DCFS de Los Ángeles bajo investigación por no entregar juguetes y donaciones
Se encontraron miles de juguetes almacenados en bodegas en lugar de ser entregados a los niños
El condado de Los Ángeles está buscando una nueva forma de administrar las donaciones para niños en hogares de crianza después de que se encontraron miles de juguetes almacenados en bodegas en lugar de ser entregados a los niños.
La Junta de Supervisores del condado de Los Ángeles votará el martes sobre los primeros pasos de un plan para renovar o reemplazar la Unidad del Fondo Fiduciario para Niños (CTFU), una sucursal del Departamento de Servicios para Niños y Familias (DCSF) que recolecta donaciones y fondos para niños de crianza.
La medida se produce después de que una auditoría del condado divulgada la semana pasada encontró “problemas significativos que involucran todos los aspectos de las operaciones del CTFU, incluyendo donaciones y fondos no contabilizados”.
La auditoría “reveló rupturas inaceptables y preocupantes en una pequeña unidad responsable de recaudar y distribuir donaciones para mejorar la vida de los niños mal atendidos”, dijo Brandon Nichols, director interino de DCFS en un comunicado.
Los auditores recomendaron al condado considerar la disolución de la unidad.
Sin embargo, en su moción para votar el martes, Sheila Kuehl y Kathryn Barger, supervisoras del condado, piden que la unidad sea renovada, en lugar de subcontratarla a una organización benéfica privada.
“A lo largo de los años, se han hecho donaciones generosas a la Unidad, con la intención de beneficiar directamente a nuestros niños necesitados”, dijeron en su moción, que instruiría a los funcionarios del condado a buscar otros modelos para manejar donaciones y fondos.
Entre los problemas se encontró que
- juguetes valorados en alrededor de $70,000 dólares obtenidos por medio de recaudaciones de juguetes permanecieron en almacenes en lugar de ser distribuidos a los niños;
- otros $122,000 dólares en juguetes fueron distribuidos inapropiadamente a organizaciones no exentas de impuestos;
- hubo una mala contabilidad de las donaciones monetarias e ingresos de eventos de caridad;
- $8,400 dólares de objetos deportivos destinados a una subasta de caridad no pudieron ser encontrados o contabilizados;
- se pagaron cuotas de campamento para niños que no asistieron al campamento o no calificaban para el programa; y
- la unidad cuesta $380,000 dólares más en personal que en donaciones cada año.
Nichols dijo que el departamento ha tomado una serie de pasos desde que los problemas fueron identificados por primera vez hace un par de años.
El departamento reemplazó al director de la unidad y transfirió al otro miembro del personal “a una división donde el empleado ya no maneja dinero en efectivo, donaciones, ingresos u otras obligaciones fiscales”.
Además, pararon los acontecimientos que eran mal manejados previamente o no levantaron realmente el dinero. El departamento también ha dejado de hacer pagos directos a los campamentos de verano, mientras que elaboran un nuevo sistema.
Nichols dijo que todas las donaciones recibidas serán distribuidas para proveer directamente servicios y bienes para los niños en hogares de crianza.
“Si la unidad se disuelve, trabajaremos estrechamente con el Auditor-Controlador para asegurarnos de que las donaciones no utilizadas permanezcan disponibles para ese propósito”, aseveró.