Tom Brady, el tipo con suerte que no se cansa de ganar

Tras su histórico cuarto título de Super Bowl, asegura que le queda mucho en el tanque

Brady lanzó 37 pases para imponer una nueva marca en Super Bowl.

Brady lanzó 37 pases para imponer una nueva marca en Super Bowl. Crédito: Getty Images

Phoenix, Arizona.- “Soy solamente un tipo con suerte”. Así, con la humildad de un gran líder, Tom Brady se autodefinió un par de horas después de que había levantado a sus Patriots de una desventaja de 10 puntos, en el cuarto periodo de un memorable Super Bowl XLIX.

El tipo con suerte tiene ahora cuatro campeonatos del Super Bowl, empatando la cifra más alta de la historia para un quarterback.

Brady había perdido dos Super Bowls seguidos, partidos que pudo haber ganado. Luego, en esta temporada, su lento inicio motivó comentarios de aficionados y analistas sobre el posible inicio de su declive como mariscal, ya con 37 años de edad.

Pero no. Tom regresó y amplió su leyenda en el terreno de juego con la más notable de sus conquistas, todas -las cuatro- conduciendo series decisivas de anotación en el cuarto periodo (Super Bowls de 2002, 2004, 2005 y 2015).

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Al charlar con la prensa tras una intensa batalla contra Seattle, el siempre entero y sensato Brady advirtió que no está listo para hablar de un legado, palabra reservada para aquellos que han completado una obra.

“Me queda mucho (fútbol americano)”, dijo Brady tras completar 37 pases, nuevo récord de Super Bowl, y merecer el premio de Jugador Más Valioso por tercera vez para empatar otra marca, la de su ídolo Joe Montana, a quien además le rompió su récord de pases de anotación en estos partidos al llegar a 13.

“Es duro jugar este deporte y requiere de gran compromiso, de mucho sacrificio”, agregó Brady. “Es un gran desafío y es una increíble experiencia tener esta sensación una vez, y yo he sido afortunado para jugar en cuatro equipos realmente grandiosos, así que me siento bendecido”.

No obstante, ninguno de los anteriores campeonatos de Brady puede compararse con este. Venir de atrás en el cuarto periodo es una cosa; venir de 10 puntos contra la mejor defensa de la liga, son palabras mayores.

Cuando Seattle ganaba y necesitaba sólo detener una ofensiva más de los Patriots para ser el primer equipo en refrendar la corona desde hace 10 años, Brady les habló a sus compañeros de la ofensiva.

“Estábamos abajo por 10 (puntos) y nada más dijimos, ‘Miren, tenemos que tener una buena serie para regresar al partido’. Hicimos las jugadas. Nos repusimos de dos castigos y conseguimos las jugadas y más tarde volvimos a tener el balón y anotamos de nuevo”.

El triunfo también elevó a Bill Belichick en los libros de historia. El cuestionado coach llegó a cuatro títulos, emulando al legendario Chuck Noll, quien lo hizo con Pittsburgh en los 70.

La diferencia es que esos Steelers fueron una dinastía con la misma base de jugadores. Y estos Patriots campeones han seguido reinventándose en tiempos de agencia libre y tope salarial, con Brady y Belichick como los únicos sobrevivientes de todos los campeonatos.

La victoria le extrajo a Belichick, quien estuvo dirigiendo bajo la sospecha de haber tratado de hacer trampa con el asunto de los balones desinflados, su lado más humano.

“La última vez que ganamos y fui bañado con Gatorade, mi padre estaba aquí”, recordó Belichick, un hombre de hielo que en toda la semana se sintió más abierto.

“Estaba pensando en él esta noche y estoy seguro que me estaba mirando. Espero que mi madre también esté mirando (por la TV), así que, ‘Hola, mamá!”.

Los Chiefs de Kansas City demolieron a los Patriots en un partido de lunes por la noche en la semana 4. El marcador fue 41-14 y eso derivó en comentarios alarmistas sobre el inminente principio del ocaso para Tom Brady y, por tanto, para Nueva Inglaterra. El domingo, Bill Belichick dijo que fue al medio tiempo de aquel juego de septiembre cuando se dio cuenta de que su conjunto tenía algo especial.

“No tuvimos un buen día, pero continuamos peleando. Para mí, si hubo una ocasión para ya no seguir jugando fuerte, habría sido esa”, explicó el entrenador. Los Patrios estaban abajo 17-0 al medio tiempo del mencionado encuentro. “Eso me dio mucha confianza para la siguiente semana contra Cincinnati (un triunfo de 43-17). Yo diría que ese fue tal vez el momento clave de nuestra temporada”.

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