Oliver Stone estrena a la fuerza documental “Mi amigo Hugo”

El gobierno venezolano impone una cadena nacional obligatoria para mostrar el trabajo del director estadounidense sobre el presidente Hugo Chávez

Cartel del documental “Mi amigo Hugo” del director estadounidense Oliver Stone (der.).

Cartel del documental “Mi amigo Hugo” del director estadounidense Oliver Stone (der.). Crédito: Suministrada

Caracas, Venezuela – Oliver Stone vivió el miércoles en Caracas el debut mundial más pintoresco de uno de sus trabajos: un estreno a la fuerza. El documental “Mi amigo Hugo” vio la luz anoche, a través de una cadena nacional obligatoria para todas las televisiones y radios del país, como cierre de la conmemoración del primer aniversario “de la siembra del comandante supremo y eterno”.

Pero a pesar de lo que asegura el director estadounidense sobre su película, de una hora de duración, que es una demostración de amistad, el trabajo no muestra que eran tan amigos. “Mi amigo Hugo” no aporta nada que no se supiera ya de Hugo Chávez: que tomaba más de 30 tazas de café, que llevaba muchos libros en su avión, que le gustaba cantar música popular, que tenía un humor muy llanero…

La película es una suma de lugares comunes mil veces descritos, nada nuevo para la chavezología, al margen del recital de abrazos entre Stone y el líder bolivariano. Incluso en la teoría de la inoculación del cáncer, ni una sola prueba más allá de un sentimiento o un deseo expresado por varios dirigentes del oficialismo.

Las largas peroratas de Stone sólo sirven para rellenar 60 anodinos minutos de un cineasta, otrora rebelde, que hoy se siente muy a gusto junto al poder. “Stone nunca cambió el ángulo de la cámara. Omitió al Chávez iracundo, violento, descalificador, megalómano y autoritario”, resumió Leonardo Padrón, escritor y guionista de telenovelas.

En una entrevista concedida a TeleSur pocas horas antes del estreno, Stone se descolgó con una explicación metafísica de una Venezuela que le tienen que traducir cada vez que viaja a Caracas: “Algo que me ha causado mucha sorpresa es que aunque todos le extrañan han seguido adelante, con independencia como adultos. Es decir, que ya no son los hijos y las hijas de Chávez, sino que son Chávez”.

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