Ana Gabriel fue reina del Teatro Griego en LA

La cantante debutó e hizo cimbrar con su voz al legendario anfiteatro.

Acompañada de mariachi demostró otra vez que es una de las mejores cantantes de música bravía de México.

Acompañada de mariachi demostró otra vez que es una de las mejores cantantes de música bravía de México. Crédito: William Camargo

Ana Gabriel nunca se había presentado en el Teatro Griego de Los Ángeles, pero el sábado la artista hizo cimbrar al legendario anfiteatro al aire libre con su voz deliciosamente rasposa y sus apasionadas interpretaciones sobre amor, dolor y despecho.

Acompañada de mariachi, con vehemencia y de porte valiente, demostró otra vez que es una de las mejores cantantes de música bravía de México.

Un enérgico retumbar que evocaba poderosos taikos japoneses anunció el primer tema de la noche, Mariachi con tambor, una infecciosa melodía tropicalera que inmediatamente prendió al público poniéndolo a bailar y a hacerle segunda y coro. Su éxito de principios del milenio reaparece en Un mariachi en Altos de Chavón, el más reciente álbum que Gabriel grabó en vivo en ese anfiteatro de la República Dominicana.

Fue una de varias melodías con mariachi que interpretaría de ese y otros discos en que la artista se puso el traje de charra para cantar piezas nuevas y clásicas de música ranchera, norteña, banda, boleros, corridos y otros géneros tradicionales de México.

La noche del sábado Ana Gabriel no vestía de mariachi —llevaba puesto un elegante coordinado negro con un blazer de brocado— pero sabía inyectar sus interpretaciones con ese fuerza que ha distinguido a los grandes maestros de la música bravía, como Vicente Fernández, Lola Beltrán, Pedro Infante, Lucha Villa y otros.

Al cantar Cómo olvidar, un éxito de 1991, se puso un sombrero negro que le prestó alguien del público. Lucía como la gran cantante ranchera que es. Pero Ana Gabriel no necesita sombreros para transmitir la bravura de la música, como lo hizo con Ahora, Huelo a soledad, Sin problemas y otros temas con mariachi.

Le bastaban su voz natural y ligeramente ronca, postura y ademanes para lograr esa entrega y transmitir esa mexicanidad musical que ha conquistado a miles de seguidores y vendido millones de discos. Su tono y prestancia eran imitadas por muchas mujeres, y algunos hombres, en el público que parecían sentirse reflejos de la artista en el escenario.

Además demostró un gran carisma y cariño por su público. Un flujo de admiradores se acercaba regularmente al escenario para saludar a Ana Gabriel, quien correspondía amablemente y hasta permitía algunas fotos mientras actuaba.

También leyó la dedicatoria que le dio un hombre para su novio y animó a la pareja a que se casara ahora que el matrimonio gay ya es legal aquí. Incluso se arrodilló e interrumpió su canto de A pesar de todos para hablar con una ancianita de cabello gris que se le aproximó al entarimado.

Los éxitos pop de Ana Gabriel en la trayectoria de casi cuatro décadas también tuvieron su espacio en recital y con el apoyo de una orquesta se escucharon Evidencias, Con tu encanto, Soledad y Mar y arena y varios otros en la treintena de canciones que integraron el repertorio.

Pero sin duda alguna fueron sus éxitos más sonados lo que les robaban gritos mayores al público, y le hicieron ponerse de pie en muchas ocasiones y cantar junto con la artista: Destino, Tú lo decidiste, Y aquí estoy yo, Amor, Ahora, Ay amor, Quién como tú, y Mi gusto es, esta última interpretada ingeniosamente al estilo de banda sinaloense con el mariachi y la orquesta.

Al cantar Luna, una exigencia de los asistentes desde el comienzo del concierto, se dio uno de los más bellos momentos de la noche. Los camarógrafos aprovecharon la luna casi llena en el cielo de octubre y la proyectaron junto con la imagen de Ana Gabriel en vivo sobre las pantallas gigantes del Teatro Griego.

María Muñóz de Glendale salió sonriente del concierto. “Estuvo buenísimo”, dijo la señora, cuyo hijo le regaló la entrada al recital. “Él sabe que me gustan todas sus canciones”.

Jimmy y Adela Pantoja celebraban una ocasión especial. “Cumplimos 29 años de casados”, dijo residente de Mission Hills. “A mi esposa le encanta esta artista y usas sus canciones para decirme cómo se siente”.

Por su parte, Sara Toral y Dolores Ybarra también tenían algo qué festejar. “Nos acabamos de casar y a Sara le fascina Ana Gabriel”, añadió Ybarra. “En la boda me entregaron con la canción Obsesión de Ana Gabriel”, dijo Toral.

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