El mejor psicólogo es uno mismo
A todos nos pasa, estamos tan metidos en nuestras vidas, que pensamos que alguien más- quizás- hasta un desconocido, tiene la solución a nuestros problemas.
Llamamos a la amiga, a la vecina, a la mamá, buscamos en google y hasta pagamos miles de dólares para que alguien más nos de el consejo que tenemos en el fondo del corazón. En la mayoría de las ocasiones, esperamos secretamente que ese “alguien más” nos diga lo que queremos escuchar. Le damos ese poder a una persona que acabamos de conocer para que indirectamente tome las riendas de nuestra vida diciéndonos que hacer o no.
Si, claro… No existe mejor terapia que contar nuestros problemas. He ahí la clave: contar. Si, tal vez la técnica es escucharnos a nosotros mismos mientras creemos que le estamos diciendo lo que nos pasa a los demás.
A mi querida madre todo el mundo le pide consejo. Cuando yo estaba en la escuela, a mi casa llegaban mis compañeras y amigas para contarle a ella sus problemas. Leti, como la conocen todos, es una mujer muy inteligente y siempre termina haciendo que quien le pide un consejo se de cuenta por él o ella misma de lo que realmente quiere. He ahí su herramienta: escuchar y dejar que la persona hable hasta el cansancio.
Quién haya estado en una sesión con un psicólogo, se dará cuenta que si la terapista dice poco y escucha mucho, terminamos diciendo “wow, tremenda sesión” cuando en realidad la terapia no las dimos nosotros mismos. Por algo será que las oficinas de de los expertos casi siempre tienen un sofá para que el cliente se relaje y “suelte la sopa”, y por algo será que a la mayoría le va tan bien económicamente.
Hace unos días le pedí a mi querida madre que me dijera que hacer con un tema delicado. De esas cosas que solamente se le confiesan a una mamá. Después de unos segundos de silencio me dijo: “mija, usted bien sabe qué es lo correcto” y si, yo sabía lo que tenía que hacer, pero no me atrevía a confiar en lo que llaman el “sexto sentido” o esa “corazonada” que tanto nos guía.
Mi madre siempre ha dicho lo mismo: “el mejor psicólogo es uno mismo”. Todos tenemos la capacidad de “lavarnos el cerebro”, de hacer de nuestra vida lo que queremos. ¿Un hombre no te valora y respeta?, sabemos que la respuesta es dejarlo. ¿Te diste cuenta que tu mejor amiga habla mal de ti?, sabes que debes alejarte. En fin, si aprendemos a escucharnos a nosotros mismos, nos daremos cuenta de que tenemos la respuesta siempre con nosotros. Hay algo más, escuchar lo que nos dice el corazón no solo sale barato, porque no tenemos que contratar a un psicólogo, sino que también nos permite actuar (bien o mal) sin poder después apuntar el dedo y culpar a alguien más por nuestros errores. No solamente eso, te evitas los chismes y los comentarios incómodos.
¿Qué les parece?Al fin y al cabo, será el consejo más puro porque viene de ti para ti.
Espero sus comentarios,
Carolina Sarassa
@CarolinaSarassa