Reencuentro con los indígenas 500 años después

El papa Francisco se reunirá con la comunidad chiapaneca el próximo 15 de febrero, en el marco de su visita a México

El Sumo Pontóífice llegará a México el próximo 12 de febrero.

El Sumo Pontóífice llegará a México el próximo 12 de febrero. Crédito: EFE

MÉXICO – Dominga Sántiz deja a un lado la carretera que tiene bloqueada con miembros de su organización de mujeres y otros pobladores de Oxchuc, en la selva chiapaneca, para contestar el teléfono. Atenderá unos minutos y sólo unos minutos porque no piensa irse de ahí hasta que se arregle el despelote político que hay en su comunidad.

Si esto sigue así para el 15 de febrero- advierte sobre la fecha en que estará el papa Francisco en San Cristóbal de las Casas– tendrá que ausentarse de la protesta “por un día” porque ya se comprometió con la Diócesis a estar en la comida con el Santo Padre y ahí no piensa callar nada sobre los sempiternos conflictos políticos de los indígenas.

¿Cómo es posible que la alcaldesa María Gloria Sánchez y su esposo Norberto lleven tres periodos reeligiéndose como alcaldes comprando votos?¿Cómo es posible que este sistema que implementó hace décadas el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para eternizarse en el poder ahora sean causa de muerte y violencia en el estado más pobre del país?

Y peor aún: en la región donde se encuentra la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, la más antigua del país -fundada en 1539, con 75% de la población indígena- que escogió el máximo jerarca católico como puente de paz, como foco contra la injusticia histórica.

Por eso Santiz irá desde Oxchuc a  esa comida donde sólo estarán el Papa, dos obispos, ella y siete indígenas más que fueron seleccionados por su labor católica pastoral en una de las zonas donde el 50% de la población se mudó del catolicismo con los evangelistas, bautistas, presbiterianos y hasta musulmanes.

Ese día, Dominga Santiz, cocinera de la diócesis, preparará arroz con aceite de oliva y caldo desgrasado; pollo con champiñones y una ensalada de calabacita, zanahoria y brócoli -según explico en entrevista con este diario- y ya en la sobremesa, entre manzanas, mandarinas y plátanos se soltará el repertorio de exposiciones sobre la realidad local.

El sacerdote tzotzil, Sebastián López, hablara, entonces, de lo que pasa en Chalchihuitán, que no es más que una muestra de las miles de comunidades donde no hay más comida que tortillas y frijol y verdura; donde los doctores quedan tan lejos sobre los caminos de terracería que la gente se muere en el camino o donde no llegan las medicinas aunque haya clínicas de salud.

“Ahora mismo hay un gran problema con el cáncer: simplemente los indígenas no tienen dinero para curárselo y sufren y nadie les ayuda. Si le dicen que hay ayuda: no es verdad”, dirá al papa Francisco a pesar de “la felicidad” que le embarga por la visita a pesar de que disfrutará la hermosa misa que le tienen preparada en lenguas, en ch’ol, tsotsil y tzeltal.

Familias tojolabales y zoques entregarán las ofrendas del pan y del vino vestidos con sus trajes típicos y una familia mestiza le entregará lo que se haya colectado para construir dos albergues para migrantes en Frontera Comalapa y en Salto de Agua porque este año de la Misericordia, la colecta no es para que se la lleve el Papa, sino para apoyar a los migrantes que pasan por ahí.

Desde Betania –ubicado en el municipio de Ocosingo, uno de los bastiones del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que estalló como guerrilla armada en 1994 para exigir el derecho a la tierra y usos y costumbres indígenas-, Carlos Aguilar, catequista tseltal, representante de la organización Pueblo Creyente, que también convivirá el 15 de febrero con el Papa, no puede hablar.

Está muy difícil allá- dice al teléfono un asistente en la iglesia de Ocosingo.

La dificultad es que después de años de la instauración de una organización política con base en usos y costumbres, los conflictos religiosos se vuelven en sociales y en políticos y todavía hay muertes y vendetas.

Pero Aguilar no puede adelantar lo que dirá a Mario Bergoglio – quien espera que su visita a San Cristobal anime al Pueblo a darle un lugar a los indígenas- porque en Betania no hay señal telefónica. Esa es la pobreza de la mayor parte de la región indígena de Chiapas.

LOS INDÍGENAS EN CIFRAS

Así es la región que visitará el Papa el 15 de febrero según el oficial Comité para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas:

75% de la población es indígena.

Etnias: tzeltal, tsotsil, chol, tojolabal y Zoque.

Etnias de refugiados guatemaltecos: mam, quiche, kanjubal y quekchi.

50% de la población es católica.

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