La carroza de Done Vida ya está casi lista para el Desfile de las Rosas

Los recipientes y familiares de donantes participan juntos en el proceso de decoración

El padre de Paulina Guevara no creía en la donación de órganos hasta que su hija recibió un trasplante de riñón. Fue en ese momento cuando decidió que daría vida a otros cuando falleciera.

“Era [su padre] de las personas que no creía, pero cuando recibí mi trasplante, se inscribió como donante en el centro de diálisis”, dijo Guevara, de 23 años, y quien estuvo en tratamiento durante cuatro. “Mi papá también estuvo en diálisis y cuando yo ya tenía un año con el trasplante, él falleció a la edad de 47 años”, añadió la joven un poco triste. Su padre fue donante de tejidos y salvó así más de 30 vidas.

Guevara es una de las 30 personas que viajaran en la carroza de la organización Done Vida durante el Desfile de las Rosas 2015. El tema de la carroza, de 55 pies de largo y 24 de alto, es “Historias que nunca terminan”, ya que consideran que cada donación es una brecha de esperanza para quienes dependen de un órgano o tejido para continuar viviendo.

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Esa esperanza es la que ha permitido a Rachel Rodríguez sobrellevar la tragedia de la muerte de su nieto, Malaikye Payne, quien tenía 16 meses cuando fue asesinado por el novio de su madre en el año 2011. El padre del menor decidió donar sus órganos y con ello ayudó a tres niños y un adulto.

“Aun cuando mi hijo estaba sufriendo, tomó la decisión de dar vida a otras personas. Esa decisión trajo esperanza a esta tragedia” dijo Rodríguez, quien pudo sentir el latido del corazón de su nieto en la niña de dos años que lo recibió y conocer a la mujer que obtuvo uno de los riñones. “Te permite seguir viviendo, saber que otros están respirando, siguiendo la vida que mi pequeño bebé [su nieto] no llegó a disfrutar”, añadió.

Done Vida ha participado por 12 años en el desfile. En la decoración de la carroza participan voluntarios que han estado relacionados de alguna forma con la donación. El hijo de Carol Rivera, Clint, ya era donante cuando puso fin a su vida en el 2008.

“Era muy bondadoso y tenía buen corazón y siempre andaba haciendo el bien”, dijo Rivera, tratando de contener el llanto al recordar cómo su hijo se suicidó al no poder soportar la muerte de su novia. “Al ser donante, puedes seguir viviendo a través de otra persona, ser ése regalo de vida”, añadió Rivera, quien también está inscrita como donante.

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