El Papa aclara que no se habló de bodas gay

El sínodo extraordinario de obispos sobre los desafíos de la familia, de octubre pasado, fue tan sólo el inicio de un proceso que terminará en octubre de 2015 con otro sínodo.

Sobre ello Francisco afirmó que no le teme al camino de sinodalidad y aclaró que en el anterior “nadie habló de matrimonio homosexual”. Dijo que no se tocó ningún punto de la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio, más allá de las discusiones sobre los divorciados vueltos a casar.

Sobre esta última, el Papa opinó que los divorciados “parecen excomulgados de facto” porque la Iglesia los excluye de su vida.

No diría que la cosa es tan así. Ahí lo rico fue el proceso sinodal y éste no es un proceso parlamentario, sino que es un espacio cubierto, protegido, para que el Espíritu Santo trabaje. Y necesita dos cualidades claras: coraje para hablar y humildad para escuchar. Y eso se dio muy bien. Es verdad que hay posturas más para un lado, o más para otro. Usted me puede preguntar: “Pero, ¿hay algunos que son completamente tercos en sus posturas?”. Y, sí, alguno habrá. Pero eso no me preocupa. Lo que sí se sintió fue una búsqueda fraternal de cómo enfrentar problemas pastorales de la familia. Los jóvenes no se casan. ¿Qué pasa? Después, cuando vienen a casarse, cuando ya están conviviendo, creemos que con tres conferencias los preparamos para el matrimonio. Y eso no basta. Hace unos días, una pareja que convive me dio la noticia de que se van a casar. Les dije: “Qué bueno y ¿están preparándose bien?”. Y la respuesta fue ésta: “Sí, estamos con todo el lío de las invitaciones”. ¿Qué quiero decir con esto? Que, para un buen número de gente, casarse es un hecho social. Y lo religioso no aflora.

Nadie habló de matrimonio homosexual en el sínodo, no se nos ocurrió. Lo que sí hablamos es sobre una familia que tiene un hijo o una hija homosexual, cómo lo educa, cómo lo lleva, cómo se ayuda a esa familia a llevar adelante esta situación…

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