Indocumentados aportan millones a la economía

Construyen nuestras autopistas, cuidan nuestros hijos y recogen las frutas y verduras que comemos.

Pero a pesar de los miles de millones de dólares que pagan para impulsar la economía del país, los inmigrantes indocumentados no tienen acceso a un beneficio particular del sistema al que tanto contribuyen: el cuidado médico.

“La economía de California depende de una fuerza laboral saludable”, dijo Laurel Lucia, analista de políticas del Centro de Investigaciones Laborales y Educativas de la Universidad de California, Berkeley. “Los inmigrantes indocumentados en California anualmente pagan un promedio de dos mil millones de dólares en impuestos estatales y locales”.

Además de contribuir miles de millones de dólares a la economía del país y a los programas de salud y servicios humanos, los inmigrantes indocumentados también gastan una gran parte de sus ingresos en bienes y servicios de consumo, según los expertos.

“A pesar de esto, no cosechan ningún beneficio”, dijo Nancy M. Gómez, directora de programas de Health Access. “Queramos o no, interactuamos diariamente con la población indocumentada y está en nuestro mejor interés, económico, social y moral, proveerles la opción de cuidados médicos de calidad accesibles. El bienestar de ellos, nuestra tranquilidad y nuestra continua necesidad de ellos lo exige”.

Los inmigrantes indocumentados pagan anualmente entre $10 a $15 mil millones en fondos dirigidos al Seguro Social y Medicare.

Desde 2001, esta comunidad trabajadora ha contribuido $210 mil millones al Seguro Social y Medicare a través de sus impuestos del trabajo.

Por esta razón, los defensores de salud y de inmigración siguen pidiendo una ampliación de la Ley del Cuidado de Salud, conocida comúnmente como ‘Obamacare’, que prohíbe que la comunidad indocumentada califique para cuidados médicos accesibles y servicios como revisiones médicas regulares, y medicamentos.

“A través de su arduo trabajo, los indocumentados alimentan, visten y proveen cuidados al estado y la nación”, afirmó Linda Nguy del Western Center on Law and Poverty. “Para nosotros, es inconcebible que no se les brinde cuidados médicos básicos y necesarios. No es correcto que las familias que solicitan los servicios se enteren que el único miembro de la familia que califica para la cobertura es el hijo menor. Se les prohíbe ver un médico sólo por las circunstancias de donde nacieron”.

Nguy se refería a las familias con estatus mixto que son renuentes a inscribirse a un seguro médico por el temor de que deporten a uno de los padres que solicitó dichos servicios para un hijo o hija que sí tiene papeles.

Tomas Padilla sabe poco sobre el debate nacional de proveer cuidados médicos a los millones de indocumentados como él.

Pero este jardinero de Los Ángeles tiene la esperanza de que algún día podrá obtener revisiones y medicamentos regulares para mantenerlo sano y seguir trabajando para contribuir a la economía de California.

“¿Quién sabe?”, dijo Padilla. “Tal vez le toque el corazón del señor Obama. Uno nunca sabe”.

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