Jeff Bridges: “Me resisto a comprometerme”

“Necesitábamos un actor que pudiera actuar gruñón, taciturno e irascible, envejecido pero aún vivaz y juvenil, encantador cuando quiere serlo, y con un gran físico”. Así define el productor Basil Iwanyk la búsqueda del actor que protagonizara Seventh Son, una aventura fantástica de poderosas brujas y héroes medievales guiados por una profecía medieval.

Eligieron a Jeff Bridges.

“Si me ofrecen un papel que requiera todo eso…”, se queda pensando el actor californiano de 65 años. “La manera en que yo me acerco a un papel es mirar dentro de mí y ver qué aspectos de mi mismo tienen un paralelismo con el personaje. Algunas veces voy a amplificar ciertos aspectos y los que no aplican al personaje tengo que dejarlos al margen… pero siempre trabajando con aspectos de uno mismo; ése es el punto de partida”.

Bridges es uno de los actores más respetados en la industria. A los 22 años fue nominado por primera vez a un Oscar, premio que no ganó hasta los 60, en su quinta nominación. Y aún recibió una más. Pero los galardones no le quitan el sueño, de hecho, tiene claro que el cine no lo es todo. Es sólo una parte más de su vida, lo que tiene en cuenta al elegir un personaje.

“Me resisto a comprometerme, porque sé lo que significa. En primer lugar, estar lejos de mi familia. Cuando rodé Seventh Son también rodé R.I.P.D. Estuve fuera casi un año. Mi mujer tuvo que evacuar la casa por incendios dos veces, ella sola”, cuenta. “Y tengo otros intereses. Amo la música. Acabo de volver de una gira con mi banda, The Abiders. Me gusta pintar, la cerámica… Así que me resisto a comprometerme hasta que algo es demasiado excitante y me arrastra”.

En el caso de Seventh Son lo que le arrastró es que el filme dirigido por el ruso Sergey Bodrov no era simplemente una batalla entre el bien y el mal, lo que le parece “cursi”, sino que muestra que el bien y el mal están en el corazón de cada humano.

Seventh Son cuenta la historia del último guerrero de una estirpe casi invencible, Master Gregory (el propio Bridges), que vuelve a enfrentarse años después a la maligna bruja Mother Malkin (Julianne Moore). Para ello necesita reclutar a un séptimo hijo de un séptimo hijo, como reza una profecía. La fotografía, el vestuario, las localizaciones, los detalles… todo está cuidado al máximo en esta película de poco más de hora y media y multitud de personajes secundarios que al final no caben en la historia. La sensación es que falta algo, más profundidad.

“A veces cuando estás montando una película se siente larga. Entonces la quieres hacer más corta. Y cuando la cortas, se siente aún más larga, porque la gente no está tan metida en ella como podría estar”, explica Bridges. “Grabamos más escenas de la historia que está por detrás, pero no se utilizaron”.

“Cuando haces películas, los cineastas se meten tanto en la historia que piensan “lo van a entender”, pero para alguien que ve la película por primera vez, va muy rápido”, añade.

Su contraparte en Seventh Son es Julianne Moore, con la que ya trabajó en 1998 en una de las películas más célebres de Bridges: The Big Lebowsky.

“Hacer películas es como tener pequeñas encarnaciones. A veces hay gente con la que sientes que tuviste una vida antes”, explica sobre Moore. “Es tan maravilloso trabajar con Julianne. Y simplemente estar con ella. Es una persona tan alegre… y afrontamos nuestro trabajo de una forma similar. Algunos actores no quieren que les llames por su nombre real, sólo por el nombre de su personaje. No los tratas, sólo entre “acción” y “corten”. Es una buena forma de trabajar, pero no la que yo utilizo. Yo quiero conocer a los otros actores y eso puede ayudar al trabajo, en mi opinión. Y Julie es de esa forma”.

El personaje de Bridges, el de un guerrero -aunque anciano-, es muy físico.

“Aún tengo un chico dentro”, asegura. “Y cuando eres un chico estás siempre poniéndote a prueba y haciendo cosas peligrosas y divertidas. Así respondí al personaje. Pero por supuesto, soy más viejo y ya cometí el error de pasarme en el pasado, así que tuve la fortuna de tener un buen coordinador de dobles para las escenas peligrosas”.

Aún así, Bridges participó en muchos planos de las escenas de lucha, presentes a lo largo de todo el film.

“Es como una rutina de danza. Cuando haces una pelea, empiezas muy, muy despacio. Lo vas repitiendo. Poco a poco lo vas acelerando. La idea es que al final parezca que lo estás haciendo por primera vez”.