Empresas de EEUU piden ahora el fin del embargo
La normalización ya tiene a varias multinacionales con los ojos puestos en la isla
Washington
Tras la reanudación de las relaciones con Cuba, las empresas estadounidenses que desean invertir en la isla aguardan ahora un cambio en las regulaciones, especialmente el levantamiento del embargo, algo que no depende del Gobierno de EEUU y que puede tardar años.
En los últimos meses, después del anuncio de la normalización de las relaciones, empresas como Netflix, MasterCard y AirBNB ya han anunciado el inicio de sus operaciones en Cuba.
Asimismo, cuatro compañías de ferry del sur de Florida cuentan ya con licencia oficial para trasladar por mar viajeros a Cuba (United Caribbean Lines Florida, Havana Ferry Partner, Baja Ferries USA, CubaKat), un viaje de apenas 150 kilómetros y que lleva suspendido desde hace más de cinco décadas.
Este lunes, tras la formalización de la reapertura de las embajadas respectivas en Washington y La Habana cerradas desde 1961, la compañía aérea United Airlines felicitaba a los dos Gobiernos y expresaba su intención de “continuar el diálogo constructivo con ambas autoridades para proporcionar a nuestros clientes un servicio entre ambas naciones, sujeto a la aprobación del Gobierno”.
Los empresarios estadounidenses no se cansan de apuntar el potencial económico de Cuba, el mayor mercado del Caribe con 11 millones de personas y con unas tremendas necesidades en áreas como agricultura, telecomunicaciones o infraestructura.
En concreto, el turismo hacia la isla caribeña es uno de los sectores que cuenta con más interés empresarial, a lo que hay que sumar la gran diáspora cubana en EE.UU., de cerca de dos millones de personas.
Desde el anuncio de normalización de las relaciones, la Administración del presidente Barack Obama ha tomado una serie de medidas para flexibilizar las condiciones de viaje a Cuba desde EE.UU., el envío de remesas y el levantamiento de algunos obstáculos para las transacciones financieras.
No obstante, y como señaló Susan Segal, presidenta del Council of the Americas, en una conferencia la pasada semana, “estamos solo en el principio de un proceso, y va a tomar tiempo”.
Aunque las necesidades de inversión son enormes en Cuba, el gran obstáculo es el embargo comercial de EE.UU. en vigor desde hace décadas y algo que no depende del Gobierno, por lo que debe ser el Congreso quien lo derogue, lo que en la práctica significa que puede tardar años.
En este sentido, María Conchita Méndez, coordinadora de la Autoridad Portuaria de Mobile (Alabama) para América Latina, desde donde se comercia con los sectores avícolas y maderero de Cuba, remarcó a Efe en la ceremonia de apertura de la embajada caribeña en Washington la importancia de este momento simbólico.
“Todo acercamiento es un paso adelante. Hay que ver, como todo en la vida, pero hay que ver la parte positiva. El embargo no tiene sentido, fue hecho por personas que nunca han querido un acercamiento”, señaló Méndez al destacar las oportunidades económicas tanto para Cuba como para EE.UU.
Por su parte, las grandes compañías estadounidenses, como las petroleras o constructoras, deberán esperar todavía a la supresión de esta gran traba para poder trabajar en el mercado cubano.
En paralelo, será necesario un avance en la reforma por parte de La Habana del modelo económico cubano, que sigue bajo un estricto control gubernamental y con un complejo sistema cambiario que distorsiona todas las operaciones.
“Todo lo ocurrido en Cuba en el sector privado hasta el momento es a nivel muy ‘micro'”, explicó Segal al comentar los permisos dados recientemente para que los cubanos puedan desarrollar pequeñas iniciativas privadas.
Por su parte, Carlos Gutiérrez, exsecretario de Comercio de EE.UU., apuntó en una charla en el Atlantic Council como imprescindible la unificación cambiaria en Cuba, donde actualmente conviven dos monedas, el peso cubano y el convertible.
Otro elemento clave, a juicio de Gutiérrez, es la reintegración de Cuba a los organismos internacionales como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“Cuba no ha conocido los beneficios de la inversión de capital, bajos tipos de interés, asistencia técnica, cuestiones que pueden tener un impacto significativo en las vidas de los cubanos”, sostuvo Gutiérrez.
Caso espinoso
Por último, en este complicado panorama, destaca el espinoso caso de las reclamaciones de estadounidenses sobre propiedades confiscadas por parte del Gobierno revolucionario de Fidel Castro.
De acuerdo a un informe del centro de estudios Brookings de Washington casi 6,000 estadounidenses ya han presentado reclamaciones oficiales, que se elevan a una cifra “muy significativa” de entre 6,000 y 7,000 millones de dólares.