Gimnasio en tu casa: ya no hay excusas

Hacer ejercicio en casa resulta barato, divertido y muy efectivo.

Bien sabido es que la práctica de ejercicios físicos es indispensable para tener (y mantener) un buen estado de salud. Igualmente conocido es el hecho de que (casi) todos nos hemos propuesto alguna vez empezar a ejercitarnos y que, incluso, hasta nos hemos inscrito en un gym con el fin de materializar dicho objetivo. Pero ¿cuántos hemos cumplido con ese propósito ?

El porqué de un gimnasio en tu casa

Hay quienes sólo van al gimnasio los primeros días, aprovechando el embullo inicial que solemos experimentar cuando empezamos algo nuevo. Peor aún: hay otros que no han ido nunca y siguen pagando las cuotas mensuales como si eso fuera parte del entrenamiento . Si estás en cualquiera de esos grupos, ya no tienes excusas: un gimnasio en tu casa podría ser la solución perfecta.

Obviamente, no tienes que disponer de todos los aparatos que encuentras en el gym . Siempre que sepas cuál es tu objetivo al ejercitarte, lo que más necesitas, podrás crear las condiciones idóneas para lograr tu meta sin gastar mucho dinero. Es decir, hacerte de dos o tres máquinas que te ayuden a conseguir tu propósito (ya se sabe que la mayoría de ellas cuestan bastante).

Si, por ejemplo, lo que buscas es mejorar tu sistema cardiovascular, perder peso o conservar tu figura, puedes adquirir una bicicleta estática. Las hay de diferentes marcas y precios, y también con un mecanismo de tracción magnética que te permite colocar más o menos carga, así como saber la distancia recorrida, las calorías quemadas y el ritmo cardíaco conseguido.

Con el mismo fin de ayudar a tu sistema cardiovascular, pero con el añadido de mejorar tus pulmones y aparato circulatorio, puedes hacerte de una caminadora eléctrica, en la que podrás caminar o correr dependiendo de tus necesidades. Además, podrás ejercitar tus músculos, darle movimiento al esqueleto y liberarte del estrés.

En el caso de que quieras fortalecer tus huesos, puedes adquirir un par de pesas. Por supuesto, no tienen que ser demasiado grandes. La idea es que las puedas cargar sin problemas y recibir todos los beneficios que reportan: tonifican los músculos, previenen la depresión y la osteoporosis y, sin lugar a dudas, mejoran la estética corporal al evitar o reducir la flacidez.

Como ves, con sólo estos tres aparatos puedes armar un gimnasio en tu casa perfectamente. Si no quieres salir de tu hogar porque hace frío, o llueve, o es de noche, no importa: lo tienes bajo el mismo techo. Si no dispones de mucho espacio, tampoco interesa, pues cabría en cualquier esquina. Y si te aburres mientras entrenas, puedes colocar una tele en frente o escuchar música, tal como harías en el gym que no conociste (o conociste poco).

Hoy en día, con todos los adelantos que ofrece la industria deportiva y las campañas educativas lanzadas por las autoridades sanitarias a favor de la práctica de ejercicios, no van quedando muchos pretextos para no “mover el esqueleto”. Tener un gimnasio en tu casa, por tanto, es la solución ideal. ¿Te animas?

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