En el sureste de Los Ángeles la destitución de politicos nunca termina

Con una airada protesta se anunció el martes la intención de destituir a cuatro funcionarios electos de Huntington Park, el intento más reciente por cambiar el liderazgo en el sureste de Los Ángeles.

Con una alta población de inmigrantes latinos que suelen desconfiar en los gobiernos de sus países de origen, esta región tiene ahora una cultura en torno al “recall” o elecciones especiales para remover a los políticos.

Desde la década pasada, más de 40 alcaldes, ediles, representantes de agencias del agua y miembros de juntas escolares de las ciudades de Commerce, Maywood, Lynwood, Bell, South Gate, Bell Gardens, Compton y Huntington Park han enfrentado este proceso.

Estas campañas han renovado por completo tres cabildos plagados de corrupción.

Según reportes, el sureste angelino es la región de California que recibe más solicitudes de destituciones políticas. En Los Ángeles, que le supera en territorio, sólo hubo dos pedidos de este tipo desde 2003.

“Es una técnica política para poner presión, que es fácil y le pueden sacar mucho jugo político”, explicó el consultor político y antiguo concejal de Bell Gardens, Mario Beltrán, en referencia a lo costoso y difícil que es obtener cientos de votos para quitarle la curul a un oficial electo.

Y es que cualquier votante registrado en el distrito que representa el funcionario en cuestión puede solicitar su destitución, pero el reto es lograr que esta propuesta se incluya en la boleta electoral: si el padrón tiene entre 10,000 y 49,999 votantes se ocuparía al menos el 25% de los sufragios.

“Es un proceso largo, caro y complicado, a menos que haya un escándalo de corrupción”, dijo Beltrán.

El martes, un grupo de personas notificó a cuatro funcionarios de Huntington Park (la alcaldesa Karina Macías y los ediles Marilyn Sanabria, Graciela Ortiz y Jhonny Pineda) que los querían fuera del Cabildo.

“Quieren permitir que abran dispensarios de marihuana por toda la cuidad, no nos dejan hablar en las reuniones del Concilio, trajeron a trabajar a sus familiares y pusieron a su amigo en la Policía”, afirmó Jerry Torres, un inmigrante regiomontano que apoya esta propuesta.

También les reprochan que hayan colocado en comisiones locales a dos indocumentados.

Macías, Ortiz y Pineda se defendieron de cada una de estas acusaciones, argumentando que aún se analiza la apertura de los centros de marihuana para uso medicinal y niegan que haya parientes en la nómina municipal. Sanabria no comentó al respecto.

“Muchos firmantes de la petición de destitución son antiguos concejales enfadados y sus amigos”, dijo Pineda, quien propuso que dos indocumentados asesoraran al ayuntamiento.

“Más del 95% de las aproximadamente 20 personas que están en contra de nosotros con este ‘recall’ son personas racistas que viven fuera de la ciudad”, aseguró, por su parte, Ortiz.

Mientras que Macías afirmó que jamás le han negado la palabra al público. “En ocasiones las personas tienen la oportunidad de hablar dos veces”, señaló.

No es la primera vez que se pide la salida de los gobernantes en esa localidad. En 2012 falló un intento por despedir al alcalde y todo el Concilio, acusándolos de crear un déficit de $9 millones.

Un año antes, en 2011, los votantes destituyeron al alcalde y concejales de Bell por elevarse el sueldo.

Los residentes de otras dos ciudades hicieron lo mismo: en 2003 echaron del Cabildo a cuatro ediles acusándoles de saquear las armas municipales y en 2007 cambiaron a todo el Concilio de Lynwood, sacudido por varios escándalos que eventualmente fueron confirmados en un tribunal.

El próximo martes, los votantes de Carson, no muy lejos del sureste angelino, decidirán si destituyen al secretario municipal, Jim Dear, señalado por acosar a trabajadores de esa ciudad.