Manos peruanas labran la silla y el altar para la misa del Papa Francisco en la Basílica

El altar es tan pesado que será trasladado con grúa hidráulica al exterior de la Basílica

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Crédito: Maria Peña

Washington.- Con las manos agrietadas y el rostro surcado de sudor, el carpintero peruano, Carlos Hernández, trabaja contrarreloj para dar los últimos retoques a la silla y el altar que el Papa Francisco estrenará la próxima semana para su misa en Washington.

Pese a la premura de entregar el trabajo el lunes próximo, Hernández hizo un paréntesis en su jornada en la Basílica de la Inmaculada Concepción y, con el ruido de martillos y taladros de fondo, cedió unos minutos a la prensa.

“Esto es un premio para mí, para mi familia, mis amigos, mi madre que todavía está en mi país”, afirmó Hernández, al asegurar que es “un sentimiento especial porque el Papa es latino, igual que yo”.
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Logrando sueños

Hernández se describió como un hombre “premiado” y “bendecido” por partida doble ya que, hace siete años, también trabajó en el altar que usó el Papa Benedicto XVI.

“Esto es un sueño que muchos quisieran alcanzar, y para mí es una vivencia fantástica… mi primer sueño fue cuando trabajé en el proyecto del Papa Benedicto XVI”, señaló Hernández, carpintero de profesión y que lleva 16 años trabajando en la compañía “St. Joseph”, a cargo del proyecto.

Pero esta obra, que comenzó hace dos meses y está financiada por la archidiócesis de Washington, conlleva mucho más trabajo y, una vez terminado, el altar, con una encimera de granito, pesará más de mi libras.

Por su volumen y peso será trasladado con la ayuda de una grúa hidráulica al portico Este de la Basílica, donde, antes unos 25,000 invitados, el Papa Francisco presidirá la misa de canonización del beato español Junípero Serra, quien estuvo a cargo de una misión evangelizadora en California.

El altar, hecho a mano de principio a fin, luce una madera contrachapada con imitación de mármol y un color que hace armonía con las columnas del interior de la Basílica.

Hernández y el equipo de seis ebanistas trabajan ocho horas al día pero en ocasiones hacen jornadas de más de diez, especialmente cuando “hay detalles que se tienen que modificar”.
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Raíces migrantes

Hernández emigró de Perú a Washington en junio de 2000,  a los 41 años de edad, y logró hace año y medio la residencia permanente gracias a la “ley de 245i” y al patrocinio de su jefe, David Cahoon, el dueño de “St. Joseph”.

Es que la narrativa de Hernández es la de decenas de miles de inmigrantes en EEUU, a los que el Papa Francisco se dirigirá durante la misa de canonización en la Basílica el próximo 23 de septiembre.

El Papa “es el que más toca el tema (de las familias inmigrantes), porque él ve el sufrimiento de mucha gente que necesita de este país, de la ayuda, y creo que es un tema que no va a escapar de su mente”, vaticinó.

Si pudiese saludar al Papa, “le pediría que siga haciendo lo que hasta ahora, para que los gobernadores, los presidentes de todos los países terminen con las guerras, la violencia, y que nos ayudemos porque vivimos en un mundo en el que tenemos que compartir todos”, puntualizó.

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