha subido de tono este mes cuando los maestros se han lanzado a la calle para protestar por una profunda reforma al sistema educativo que los someterá a evaluaciones y reducirá el control del sindicato sobre la contratación y despido de maestros.
El presidente Enrique Peña Nieto envió la semana pasada un paquete de reglas sobre la implementación de la ley de educación que se aprobó en febrero.
Los maestros, molestos, respondieron bloqueando varias grandes avenidas de la capital y causando enormes embotellamientos a la hora de más tráfico. El sindicato prometió más acciones si los legisladores aprueban leyes que obligan al despido de maestros que no tomen o aprueben los exámenes de evaluación.
Observadores políticos dicen que el escándalo de los libros de texto es sólo la señal más reciente de la debilidad del sistema educativo México.
Sólo 47 por ciento de los escolares del país se gradúan de secundaria. El país gasta una porción mayor de su presupuesto en educación que cualquier otro país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, de 34 naciones, pero tiene los peores resultados en los exámenes estandarizados.
Los expertos dicen que muchos maestros no están debidamente calificados y bajo las reglas antiguas han podido comprar y vender sus plazas, que son relativamente bien pagadas en las zonas rurales del país.
Al mismo tiempo, los maestros señalan varios problemas en los que no tienen ninguna responsabilidad: clases de hasta 40 alumnos, un currículo que promueve el aprendizaje por repetición en vez de la participación y la falta de fondos estatales para el mantenimiento de las escuelas.
Y ahora los maestros pueden agregar los libros de texto a su lista de quejas.
Desde finales de la década de 1950, la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos ha imprimido millones de libros de lectura obligatoria para las escuelas tanto públicas como privadas.
Correctores de estilo independientes que ganan menos de 250 dólares al mes no detectaron los errores en los nuevos textos, dijo Joaquín Díez-Canedo, presidente de la Comisión.
“Si suena el teléfono, o tiene ganas de ir al baño, se distrae, se te puede pasar una palabra”, declaró al diario Milenio.