Para los hispanos, la universidad no es suficiente
Las familias hispanas y afroamericanas lideradas por personas con una licenciatura, lo han pasado peor que familias latinas y afroamericanas sin estudios universitarios
Para miles de personas, la universidad es la única esperanza para una vida mejor. Crédito: Archivo | Impremedia
El título universitario garantiza una mejor posición económica y seguridad financiera para las familias. Esta es una verdad incontestable en el caso de familias blancas y asiáticas. Para latinos y afroamericanos el título no es suficiente para garantizar la estabilidad y el crecimiento financiero.
Según dos economistas de la Reserva Federal de St. Louis, William R. Emmons y Bryan J. Noeth, los ingresos promedios de una familia liderada por un licencidado están 2.4 veces por encima que los de las familias en las que no existen títulos universitarios, y hay una relación similar en lo que se refiere a acumulación de patrimonio. En el caso de latinos y afroamericanos el ratio es menor.
Pero lo más inquietante es que en las dos últimas décadas, las familias hispanas y negras lideradas por personas con una licenciatura, lo han pasado peor que otras familias latinas y afroamericanas sin estudios universitarios. Durante los años de la última crisis y la lenta recuperación (2007-2013), el patrimonio de las familias latinas con un cabeza de familia universitario registró pérdidas del 72% mientras que las familias de esta misma comunidad sin estudios vieron sus fortunas caer un 41%. En el caso de los blancos, los licenciados perdieron un 16%, mientras que las familias blancas sin títulos superiores la caída fue del 33%.
Según los estudios de estos expertos, la educación superior “por sí misma no es suficiente para competir en igualdad de condiciones”.
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Ambos economistas dicen que hay que estudiar más esta situación pero apuntan a varias causas. La primera es que normalmente los latinos ganan licenciaturas, pero no cursan estudios por encima de este grado, lo que les garantizaría mayores ingresos. Adicionalmente la discriminación y los tipos de trabajo que consiguen los miembros de cada comunidad explican parte de la diferencia.
Las “elecciones financieras” también son una trampa para estas dos minorías, que tienen una deuda estudiantil e hipotecaria mayor que blancos y asiáticos y muy buena parte de su patrimonio invertido en vivienda (con hipotecas) y no tanto en planes de pensiones o acciones que se han recuperado antes de la crisis.
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