Ciego y su perro sobreviven al tren de NYC (fotos)

Desde su cama de hospital, Cecil Williams confiesa: “Este perro salvó mi vida”

Cecil Williams junto a su amado Orlando.

Cecil Williams junto a su amado Orlando. Crédito: AP / John Mincillo

Nueva York – Orlando está entrenado para cuidar a su mejor amigo, cueste lo que cueste. Por eso esta mañana, cuando percibió que Cecil Williams caería en las vías del tren subterráneo de la Ciudad de Nueva York, comenzó a ladrar con desespero, intentando alertarle del peligro. Incluso, trató de bloquearle el paso. Pero como su amo ciego no reaccionó, él se le fue detrás. Así enfrentaron los dos el mismo peligro: Ser atropellados por el tren A.

Desde su cama de hospital, Cecil Williams contó esta tarde que al ocurrir el accidente ambos se dirigían a la oficina del dentista. El hombre de 61 años y ciego desde el 1995, recordó que llegaron bien a la plataforma de la estación de la calle 125, cuando de repente, él se desmayó. Orlando “trató de aguantarme, pero no pudo”.

Algunos testigos relataron a la Policía de la Ciudad de Nueva York que, en efecto, el perro guía ladraba frenéticamente, buscando una reacción que su amo no le daba y al mismo tiempo alertando a otros de que algo extraño estaba ocurriendo.

Cuando ambos cayeron a las rieles, otras personas que aguardaban por el tren comenzaron a actuar para sacarlos y para lograr que el tren A no los aplastara. El maquinista notó que algo ocurría y redujo la velocidad lo más que pudo, logrando que sólo dos vagones tocaran a Williams y a Orlando, que se mantenía a su lado, lamiéndole el rostro, buscando que despertara.

Este perro salvó mi vida”, expresó Williams, embargado en sentimiento. No tiene palabras para agradecerle a Orlando y también a las personas que los asistieron a ambos.

Según su mejor recuerdo, cuando recobró el conocimiento escuchaba a los Técnicos de Emergencias Médicas verificando que Orlando tampoco hubiese sufrido heridas de gravedad.

“Yo me siento maravillado… Creo que Dios tiene algo para mí, porque no me llevó hoy… Estoy en este mundo por una razón”, confesó.

Williams no supo qué le causó el desmayo, pero en el hospital lo revisan y de ahí no saldrá hasta quedar como nuevo. Y mientras él recibe tratamientos, Orlando se dedica a hacer amigos en el lugar.

Cuando les den el alta, ambos regresarán a su hogar en Brooklyn, donde estarán juntos hasta el 5 de enero, cuando Orlando cumple 11 años y le toca retirarse. Como su seguro médico no cubre los costos de un perro guía que no esté “de servicio”, Williams recibiría otro acompañante.

En estos momentos, prefiere ni pensarlo. Pero a corazón abierto expresa que si tuviera el dinero, “definitivamente, me quedaría con él…

“Este perro salvó mi vida”.

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