¿Llegó la hora de subir los taxes a la gasolina?

El impuesto federal al carburante no sube desde 1993

El precio de la gasolina regular ha bajado por la depreciación acelerada del crudo desde julio de 2013

El precio de la gasolina regular ha bajado por la depreciación acelerada del crudo desde julio de 2013 Crédito: <copyrite>Shutterstock</copyrite><person>.< / person>

Si hay un gran momento para conducir un carro es éste.

Los precios de la gasolina están pocos centavos por encima de los dos dólares el galón, a nivel nacional, frente a los $3.85 de hace un año. El diesel también es un dólar más barato. Al ser menos doloroso llenar el tanque, en el Congreso se ha abierto tímidamente un viejo debate: ¿es oportuno subir el impuesto a la gasolina ahora que el impacto en el bolsillo del conductor lo hace llevadero?

Un senador republicano y otro demócrata— Bob Corker y Chris Murphy—, quieren que el impuesto federal suba 12 centavos por galón en los siguientes dos años.

¿Por qué?

Actualmente el impuesto federal es de 18.4 centavos por galón desde 1993 y 24.4 centavos en el caso del diesel. Es un impuesto, al que se suma el que cada estado tiene, que financia el Highway Trust Fund, que se ocupa del mantenimiento de la infraestructuras de transporte. Este fondo está en déficit porque hace una década la demanda de gasolina empezó a bajar cuando la gente comenzó a conducir menos y los carros empezaron a tener consumos más eficientes .

Según Richard Auxier, analista de finanzas públicas en el Tax Policy Center, “como el impuesto no cambia con el precio, solo se recauda más si aumenta la conducción o si se sube el impuesto”.

Auxier resume las opciones políticas: “subir el impuesto, conseguir financiación de otra fuente, o no construir carreteras”. En 42 estados y DC ha habido aumentos, aunque modestos.

Pero subir tributos es muy impopular. Tanto que Joseph Henchman, vicepresidente de la Tax Foundation, dice que los estados están “tratando de conseguir financiación por otros medios como los peajes de autopistas pero todos ellos tienen ventajas e inconvenientes”.

De momento, el Gobierno federal ha desviado fondos de otras partidas para mantener el fondo de carreteras y el presidente, Barack Obama, prefiere cerrar agujeros fiscales a grandes empresas y enviar a este fondo la mayor recaudación antes que subir la gasolina. Henchman sugiere que tal y como están las cosas no es posible tener una visión a largo plazo en infraestructuras.

Auxier reconoce que estos impuestos son políticamente impopulares “probablemente porque los precios son muy visibles” pero, explica, “muchos favorecen la subida porque están directamente vinculados a las carreteras, la gente que las usa debe ayudar a pagarlas y eso es algo en lo que estoy de acuerdo”.

Una de las ideas para subirlo es que la tasa crezca con la inflación. “Por un lado las subidas serían modestas y por otro lo mantendría a un nivel que permitirá financiar los mayores costos de obras.

Henchman afirma que probablemente es un buen momento para pensar en subir los impuestos aunque la necesidad de hacerlo empezó hace años

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