Por la injusticia, Hillary entró a la vida pública

Por la injusticia me volví activista. La misma razón por la que Hillary entró a la vida pública

Hillary Clinton.

Hillary Clinton. Crédito: Justin Sullivan | Getty Images

Hace 50 años, Robert Kennedy visitó Delano, California. En aquel entonces, César Chávez y yo estábamos allí junto a miles de trabajadores agrícolas. Kennedy vio la injusticia con sus propios ojos. Al final de su visita, nos hizo una simple pregunta: ¿cómo puedo ayudar?

Medio siglo después, Estados Unidos tiene una candidata presidencial cuya mente y corazón están en el mismo lugar. Y este martes, voy a votar por Hillary Clinton en la primaria demócrata presidencial.

Esto porque el compromiso de Hillary con la comunidad latina comenzó hace décadas. Mientras asistía a la escuela de Derecho, ella ayudó a registrar votantes en el Valle de Río Grande en Texas, trabajando de cerca con activistas latinos y políticos en el proceso.

Como presidenta, Hillary continuará trabajando con lo que hemos conseguido. Se esforzará para aprobar finalmente una reforma migratoria integral que cree un camino a la ciudadanía, que ayude a las familias a permanecer juntas y que asegure que los trabajadores no vivan bajo la sombra de la constante amenaza de la deportación.

La existencia de la injusticia es la razón por la que me volví activista. Es la misma razón por la que Hillary entró a la vida pública. A ella la crió una madre que supo lo que era luchar. Tras ser abandonada por sus padres, Dorothy Rodham luchó como una trabajadora doméstica en Los Ángeles con solo tres dólares a la semana.

No mucho después de su visita en Delano, Robert Kennedy ganó la primaria demócrata. Tras su victoria, estuve a su lado mientras decía lo que sería la última vez.

Orgulloso de portar el botón de águila azteca negro y rojo de la Unión de Campesinos (United Farm Workers), Kennedy expresó su visión de eliminar “las divisiones, la violencia y el desencanto en nuestra sociedad” porque “somos un gran país, un país altruista y un país compasivo”.

Esa noche pensé que tendríamos a un presidente que se preocupaba por la gente trabajadora, las minorías y los pobres. Pensé que tendríamos a un presidente que entendía el verdadero significado de “sí se puede”. Pero aunque Kennedy nos dejó muy pronto, muchos de nosotros seguimos luchando por sus ideales.

Y hoy, cincuenta años más tarde, esos ideales siguen vivos en Hillary.

He visto a muchos políticos desde los años 60. Pero en todo ese tiempo, nunca he visto a un candidato tan calificado como Hillary Clinton.

Es por esto que el 7 de junio voy a ejercer mi voto por ella.

Por Dolores Huerta, activista, líder sindical y co-fundadora del Sindicato de Campesinos United Farm Workers

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