Cuba sale de la ‘lista negra’ de EEUU

Se elimina uno de los mayores obstáculos hacia la normalización diplomática entre ambos países

La apertura de relaciones con Cuba ofrece oportunidades a negocios de EEUU.

La apertura de relaciones con Cuba ofrece oportunidades a negocios de EEUU. Crédito: Shutterstock

Washington.- Cuba salió oficialmente de la lista de países patrocinadores del terrorismo que elabora cada año el Gobierno de EEUU y en la que estaba desde 1982, anunció el Departamento de Estado, eliminándose así  uno de los mayores obstáculos hacia la normalización y la reapertura de embajadas en Washington y La Habana.

El anuncio fue hecho justo al cumplirse el plazo de 45 días que había que esperar desde que el Presidente Barack Obama comunicó al Congreso que sacaría a Cuba de la lista de terroristas, en la que ahora solo quedan incluidos Irán, Siria y Sudán.

Como ese plazo “ha expirado”, el secretario de Estado, John Kerry, “ha tomado la decisión final de rescindir la designación de Cuba como un Estado Patrocinador del Terrorismo, que entra en vigor hoy, 29 de mayo de 2015”, indicó en un comunicado un portavoz del Departamento de Estado, Jeff Rathke.

Según el portavoz, la evaluación realizada por el Departamento de Estado a petición de Obama concluyó que Cuba “cumple con los criterios legales” para abandonar esa lista.

Rathke matizó que EEUU sigue teniendo “importantes preocupaciones y desacuerdos sobre una amplia gama de políticas y acciones de Cuba”, pero que están “fuera de los criterios pertinentes para la rescisión de la designación como Estado Patrocinador del Terrorismo”.

El pasado 14 de abril, tras su histórica reunión con el presidente cubano, Raúl Castro, celebrada en Panamá durante la Cumbre de las Américas, Obama anunció su decisión de eliminar a Cuba de esa lista, en la que estaba junto con Irán, Sudán y Siria.

En un mensaje enviado entonces al Congreso, Obama certificó que el Gobierno de Cuba “no ha proporcionado ningún apoyo al terrorismo internacional durante los últimos seis meses”, y ha expresado “garantías de que no respaldará actos de terrorismo internacional en el futuro“.

Las razones de Washington para mantener hasta ahora a Cuba en la lista eran su presunta acogida a miembros de la organización terrorista vasca ETA, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y a algunos fugitivos de la Justicia estadounidense.

Cuba reclamaba desde hace años salir de esa “lista negra” y la revisión de su designación como país patrocinador del terrorismo formó parte del histórico acuerdo anunciado por Obama y Castro en diciembre pasado para la normalización de las relaciones bilaterales.

El proceso de apertura de las embajadas

Desde 1977, a raíz de un tímido deshielo iniciado por el entonces presidente Jimmy Carter, las relaciones entre Cuba y EEUU  se dan a nivel de “secciones de intereses”, bajo la protección del Gobierno suizo, que ahora dejará de tener jurisdicción sobre las dos misiones diplomáticas.

Sin embargo, el proceso para la apertura de las respectivas embajdas no será fácil, al menos para Estados Unidos, ya que dos senadores de origen cubano, el republicano Marco Rubio y el demócrata Bob Menéndez, han expresado que harán todo lo posible para bloquear el nombramiento de un embajador estadounidense en La Habana.

“No sólo no enviaremos un embajador. Vamos a hacer todo lo posible para no incrementar el presupuesto del Departamento de Estado al ampliar la embajada en La Habana”, ha dicho Rubio.

Si el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, donde tienen asiento Rubio y Menéndez, no aprueba el nombramiento de un embajador en La Habana, el actual jefe de la Sección de Intereses, Jeff de Laurentis, asumiría el cargo de “encargado de negocios”.

En contrapartida, como un embajador cubano en Washington necesita apenas ser nombrado por el ministerio de Exteriores, en los primeros tiempos habría un desequilibrio entre las dos capitales.

Obama tiene opciones para evadir al Congreso

Obama tiene una forma de sortear el escollo ya que cuenta con la capacidad para nombrar un embajador en La Habana a espaldas del Senado en ciertas circunstancias.
Es lo que se llama un ‘nombramiento de receso’, o sea, puede colocar a un diplomático en La Habana aprovechando las vacaciones de verano de los congresistas y senadores. El nombramiento sería válido apenas por un año, pero se da por descontado que ese período sería suficiente para convencer a la mayoría de los senadores de mantener un embajador en La Habana.

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