Republicanos de Cámara Baja analizan estrategia sobre fondos para frontera

En tanto, presidente Obama se reúne con homólogos de El Salvador, Guatemala y Honduras

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Washington– Todo indica que el plan de $3,700 millones de la Casa Blanca, que incluye fondos para la asistencia legal de los niños indocumentados centroamericanos, se encuentra en la cuerda floja.

Los republicanos de la Cámara de Representantes analizan este viernes, en una reunión clave a puerta cerrada, sus próximos pasos respecto a la crisis humanitaria en la frontera sur, mientras el plan de la Casa Blanca afronta creciente escepticismo también en el Senado.

En declaraciones a La Opinión minutos antes de la reunión, la presidenta de la Conferencia Republicana de la Cámara Baja, Cathy McMorris Rodgers, aseguró que la crisis es “tanto humanitaria como de seguridad fronteriza” y su bancada negocia soluciones a largo plazo “para que los niños sean reunificados con sus familias en sus países”.

“Instamos al presidente Obama a que use los recursos que ya tiene para ayudar a estos niños y proteger nuestra frontera”, enfatizó.

La crisis en la frontera dominará el encuentro de esta tarde en la Casa Blanca entre el presidente Barack Obama y sus homólogos de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, de Guatemala, Otto Pérez Molina, y de Honduras, Juan Orlando Hernández.

El presidente de la Cámara Baja, el republicano John Boehner, no ha dado fecha para un voto del plan.

Su bancada se niega a ofrecer a Obama un “cheque en blanco”, e insiste en cambiar una ley federal de 2008 que prohíbe las deportaciones sumarias de niños que han emigrado solos desde Centroamérica.

Boehner no tendrá el apoyo de los demócratas si insiste en modificar esa ley, adoptada durante la presidencia del republicano George W. Bush para combatir el tráfico de personas.

Pero el tiempo apremia, ya que el Congreso iniciará su receso de cinco semanas a finales de la próxima semana.

En el Senado, los demócratas, encabezados por la senadora de Maryland, Barbara Mikulski, han elaborado un proyecto de ley de 24 páginas, que provee fondos para las agencias implicadas en el manejo de la crisis hasta fines de año.

La idea de Mikulski es votar la iniciativa la próxima semana, aunque ésta no tiene garantizados los 60 votos mínimos que requiere para su aprobación.

Ese proyecto de ley deja intacta la ley de 2008 pero rebanó mil millones del plan de Obama, para dejarlo en $2,700 millones. También incluye $225 millones para apoyar a Israel en la creación de un sistema antimisiles, y $615 millones para combatir incendios forestales en EEUU.

Las trabas en el Senado vienen de los republicanos, que exigen cambios a la ley de 2008 para agilizar las deportaciones de niños que no reciban asilo.

Pero varios demócratas de corte moderado, como la senadora de Luisiana, Mary Landrieu, y el senador de Virginia Occidental, Joe Manchin, también han expresado escepticismo sobre el plan.

Landrieu quiere mayor rendición de cuentas sobre el uso del dinero, sobre todo de los $300 millones asignados para ayudar a El Salvador, Guatemala y Honduras a combatir la violencia y frenar la emigración ilegal. Manchin, por su parte, cree oportuno analizar cambios a la ley de 2008, que se ha convertido en la manzana de la discordia.

Diversos grupos cívicos, comunitarios y religiosos piensan plantarse frente a la Casa Blanca esta tarde para exigir a Obama que mantenga en pie las protecciones legales para los niños migrantes.

ESPECIAL: Niños migrantes

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