#Illridewithyou me rompió el corazón

El domingo en la noche -lunes en Australia- todo el mundo se centró en lo que pasaba en el centro financiero de Sidney: un iraní se había tomado una cafetería con al menos 18 personas en su interior. Fuera de la conmoción que provocó este lamentable hecho -que finalizó con 3 personas fallecidas-, la comunidad musulmana australiana sufrió de agresiones y amenazas a través de redes sociales sólo porque el agresor era musulmán. Así partió #Illridewithyou.

Rachel Jacobs relató en su Facebook personal una breve historia que le pasó en la mañana mientras iba en el metro de Brisbane: vio que una chica sentada en el metro, se quitó su hijab antes de bajarse. Frente a esta situación, Rachel le dijo “put it back on. I’ll walk with you”. Fue un amigo de ella quien decidió publicar esta historia en Twitter por lo que llegó a muchas personas más. Una de ellas fue la usuaria @sirtessa quien decidió crear #Illridewithyou. Ayer en la noche, el hashtag había sido utilizado más de 300.000 veces alrededor del mundo.

¿Pero qué tiene de especial esta espontanea iniciativa? Vivo en Nueva York, una de las ciudades más open minded del mundo -en teoría- y puedo decir, con toda autoridad, cómo veo día a día el racismo en las calles de la Gran Manzana. Las minorías siguen siendo las más afectadas. No hay nada nuevo en el caso de cómo la propia Policía hace abuso de poder con latinos y afroamericanos. Cómo la comunidad musulmana ha pedido más de una vez a las autoridades que dejen de espiarlos o perseguirlos –cosa que se incrementó a partir del 9-11-. El racismo existe. Por más que no lo queramos asumir o intentemos negar. Quizás no es tan violento -depende de cómo se mire- como hace un par de décadas pero de existe, existe. Y mucho.

No me parece lógico que algunos australianos comenzaran a agredir y amenazar a través de redes sociales y metieran a “todos en un mismo saco”. No todos los musulmanes son terroristas. No todos los latinos somos ilegales y no todos los afroamericanos son delincuentes. Me cansé de ver cómo cualquier persona tiene el derecho de llegar y escribir en Twitter amenzas sin pensar en el miedo que puede llegar a causar en una persona. Esta chica, la protagonista de la historia, prefirió ir en contra de sus creencias y sacarse su velo para evitar que la identificaran como musulmana. Cuando Rachel le dijo que la acompañaría, a modo de protección, la chica lloró, la abrazó y se fue sola. ¿Alguna vez pensamos en esas personas o nos ponemos en su lugar?

La iniciativa que partió en Australia ya está siendo utilizada en varias ciudades del mundo donde la comunidad musulmana sigue siendo víctima de amenazas. Me conmueve porque mantiene la esperanza de que no todos somos malas personas pero me rompe el corazón que como raza humana, tengamos que llegar a este tipo de situación porque no existe la tolerancia. No me extraña que en Nueva York #Illridewithyou sea uno de los trendig topic del día. Muchos newyorkers se sumaron a acompañar a quienes sientan miedo de caminar con sus atuendos religiosos. So proud of you, guys!

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain