Caín Velásquez, una inspiración de lucha

Enfrentará por tercera vez a Junior Dos Santos, van empatados en la UFC; concedió entrevista exclusiva a El Mensajero

Caín Velásquez en un duro entrenamiento con los compañeros de la UFC.

Caín Velásquez en un duro entrenamiento con los compañeros de la UFC. Crédito: Juan Carlos Sierra / El Mensajero

SAN JOSÉ.– Caín Velásquez entrena duro. Cae una y otra vez. Aplica y le aplican una llave. Bañado en sudor, no cesa de forcejear con su compañero. Caín, a pesar de ser un indestructible peso pesado de las artes marciales mixtas, no da nada por hecho y se prepara, día a día, para vencer una vez más a su rival brasileño, Junior Dos Santos.

Caín Velásquez nació en Salinas, California. Su padre, Efraín Velásquez, es un mexicano originario de Sinaloa que llegó indocumentado a los Estados Unidos, y que después de casarse con Isabel Velásquez, trabajó junto con su esposa en los campos de Arizona y California, recogiendo lechuga y otras cosechas, para poder sacar adelante a sus tres hijos. El campeón cita la ética de trabajo de su padre como inspiración en su carrera.

Este gladiador siempre ha disfrutado de los deportes de contacto: en la high school jugó fútbol americano, como linebacker (apoyador); en la universidad fue un destacado elemento de lucha grecorromana a nivel nacional. Durante años entrenó artes marciales, obteniendo cinturón café en jiu jitsu tipo guerrilla y cinturón negro en jiu jitsu brasileño.

Su entrada en el mundo de las artes marciales mixtas fue de manera natural. Inició su carrera en 2006, pero su gran momento vino en 2010, cuando venció a “La Bestia” Brock Lesnar, una enorme montaña de músculos que sufrió la ira y la fuerza de los puñetazos de Velásquez, quien venció finalmente por nocaut técnico y se hizo del Campeonato Mundial pesado de la UFC por primera vez.

En su primera defensa en 2011, Velásquez perdió no sólo el cinturón, sino el invicto, tras nueve batallas profesionales sin conocer la derrota: Junior Dos Santos venció con un golpe de suerte, literalmente, a Caín, apenas un minuto de haberse iniciado el combate. Un año después vino la revancha, en la que el mexicano no tuvo piedad con Dos Santos. Fue tal la golpiza, que la decisión de los jueces fue unánime al darle el triunfo al mexicoamericano. Este sábado 19 de octubre se realizará el UFC 166, evento estelar que enfrentará por tercera vez a Velásquez y Dos Santos.

“Brown Pride” (Orgullo Moreno), es la frase tatuada que cruza todo el pecho de Caín Velásquez, quien se dice orgulloso de sus raíces mexicanas (además de su otro tatuaje de la virgen de Guadalupe, que “lo cuida” cada vez que sale a pelear). En cada combate, su protector bucal exhibe los colores de la bandera mexicana: verde, blanco y rojo. Caín, a pesar de ser una estrella mundial, es un hombre sencillo, de 31 años, con el cual platicamos.

La cosa es que él tiene buenas manos, manos pesadas, ¿sabes? Así que con los guantes tan pequeños que tenemos, un buen golpe puede pasar en cualquier momento. Tenemos que ser mejores a la hora de entrarle, mejorar la técnica, no dejar que se ponga cómodo.

Cuando entro en la arena, lo bloqueo, no escucho nada. Pero cuando estoy peleando, lo escucho de vez en cuando, escucho a los fanáticos, es algo gracioso porque regularmente estoy bien concentrado en lo que hago, pero de repente escucho a la gente y eso me ayuda, me da energía.

Probablemente instructor de lucha libre o algo como lo que estoy haciendo ahora.

Yo no querría, pero si ella quiere pelear este tipo de peleas, pues yo la apoyaría. Yo voy a apoyar a mis hijos en lo que sea.

De comida como todo. Toda la comida me gusta y le entro a todo, no importa si se ve toda asquerosa, yo le entro (ríe). Me gusta pasar tiempo con la familia. Música, de toda, no tengo ni cd’s ni lista de canciones, lo que esté en el radio es bueno. Me gustan los corridos, tú sabes, de vez en cuando, y también el rock en español. Me gusta manejar motocicletas Harley’s y entrenar en el gimnasio.

Estamos haciendo que este país crezca. Somos una fuerza trabajadora. Yo creo que buenas cosas vienen para nosotros. Yo siempre he tenido como ejemplo en mi carrera a boxeadores mexicanos, a figuras destacadas, y si yo ahora soy un ejemplo para alguien más, pues es algo por lo que me siento bendecido.

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