Trabajo temporal y salarios, los dolores de cabeza del TLCAN

El sistema laboral mexicano está diseñado para evitar que los trabajadores obtengan sus derechos y negocien por una mejor paga y condiciones de trabajo y Estados Unidos ha fracasado en vigilar el cumplimiento de sus leyes laborales internas

Se calcula que entre un 60% y 70% de los trabajadores del campo en EEUU son inmigrantes.

Se calcula que entre un 60% y 70% de los trabajadores del campo en EEUU son inmigrantes. Crédito: BBC

MÉXICO.- Dos temas de impacto directo a los trabajadores mexicanos y estadounidenses estarán en juego durante la renegociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (NAFTA) que iniciará en agosto próximo.

El primero es un “urgente” acuerdo de trabajo temporal con Estados Unidos porque la contratación se ha dejado en manos de abusadores para perjuicio de los mexicanos más pobres; el segundo, es un convenio sobre los salarios en los tres países debido a que en México se paga hasta 20 veces menos que en los países socios y estos últimos quedan en desventaja competitiva.

Los estadounidenses lo tienen muy claro, desde el presidente Donald Trump a representantes demócratas como Sander Levin, de la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara baja, quien recientemente advirtió que la prioridad del NAFTA es lograr mejores derechos laborales en México.

Los sueldos en Estados Unidos son llevados a la baja por los menores salarios en México”, dijo Levin. “¿Por qué? Porque todo el sistema laboral mexicano está diseñado para evitar que los trabajadores obtengan sus derechos y negocien por una mejor paga y condiciones de trabajo”.

Las abismales diferencias se han notado con mayor precisión en el sector automotriz que ha aprovechado la mano de obra barata en México (que paga en promedio dos dólares por hora frente a 28 en Estados Unidos) y que propició parte de la campaña antimexicana de Trump .

Según cálculos de Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, los salarios recibidos por los trabajadores en México son equivalentes a 24% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en Canadá es del 50% y 55% en Estados Unidos.

“El problema en México es la existencia de privilegios y la ausencia en la forma en que el gobierno asigna los contratos a grupos privados, que son los factores que aceleran la acumulación de riqueza en pocas manos y dejan fuera al resto”, dijo sobre los retos a enfrentar ante estos vicios internos.

El trabajo temporal

En el año 1997, un grupo de trabajadores temporales mexicanos que viajaron con visas de trabajo H2A (para la agricultura) a Florida y las Carolinas demandaron a sus empleadores estadunidenses porque incumplieron el contrato que se les prometió respecto a horarios de trabajo y condiciones de estancia y cuando protestaron les retuvieron sus pasaportes.

La Coalición de Trabajadores Immokalee (CIW, por sus siglas en inglés) documentó en aquel tiempo que hubo casos en que los campesinos fueron amarrados a los tractores para evitar su huida y desde entonces, poco ha cambiado, advirtió el Centro de los Derechos del Migrante, fundado por abogadas estadounidenses.

Estados Unidos ha fracasado para vigilar el cumplimiento de sus leyes laborales internas”, advirtió en un comunicado de prensa difundido en mayo como una advertencia  previa a la renegociación de Nafta.

Sigue el robo de salarios, la discriminación, la negación del derecho de asociación y negociación colectiva y violaciones a condiciones de salud y seguridad en el trabajo”.

Desde México, la falta de monitoreo y reglas de transparencia para el reclutamiento propicia abusos y empobrecimiento de quienes aspiran a trabajar temporalmente y con documentos en Estados Unidos.

De acuerdo con el informe Revelando el reclutamiento: Fallas fundamentales en las visas H2A y H2B (para oficios como carpintería, herrería, construcción), publicado en 2013 por el CDM, el 58% de los migrantes temporales mexicanos pagó hasta 1,750 dólares a los reclutadores enviados por patrones estadounidenses cuando el trámite debería ser gratuito.

“Los trabajadores mexicanos están totalmente desprotegidos”, advirtió Julia Coburn  , del CDM en entrevista con este diario.

Los vicios son de origen. A diferencia del Programa de Trabajadores Temporales con Canadá, México no tiene con EEUU un acuerdo que sea vigilado por los dos gobiernos, sino que deja el asunto a particulares una vez que el Departamento del Trabajo de Estados Unidos autoriza a las empresas contratar del exterior al personal que no encuentran localmente.

Las consecuencias de esta falta de atención son dos, principalmente. O el patrón gringo envía a sus representantes a México y éstos abusan o falsos reclutadores prometen visas que no entregan mientras el interesado se endeuda con ilusiones falsas.

El resultado es que más de la mitad de los 120,000 mexicanos que cada año viaja a EEUU por esta vía es defraudado.   

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