Una vida mejor para los latinos

Es importante asegurar que nuevos inmigrantes tengan las mismas oportunidades que el resto de la población

Los trabajadores latinos en ocasiones carecen de derechos básicos en sus lugares de trabajo.

Los trabajadores latinos en ocasiones carecen de derechos básicos en sus lugares de trabajo. Crédito: Archivo / AP

Laboral

Durante la convención cuatrienal de la AFL-CIO en Los Ángeles, la cual concluyó la semana pasada, conocí a trabajadoras del hogar, lavadores de coches, jornaleros y trabajadores de otras industrias. Un gran número de ellos son inmigrantes provenientes de Latinoamérica y compartieron sus historias con más de 1,600 asistentes entre los cuales se encontraban delegados de nuestros sindicatos afiliados, invitados, socios y aliados comunitarios. Lo más sorprendente es que a pesar que sus relatos son únicos tienen muchas cosas en común: por ejemplo, su aprecio por el valor del trabajo, sus metas, la unidad familiar, sus sueños por alcanzar una mejor vida para sí mismos y para sus hijos.

También escuchamos con gran consternación que a pesar de su duro trabajo y compromiso con Estados Unidos, muchos de estos trabajadores carecían de derechos básicos en sus lugares de trabajo; habían sufrido desde robos de salarios hasta faltas de protecciones. Cada vez es más común que empleadores inescrupulosos abusen de trabajadores vulnerables, ya sea por su estatus migratorio o por no hablar bien el inglés. Este es un problema que nos afecta a todos y pone en riesgo el futuro y bienestar de todas las familias de clase trabajadora en Estados Unidos.

Y mientras siga creciendo la población de latinos en este país, también crecerán los abusos en contra de la dignidad y el respeto de estos trabajadores, eso es, a menos que actuemos ahora mismo para lograr que los derechos de todos los trabajadores sean respetados.

La diversidad étnica y cultural ha sido fundamental en el crecimiento y fortalecimiento de Estados Unidos. Este país está constantemente cambiando y progresando, pero es importante asegurar que nuevos inmigrantes tengan las mismas oportunidades que el resto de la población y que puedan brindar un mejor futuro a sus hijos. Nuestro movimiento laboral está y estará junto a ellos. Por eso estamos aquí, para escucharlos y proveerles con el apoyo que necesiten.

Esta convención ha sido una de las más diversas en la historia de la AFL-CIO. El 46% de los delegados fueron mujeres o miembros de minorías étnicas. En nuestra anterior convención nacional, en el 2009, el 43% de los delegados fueron mujeres o miembros de minorías étnicas. Está de más decir que los latinos desempeñaron un papel importante en nuestros diálogos para determinar el futuro del movimiento laboral en esta ocasión, pues son ellos quienes están tomando las riendas de esta lucha por justicia y oportunidades. Estamos convencidos de que, en un tiempo en el que la clase trabajadora está siendo atacada constantemente por los intereses de los más ricos, sólo podremos sobrevivir y eventualmente sobresalir por medio de la unidad.

Por eso ahora, por primera vez, invitamos a nuestra asamblea a líderes de centros de trabajadores, jornaleros, lavadores de automóviles, taxistas, empleadas del hogar, representantes de centros de trabajadores y a soñadores (Dreamers), porque queremos escuchar y aprender de sus experiencias y solidarizarnos con ellos. Además, continuaremos colaborando más estrechamente con organizaciones de apoyo a la comunidad latina, como NDLON y NCLR, y asociándonos con centros de trabajadores a través de todo el país. Unidos lograremos que las existentes leyes laborales sean respetadas, y que se creen leyes que protejan a los trabajadores, entre ellas una reforma migratoria con vía a la ciudadanía.

Los delegados de nuestra convención votaron unánimemente a favor de resoluciones en apoyo a la diversidad, la protección de derechos laborales, la protección de la jubilación, la reforma migratoria y la inclusión. Esto quiere decir que ampliaremos nuestros esfuerzos para que más trabajadores latinos se unan a nuestro movimiento, ya sea por medio de nuestros sindicatos afiliados o nuestros socios, y que unidos podamos luchar para mantener los beneficios y prebendas que ayudan a las familias latinas a vivir una vida decente y a alcanzar sus sueños.

A pesar de que hemos sufrido algunos contratiempos, tengo fe en el futuro, porque sé que los trabajadores latinos ya no están agachando su cabeza en silencio y están reclamando sus derechos. Porque he visto como los Soñadores están luchando con coraje y valentía por justicia. Y porque sé que el futuro del movimiento laboral de Estados Unidos está en manos de Soñadoras latinas como Hareth Andrade-Ayala, quien recitó un poema sobre las contribuciones de los inmigrantes al frente de cientos de delegados en nuestra convención. Hareth, con una increíble determinación, les pidió a todos los asistentes que apoyen a su padre para que no lo deporten. Me enorgullece decir que recibió el apoyo unánime de todos los representantes sindicales presentes.

De la misma manera, la AFL-CIO y todos nuestros sindicatos afiliados, seguirán luchando por una reforma migratoria integral que incluya una vía a la ciudadanía y derechos y protecciones laborales para todos los trabajadores, como fue afirmado por una resolución que fue aprobada unánimemente por consenso durante esta convención.

Durante la primavera y el verano, nuestro movimiento apoyó una reforma migratoria con vía a la ciudadanía por medio de movilizaciones e intensas campañas nacionales para exigir a los representantes políticos en Washington, D.C. que aprueben una reforma lo antes posible.

Pero falta todavía mucho trabajado por hacer, por lo que seguiremos dando todo nuestro apoyo a una reforma migratoria. Seguiremos movilizando a nuestros más de 12 millones de miembros alrededor del país y utilizando todos nuestros recursos hasta que 11 millones de personas puedan vivir con tranquilidad y garantías laborales, y también puedan participar plenamente en nuestra democracia. Seguiremos abogando por la unidad familiar. Seguiremos trabajando para asegurar que ni una familia más sufra una separación innecesaria y que el gobierno cese las deportaciones inmediatamente. Haremos todo lo que está en nuestro poder para que padres como el de Hareth, quien ha trabajado arduamente toda su vida para mantener a su familia y ayudar a construir este país, no tengan que vivir la pesadilla de ser súbitamente separados de sus seres queridos.

Pese a todos nuestros retos, sigo creyendo que nos espera un gran futuro. Después de ver la energía y determinación de los trabajadores latinos en nuestra convención, sé que podemos ganar. El movimiento laboral está cambiando y abriendo sus puertas a todos los trabajadores. Somos un movimiento más inclusivo y diverso, y ello nos mejora y fortalece. Seguiremos adelante, a la vanguardia de la lucha por una mejor vida para todos los trabajadores. Este es solo el comienzo.

En esta nota

AFL-CIO derechos laboral

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