Ted Cruz, entre los “perritos falderos” de la industria de armas, según informe

El “boletín de calificaciones” de la Campaña Brady incluye a demócratas y republicanos que han recibido donaciones de grupos pro-arma.

Ted Cruz es uno de los senadores que recibe beneficios por parte de los grupos pro-armas.

Ted Cruz es uno de los senadores que recibe beneficios por parte de los grupos pro-armas. Crédito: Getty Images

El senador republicano Ted Cruz y el congresista demócrata, Henry Cuéllar, ambos de Texas, figuran entre los “perritos falderos” de grupos que defienden a la industria de las armas, pues se oponen a que existan más restricciones al acceso de las mismas, según un “boletín de calificaciones” difundido este miércoles por la “Campaña Brady”.

Según ese “boletín”, que incluye un mapa interactivo, la industria de las armas ha invertido más de $30 millones en el Congreso para impedir un mayor control de estas, lo que ha permitido que sigan cayendo en manos de criminales y posibles terroristas.

La “Campaña Brady”, que aboga por leyes que incrementen la revisión de antecedentes de compradores de armas, definió como “perrito faldero” a miembros de ambas cámaras del Congreso que aceptan donaciones de los grupos de cabildeo de la industria de las armas y bloquean el avance de leyes para ampliar la revisión de antecedentes para la compra de armas por Internet y en las armerías.

En contados casos, como los demócratas Mike Thompson, de California, y Sheila Jackson-Lee y Filemon Vela, ambos de Texas, los legisladores recibieron donaciones pero no necesariamente votaron siguiendo la línea ideológica de los grupos pro-arma.

Según el análisis, grupos como la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA), “Gun Owners of America”, y la “National Shooting Sports Foundation, han donado $18,6 millones a miembros del Senado desde 1990, ya sea a través de contribuciones directas o donaciones individuales.

La lista de los cinco principales receptores de dinero de estos grupos de presión está compuesta por los senadores republicanos Tom Cotton, de Arkansas, Thom Thillis, de Carolina del Norte, Cory Gardner, de Colorado, Rob Portman, de Ohio, y Roy Blunt, de Missouri.

En el caso de California, ninguna de las dos senadoras demócratas, Dianne Feinstein y Barbara Boxer, ni ninguno de los congresistas demócratas, aceptaron dinero de los grupos pro-arma –salvo Thompson- ni bloquearon legislaciones para controlarlas. En cambio, todos los 14 congresistas republicanos sí lo hicieron.

En Texas, ambos senadores republicanos, Ted Cruz y John Cornyn, recibieron donaciones de al menos $200,000 y bloquearon los esfuerzos legislativos contra las armas. El legislador demócrata, Henry Cuéllar, fue el único de la delegación tejana en la Cámara de Representantes en recibir el mote de “perrito faldero”.

En Nueva York, la senadora demócrata, Kirsten Gillibrand recibió pequeñas donaciones de los grupos pro-armas pero apoyó legislaciones para su control, por lo que no recibió malas calificaciones de la Campaña. Su colega demócrata, Charles Schumer, no recibió donación alguna, al igual que el resto de la delegación demócrata del estado en la Cámara Baja, incluyendo los legisladores latinos.

En Florida, el senador republicano, Marco Rubio, no se libró de la mala calificación de la Campaña Brady.

La libreta de calificaciones de la “Campaña Brady” coincidió con la difusión de un informe de las universidades Harvard y Northeastern, que señaló que entre 300,000 y 600,000 pistolas son robadas en EEUU todos los años, con un promedio de más de 1,600 a diario, o más de una cada minuto.

En promedio, unas 33,000 personas mueren al año en EEUU por actos de violencia con armas, mientras que otras 120,000 resultan heridas.

Según el informe, adelantado al diario británico “The Guardian”,  conforme los estados  y municipios relajan sus restricciones sobre la portación o almacenaje de armas, ha aumentado también la frecuencia de robo de armas en manos privadas.

Por lo general, la NRA y grupos afines aseguran que los criminales siempre se las ingeniarán para conseguir armas en el mercado negro, y acusan a los demócratas de querer eliminar la Segunda Enmienda, que consagra el derecho a la tenencia de armas.

La “Campaña Brady”, la Casa Blanca, y la mayoría de los demócratas replican que no se trata de confiscar las armas de personas que obedecen las leyes sino de evitar que estas caigan en manos de desequilibrados, con antecedentes penales, o con intenciones de cometer actos de terrorismo.

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