El desafío de los latinos

BURBUJAS

Por más de cinco años he venido buscando datos sobre nosotros, los que aquí nos llaman latinos o hispanics que, sin serlo… acabamos siéndolo. Los latinos tenemos un lenguaje común, el español, aunque con variaciones lingüísticas y pronunciaciones ligeramente diferentes. En nuestros países hay miles que no hablan español, sino sus idiomas indígenas y aquí estamos dejando morir nuestro idioma o lo llenamos de pochismos; eso incluye a la televisión, especialmente sus comerciales.

Estamos tirando a la basura la riqueza de ser bilingües precisamente ahora que los Estados Unidos han aprendido que en un futuro cercano toda América Latina es, comercial e industrialmente, más importante para ellos que el Lejano Oriente.

Y los latinos estamos llamados a jugar un papel importante en el futuro de este país si tomamos en serio nuestro papel de ser, potencialmente, la segunda fuerza política, y si hacemos que nuestra juventud se prepare para ello.

Nuestro lugar de origen, en términos geográficos, es un enorme subcontinente americano que por tres siglos fue parte del imperio colonial de España. Somos inmigrantes de esa América que va desde la frontera de México con los Estados Unidos hasta la Antártida de Argentina y Chile, y de los países del Caribe como Cuba, Puerto Rico, y la República Dominicana, entre otros.

Somos una población enorme de personas distintas e iguales… Y no es juego de palabras…

En los Estados Unidos vivimos 48 millones de latinos, más un estimado de 11 millones de latinos indocumentados.

Bastó que el presidente Obama ofreciera presionar al Congreso a dedicarle tiempo a migración, para que John Boehner, el republicano presidente de la Cámara de Representantes, le diera carpetazo a esa posibilidad y acabara con la esperanza y las promesas de regularización. Todo como si, además de los indocumentados, el país no tuviera urgencia de terminar con el desorden migratorio.

Nuestra importancia política actual es poca porque no hemos sabido dársela. Pero basta con analizar un poco el crecimiento latino en los pasados 10 años y proyectarlo al muy cercano futuro para darnos cuenta de que el voto latino puede volverse determinante en la política de algunos estados y de gran influencia en las futuras elecciones presidenciales. En el caso de esas elecciones el sistema estadounidense no es por voto directo. Cada estado tiene un numero determinado de votos electorales que van al vencedor local. Eso puede dar por resultado, como en el caso de Al Gore, que gane alguien que tiene más votos electorales, pero menos votos ciudadanos.

Veamos dónde estamos y a donde vamos: de los 48 millones de latinos , hay 25 en edad de votar, y cada año, por diversos factores, aumenta ese número en un millón y medio. Ya tenemos los votos y vamos a tener muchos más, pero necesitamos de más voces de líderes a seguir.

Tenemos que aprender a quejarnos menos y actuar más, a pedir menos (todo lo queremos dado) y dar más. A usar nuestros votos en beneficio de nuestras causas, como por ejemplo, la educación de nuestros hijos.

¿En qué partido militan los latinos? No encontré datos confiables y por ello me he ido por las estimaciones más usadas. El 15% de los latinos militan en el Partido Republicano, muchos de ellos del grupo de amplios recursos. El 85% son independientes, tienen ciertas limitaciones económicas, y se “inclinan” por el Partido Demócrata, sin ser miembros de el. Los republicanos, mejores en la mercadotecnia política, nos inventan tipos como Ted Cruz, pero no pueden entender las necesidades y la sensibilidad latina.

Aquí hay la tendencia a confundir la escolaridad con educación. Para nosotros, ser educados es actuar amable y civilizadamente. Se puede decir que los latinos tenemos mas educación que escolaridad; tenemos que conservar la primera y aumentar la segunda. Esta última ha venido mejorando al irse reduciendo la deserción escolar pero aun estamos lejos de donde debemos estar.

En los últimos 10 años los latinos se han asentado en casi todos los Estados, pero siguen siendo predominantes en California (mexicanos y salvadoreños), Texas (mexicanos y centroamericanos), Arizona y Nuevo México (mexicanos), y en ciudades como Chicago, Nueva York y Miami, donde la mezcla de los latinos varía. En Chicago predominan mexicanos, en Miami cubanos y venezolanos y en Nueva York puertorriqueños.

Todos los latinos tenemos algo en común y grandes diferencias, sin tener el mismo origen étnico. Hay países que tienen indígenas que no hablan español y que conservan sus costumbres, otros en que esas razas han sido absorbidas y otros más, como Argentina, que son euroamericanos. En el trópico donde había pocos indígenas fueron llevados esclavos negros, actualmente totalmente integrados a la cultura local.

¿Cuál es nuestra actitud de solidaridad social comparada con otras minorías?

Es una pena, pero hay que decirlo: de absoluta desunión. No hay una reacción general ante actos de violencia contra un latino, vaya ni siquiera protestas generales ante claras y dolorosas discriminaciones.

Siempre me ha impresionado la solidaridad de los afroamericanos. Si en algún lugar de los Estados Unidos es asesinado uno de ellos o sujeto a una degradante discriminación, se vuelve un problema de todos y cada uno. Hay protestas nacionales, incluso a veces con violencia, uniendo a muchos aunque en otros terrenos, no coincidan sus intereses.

Ojalá y pronto veamos a los latinos unidos por alguna causa.