Atleta especial corre para que lo dejen ver a su hija

Benjamín Bravo va por algo más grande que una medalla de oro, busca triunfar en los Juegos Mundiales de Los Ángeles para que le permitan ver a su hija otra vez

Benjamín Bravo entrena para los Juegos Mundiales en la pista de la escuela Baldwin Park High School.

Benjamín Bravo entrena para los Juegos Mundiales en la pista de la escuela Baldwin Park High School. Foto: Ciro Cesar/La Opinión Crédito: Ciro Cesar

Los rayos de sol caían a plomo en la pista de atletismo de Baldwin Park High School, pero Benjamín Bravo no bajaba la intensidad de su entrenamiento.

“Me estoy preparando para ser el mejor”, dijo el joven de 22 años de edad mientras secaba el sudor que perlaba su frente.

El intenso calor, que rebasaba los 90 grados Fahrenheit, no representaba obstáculo alguno para que Bravo se entregara al máximo en la pista, al fin y al cabo en su vida ha tenido que sortear dificultades más grandes.

Un diagnóstico de discapacidad intelectual, el abandono de sus padres, una hija de un año de edad a la que no puede ver por sufrir depresión y la lucha en contra de adicciones, marcan la historia de su vida.

La adversidad que debe enfrentar todos los días no detiene el trabajo de Bravo, quien se prepara para representar a los Estados Unidos en los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales que se efectuarán en Los Ángeles a partir del 25 de julio.

“Ben es un perfeccionista, trabaja muy fuerte, si algo no sale como debe de ser, él mismo pide seguir entrenando hasta que obtiene los resultados que le satisfacen”, dijo el entrenador de Bravo, Mike Goodwin.

Quiere el oro, y el récord

Durante los Juegos Mundiales, Bravo participará en las pruebas de 100 metros, 200 metros y relevo de 4 x 100, y su objetivo principal es superar el récord de 10.85 segundos en los 100 metros planos.

“Yo sé que Ben quiere ganar el primer lugar, romper ese récord, pero aquí en las Olimpiadas Especiales creo que lo más importante para estos atletas es la oportunidad que tienen de competir. Esta es una gran oportunidad para todos estos atletas. No se trata acerca de ganar, no se trata acerca de perder, de lo que se trata es de de competir”, afirmó Goodwin.

Con su camiseta empapada en sudor por el esfuerzo realizado, Bravo se tomó un respiro en su entrenamiento para contar que está buscando trabajo como limpiador de oficinas, que vive con un grupo de otras cuatro personas que requieren atención personalizada y que cada dos meses debe consultar a su médico para seguir el tratamiento que lo ayuda a combatir su déficit de atención.

El deporte es su terapia

El atleta, de padres mexicanos pero que nació en Los Ángeles, aseguró que parte muy importante de su terapia es el deporte.

“Correr es lo que más feliz me hace, me siento muy orgulloso de poder hacerlo”, comentó. “El deporte me cambió la vida, dejé las drogas, tengo una hija, voy a la iglesia y me ha dado mucha disciplina para crecer como hombre”.

Bravo tiene dos años perteneciendo a la organización de Olimpiadas Especiales y en los Juegos Mundiales espera no solamente competir, sino ganar una medalla de oro, una medalla que le representaría algo mucho más importante que ocupar el podio de los ganadores.

“A mi hija no la veo desde el día en que nació, quiero ganar una medalla de oro para que vean que estoy bien, para poderla ver otra vez, esa es mi meta más grande como hombre, volver a ver a mi hija”, apuntó.

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