Yuliza, la pequeña recicladora de Queens

Vengo de Bogotá, una ciudad donde ver niños rebuscándose la vida en la calle no es un panorama nada inusual, por el contrario, es tan común que con el tiempo la mayoría de quienes crecimos allí nos volvemos casi inmunes al dolor que puede generar ver esto. Una parte de mí pensó que estas escenas terminarían cuando me vine a vivir a Estados Unidos y aunque las caritas de los niños que había visto en Colombia se quedaron en mi memoria, eran cada vez más lejanas. Anoche me encontré de frente con una pequeña guatemalteca, cuya familia vive de eso, de rebuscar botes de basura en busca de latas para vender, y se me volvió a hacer palpable la realidad de los niños trabajadores.

La historia de Yuliza se asemeja bastante a la del drama cinematográfico Entre Nos. La niña llegó a Estados Unidos con su familia, siendo apenas un bebé, desde una de las ciudades más desiguales de Latinoamérica, Ciudad de Guatemala. Su padre los abandonó en algún punto, lo recuerda Guillermo, el hermano de 7 años de Yuliza, ella no se acuerda de la cara de su papá. Desde entonces la familia entera, compuesta por la mamá, dos tías, 3 primas, y los dos niños, se dedican a recorrer las calles de Queens, NY, de Astoria hasta Jackson Heights, recogiendo latas, como medio de sobrevivencia.

La palabra clave es sobrevivencia, porque vivir en todo el término de la palabra se complica cuando en Nueva York pagan (desde 1982) 5 centavos por cada lata. Ciertos lugares como Thrifty Redemption Center, ubicado en la McDonald Ave en Brooklyn, paga 6 centavos, pero eso es una distancia enorme para la familia que vive en Corona, Queens y muy rara vez toma el subway.

A Yuliza y Guillermo me los encontré rondando la avenida en Broadway en Astoria, pasadas las 10 de la noche. “¿Están solitos?” les pregunté después de charlar con ellos un rato. “No,” contestó Guillermo mirándome a los ojos “yo estoy cuidando a mi hermana”. “Memo”, como le dice su hermana, a asumido la responsabilidad de “cuidar” de las 7 mujeres con quienes vive.

No hay pena en el trabajo que tienen, como dice doña Vicky, una mujer que vive del reciclaje en El Barrio: “vergüenza sería robar”. Para familias matriarcales como la de Yuliza y la de doña Vicky, el reciclaje se ha convertido en una alternativa (pobremente paga) de mantenerse, en la que puede participar toda la familia y los mantiene lejos de cuestionamientos sobre sus papeles y estatus migratorio.

Yuliza es un reflejo pálido de la situación de muchos niños inmigrantes indocumentados para quienes el sueño americano no es tan claro. Ella no recuerda nada de Ciudad de Guatemala, por eso no anhela volver. Tampoco conoce mucho de Nueva York, más allá de su ruta de reciclaje y la casa que comparte con su familia.

Los dos niños se saborearon despacio dos de las empanadas de carne que les compré en “La Gata Golosa”, las otras se las llevan para el camino. A pesar del trajín, ellos parecen más cansados que yo, y Yuliza alcanza a sonreír cuando le pregunto si le gustaría ser princesa cuando grande. “No, princesa no”, me dice, “yo quiero manejar una troca y llevármelos a todos de paseo”.

Les comparto el trailer de Entre Nos, película basada en la vida de su directora.

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