Pablo Álvarez, el otro español del NYCFC
NUEVA YORK – Cuando el New York City FC juega fuera de casa, el español Pablo Álvarez (Oviedo, 1980) vuelve a compartir habitación de hotel con David Villa, igual que cuando ambos eran dos adolescentes que soñaban con subir al primer equipo del Sporting de Gijón.
El domingo pasado Álvarez jugó su primer partido como titular con el City, en el Yankee Stadium, pero seguramente vendrán muchos más.
“Lo hizo muy bien”, aseguró su técnico, Jason Kreis. “Fue brillante, buenas decisiones, buenos pases y centros al área”.
“Es un jugador diferente”, asegura Villa. “Con una capacidad ofensiva enorme y, sobre todo, con un gran toque de balón y calidad para dar el último pase… muy habilidoso. Un jugador muy bueno para nosotros”.
Pero el camino hasta aquí no fue fácil.
Álvarez llevaba “un par de años” interesado en jugar en la MLS, pero no fue hasta que Villa fichó por el nuevo equipo de Nueva York cuando se le abrió un contacto directo en la Liga de Estados Unidos. Era el verano de 2014 y Álvarez había terminado su contrato con el Lugo, de la 2ª división española.
“Hablé con el Guaje y me dijo ‘aquí es difícil entrar pero creo que enero puedes venir a probar’”, explica Álvarez.
Así que Álvarez buscó en España un equipo que le permitiera salir si la prueba con el NYCFC se confirmaba y jugó cuatro meses en la 2ªB, en el UP Langreo de su natal Asturias, club en el que creció el propio Villa hasta los 16 años.
En diciembre dejó el Langreo y el 8 de enero aterrizó en Nueva York.
“Empecé a entrenar y me dijeron desde el principio que era complicado que me quedara, porque tenían bastantes jugadores, y por la edad”, recuerda.
Álvarez sabía que no iba a ser fácil a sus 34 años. Pero tras unos días de entrenamiento y algunos amistosos en Nueva York, Kreis contó con él para continuar la segunda parte de la pretemporada en Manchester.
“Cuando acabamos en Manchester me dijeron que querían que me quedara”, recuerda. El 6 de marzo firmó su contrato con el NYCFC por una temporada.
Kreis no se convenció de inmediato con el juego de Álvarez y en los primeros partidos no entró en la convocatoria. Pero el 12 de abril lo envió con los Wilmington Hammerheads, filial del NYCFC en Carolina del Norte, que jugaba ese fin de semana en Nueva Jersey. La actuación del centrocampista español debió convencer al técnico, que el siguiente fin de semana lo convocó para jugar ante Portland Timbers. No fue titular, pero debutó en la segunda parte y dio un pase de gol que supuso la mejor oportunidad del City en el partido.
Ante el potente Seattle Sounders, Álvarez jugó el domingo pasado su primer partido completo, con una actuación brillante durante la primera mitad, en la que fue el motor ofensivo del equipo mientras Villa, por primera vez disponible en varias semanas tras una lesión, esperaba su turno en la banca.
“A Pablo lo vi muy bien. Nos dio mucha diferencia en ataque. Jugó muy bien entre líneas, buscó a la gente de arriba y creó muchas ocasiones de gol”, comentó la estrella del City. “Demostró que tiene condiciones para ser un jugador importante en este equipo”.
En la segunda parte “el Guaje” saltó al césped del Yankee Stadium y se reencontró con su antiguo compañero del Sporting de Gijón en un terreno de juego 12 años después.
“Me alegro mucho de que esté aquí. Es mi amigo desde que teníamos 16 años en la cantera del Sporting. Subimos juntos al primer equipo”, recuerda Villa. “Luego tomamos caminos diferentes, pero hemos mantenido la relación siempre durante la temporada por contacto telefónico y cuando nos reuníamos en Asturias en verano y en Navidad con los parones de Liga siempre quedábamos para vernos con él y con su familia”.
Su vida en Estados Unidos
Álvarez no sabe qué le deparará el futuro, pero está disfrutando del presente.
“Es una oportunidad muy buena para mí. Volver a jugar en una primera división en un país como éste es una pasada”, comenta. “Sé que es difícil, hay competencia, tengo 34 años, pero me encuentro bien, estoy a gusto y lo que pueda jugar y disfrutar del fútbol lo voy a hacer”.
Lo que más le llama la atención es lo “bien organizado” que está todo.
“Aquí todos los deportes los montan para el espectador, para el espectáculo. Por ejemplo: aquí si no llega la gente, empiezan un poco más tarde el partido”, dice sorprendido.
Álvarez vive con su novia en Elmsford, NY, en el condado de Westchester, muy cerca de las instalaciones de entrenamiento del equipo en la universidad estatal SUNY en Purchase, junto a White Plains. Pero planea mudarse a la ciudad más adelante.
“Las instalaciones de entrenamiento son impresionantes. Desayunamos allí, comemos allí, tengo clases de inglés después del entrenamiento”, explica.
Álvarez no tuvo problemas el domingo para responder en inglés a la prensa después del partido.
“Toda la vida he ido a clases y los dos últimos dos años de conversación, porque ya llevaba tiempo queriendo venir aquí. Siempre me llamó esta liga”, asegura.
En los días libres aprovecha para acercarse a Nueva York y disfrutar de la ciudad.
“El martes si podemos iremos a ver un musical. Hay muchas cosas que hacer. No te aburres. Estoy esperando a que venga mi familia de visita y mis amigos para también hacer un poco de turismo con ellos”, comenta Álvarez, que se ve a menudo con Villa y su esposa.
Para el máximo goleador de la historia de la selección española es importante tener a su amigo cerca.
“Si no el mejor, es uno de los grandes amigos que he hecho dentro del fútbol. Es un honor, un orgullo y una gran satisfacción, y muy importante para mí de cara a triunfar aquí tenerle al lado”, asegura.