La lenta muerte por hambre de las ciudades sitiadas en Siria

Organizaciones humanitarias dicen que en algunas ciudades sitiadas la gente se alimenta de hierba o incluso de gatos y perros. El gobierno sirio permitirá el ingreso de ayuda a Madaya, donde la situación es desesperada

Algunos civiles están muriendo en Madaya por la escasez de alimentos y medicamentos.

Algunos civiles están muriendo en Madaya por la escasez de alimentos y medicamentos. Crédito: BBC

Algunos se estarían alimentando con hierba y hojas de árboles para calmar el hambre y sobrevivir. Otros habrían llegado a consumir gatos y perros.

Eso es lo que está sucediendo, según algunas informaciones, en las poblaciones de Siria sitiadas por la guerra civil que desde hace cerca de cinco años azota a la nación árabe y que hasta el momento ha dejado más de 250.000 muertos.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió que en la localidad de Madaya la situación es “extremadamente desesperada”.

Según algunas organizaciones de ayuda humanitaria que operan en la región, en esta ciudad controlada por fuerzas rebeldes y situada a 25 kilómetros al noreste de Damasco, la capital siria, algunos civiles están muriendo por la escasez de alimentos y medicamentos, o al intentar escapar del cerco.

En las poblaciones noroccidentales de Foah y Kefraya, que están en manos del gobierno, la situación es también es dramática.

El gobierno sirio anunció este jueves que permitirá la entrada de asistencia a Madaya.

Desde el Programa Mundial de Alimentos de la Organización de Naciones Unidas dijeron que si se permite el acceso, los camiones con suministros podrían llegar a la zona el próximo lunes.

Sitio como arma de guerra

Según la ONU, todas las partes en el conflicto sirio han utilizado los sitios a pueblos y ciudades como estrategia de guerra, lo que supone una violación del derecho internacional humanitario.

No se sabe excatamente cuántas personas han muerto de hambre en las ciudades sitiadas en Siria.

En Siria cerca de 4,5 millones de personas viven en áreas de difícil acceso, incluyendo 400,000 en 15 lugares sitiados que no tienen acceso a los suministros necesarios para sobrevivir.

Madaya, que está situada a 11 kilómetros de la frontera con Líbano, ha estado sitiada desde principios de julio por fuerzas del gobierno y sus aliados de Hezbolá, el movimiento islamista chiita libanés.

A mediados de octubre, se permitió la entrada de 21 camiones con suministros humanitarios y medicinas en la localidad, donde se cree que viven unas 40.000 personas.

Las condiciones han empeorado desde entonces, con la llegada del invierno y un parón de asistencia.

El portavoz del CIRC, Pawel Krzysiek, le dijo a la BBC que había visitado Madaya recientemente y que la situación ya era muy difícil.

“La gente vive allí con lo básico. Ahora, la situación es más desesperada”, explicó

“El invierno obviamente hace las cosas peores, con la gente buscando lo que puede para encender sus estufas, incluyendo plástico, que produce problemas respiratorios”.

Gatos y perros

Krzysiek dijo que el CIRC no ha podido confirmar cuántas muertes ha habido en Madaya.

Pero el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización con base en Reino Unido, informó el lunes que diez personas habían muerto por falta de alimentos en semanas recientes y que otras 13 habían sido acribilladas por las fuerzas leales al gobierno o destrozadas por minas cuando habían salido en busca de comida.

Además, aseguran que 1.200 personas en la población han muerto de enfermedades crónicas al no poder medicarse y que más de 300 niños estaban sufriendo de desnutrición y otros males.

“Los ciudadanos están muriendo. Están alimentándose del suelo. Comiendo gatos y perros”, relató a la BBC un activista cuya familia vive en Madaya.

El activista hizo un llamado a la ONU para que la comunidad internacional apoye al pueblo de Madaya y abra corredores humanitarios.

Los observadores dicen que el gobierno reforzó más el sitio de Madaya en represalia por los sitios de Foah y Kefraya.

Niños refugiados sirios se congregan frente a las oficinas de la ONU en Beirut para pedir intervención internacional.

Se informa que la situación en estas poblaciones, que son principalmente chiitas y que están en manos rebeldes, también ha empeorado desde de caída en septiembre de una base aérea del gobierno donde podían aterrizar helicópteros que llevaban suministros.

Se estima que unas 30.000 personas están atrapadas en esas localidades y que se han visto forzadas a comer césped y a someterse a operaciones sin anestesia, según unos soldados del gobierno heridos, que fueron evacuados a finales de diciembre.

Pawel Krzysiek dice que es “prioridad urgente” de la Cruz Roja llevar alimentos a Madaya, Foah y Kefraya en los días venideros, pero advirtió que habría que negociar el acceso.

El gobierno de Siria informó, sin embargo, que permitirá la entrada de asistencia a Madaya, en los próximos días.

Jim Muir, corresponsal de la BBC en Beirut, cree que la decisión del gobierno de Bashar al Asad no significará el fin del sufrimiento para los sirios que viven en poblaciones sitiadas.

Muir señala que no está claro por qué el caso de Madaya ha ganado prominencia en los últimos días, ya que hay otras áreas controladas por los rebeldes, como algunos suburbios de Damasco, llevan más tiempo sitiadas.

El conflicto en Siria ha dejado cientos de miles de muertos y millones de desplazados.

Según nuestro corresponsal, quizás Madaya ha sido más fácil de bloquear completamente que otras localidades, cuyos sitios son más porosos.

El costo de los productos básicos en Madaya se ha disparado en las últimas semanas, llegando a pagarse, según informaciones llegadas desde la ciudad, US$250 por un kilo de trigo molido y US$300 por 900 gramos de leche en polvo para bebés.

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