Christian Castro: “Soy anti romántico”

El cantante mexicano asegura que no quedó nada contento con el disco tributo a José José, y que incluso hicieron que pareciera una imitación

Christian Castro rompió con Universal Music por las diferencias en el disco tributo a José José.

Christian Castro rompió con Universal Music por las diferencias en el disco tributo a José José. Crédito: AP

Cristian Castro ha vuelto a su casa, es decir, a Sony Music. Lo que se traduce en el regreso a un modo de manejarse con la prensa que remite a otros tiempos, pero que a él le funciona.

Dejó Universal Music en medio de un escándalo solapado a raíz de las discrepancias por la producción del disco en homenaje a José José que si bien tuvo buen nivel de ventas, no dejó conforme al cantante.

Se sabe que el hijo de Verónica Castro y el comediante Manuel “El Loco” Valdez no acierta muchas veces a discernir entre el discurso público y el privado y a menudo “mete la pata”, como cuando en Miami le dijo a una periodista de una agencia internacional que el disco que había hecho para honrar el talento del intérprete de “La nave del olvido”, no era de su agrado.

“Dejaron las canciones en donde más me parecía a él, como si lo imitara”, se quejó, abriendo una grieta insanable con su disquera.

Razón no le faltaba. Porque aun cuando los puristas lo acusaron de imitar a José José, hay que decir en su descargo que no muchos cantantes pueden darse el lujo de parecerse al príncipe de la canción mexicana.

Hacía más de cinco años que no ofrecía una conferencia de prensa en su país.

Uno quisiera pensar en este contexto que muchas de las cosas por las que es conocido Castro no le hacen justicia a su enorme talento y que el propio cantante hace demasiado por dar vuelta esa imagen que en México llega hasta la cruel parodia en forma constante.

El mejor cantante en su género

Pocos mexicanos se niegan a admitir que el intérprete nacido el 8 de julio de 1974 es, por lejos, uno de los mejores o directamente el mejor cantante en su género. Y si hacemos hincapié en el carácter nacional de ese rechazo, es porque la crítica o la indiferencia no se replica en otros países del continente.

En Argentina, por ejemplo, Cristian es admirado no sólo por los cultores del género pop que él representa, sino también por rockeros contumaces como Andrés Calamaro, Vicentico o Gustavo Cerati, quien cada vez que venía a nuestro país se juntaba a comer con el intérprete de “Azul”.

En cierto modo, Cristian Castro paga en su país de origen los pecados y milagros de sus progenitores, los aciertos y desaciertos de toda su parentela, incluida ahora la Primera Dama, quien durante mucho tiempo fue su tía política.

También está preso sin quererlo de un modelo de artista y de temática que poco concilia con lo que podría denominarse canción de autor. Al fin y al cabo, el artista pronto cumplirá 40 años, hace tiempo que viene transitando con un éxito rutilante el rumbo más comercial del pop.

Por otro lado, México no es Brasil, un país clave en la música continental y donde las barreras entre los cantantes masivos y los underground prácticamente no existen.

Arrigo Barnabé o Hermeto Pascoal pueden cantar con Daniela Mercury o So pra contrariar, por citar un ejemplo, y va de suyo que el gran Caetano Veloso ha sido siempre el gran defensor de Roberto Carlos, un artista popular que a estas alturas, también es cierto, no hace falta ser defendido por nadie.

Entre lo bueno está sin duda está su condición de artista masivo y popular. Todo lo que hace tiene éxito y su presencia concita interés tanto de los fans como de los medios.

Entre lo dificultoso está la imposibilidad de verlo distinto, incluso de que él, tal vez falto de un background cultural más sólido, pueda realmente vislumbrarse como el artista genial que es.

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