Trump promueve reforma tributaria en medio de crisis de damnificados en Texas
El presidente retomó su discurso "populista" ante clase trabajadora de Missouri
WASHINGTON.- Haciendo un paréntesis en su atención a la crisis de damnificados por el huracán “Harvey” en Texas, el presidente Donald Trump acudió este miércoles a una planta manufacturera en Springfield, Missouri, para promover su reforma tributaria, que desde ya afronta el rechazo de los demócratas.
En un discurso altamente populista, Trump hizo mención de la tragedia en Texas por el huracán “Harvey”, que calificó como “un devastador huracán de proporciones históricas”, y aseguró que el país podrá superarlo, aunque reconoció que la “recuperación será dura”.
Pero, girando hacia el tema económico, el mandatario reiteró su conocida queja durante la contienda de que, debido a la política económica de su antecesor, Barack Obama, muchos estadounidenses han sufrido por la erosión de la prosperidad y una alta tasa de impuestos.
“Estamos acá para lanzar nuestros planes para la recuperación de Main Street (la pequeña empresa)”, dijo Trump, y aunque no ofreció muchos detalles, expresó su compromiso de trabajar con ambos partidos en el Congreso para lograr una reforma tributaria que sea “pro-crecimiento” y “pro-estadounidense”.
Trump pidió poner de un lado las pugnas partidistas, y aseguró que su plan añadirá “millones y millones” de nuevos empleos, devolverá al país “billones de dólares”, y fortalecerá la “ventaja competitiva de EEUU”.
Carente de detalles, el plan bajaría los impuestos a las corporaciones del 35% al 15%, pero se calcula que ese recorte impositivo costaría más de dos billones de dólares en una década, y para financiarlo los legisladores tendrían que hacer ajustes que afectarían al resto de los contribuyentes.
Trump también quiere reducir los impuestos para la clase media, e incentivar a las empresas que operen en el exterior a que reintegren a la economía nacional buena parte de sus ganancias en el extranjero, que superan los tres billones de dólares.
Pero su plan va contra los propios intereses de sus votantes. Una encuesta de Gallup de abril pasado señaló que el 60% de los estadounidenses piensa que los ricos no pagan suficientes impuestos, y otra encuesta del Grupo de Estudio sobre Votantes del Fondo Demócrata indicó que el 75% de los votantes de Trump piensa lo mismo.
Aunque la Casa Blanca ha dicho que Trump regresará a Texas el próximo fin de semana, su viaje a Missouri se vio opacado por la intensa cobertura mediática de la tormenta “Harvey”, mientras decenas de miles de personas siguen siendo trasladadas a albergues temporales.
Trump retomó hoy su populismo económico para promover otra de sus promesas electorales para reformar el sistema tributario del país, en unos momentos en que su agenda se encuentra estancada, afronta una alta tasa de desaprobación, y prosiguen las investigaciones sobre la injerencia de Rusia en las elecciones y la presunta colusión de su campaña con Moscú.
La reforma tributaria, la aprobación de fondos para el gobierno federal, y el aumento del techo de la deuda nacional figuran entre las prioridades que estudiará el Congreso cuando regrese de su receso de agosto la próxima semana.
Mientras, líderes de la bancada demócrata, entre ellos el senador Charles Schumer, reiteraron hoy que no apoyarán por una medida que beneficia a los millonarios, en detrimento de las clases media y trabajadora.
“El presidente ha hablado bonito sobre la clase trabajadora. Pero casi todo lo que ha hecho ha sido para beneficiar a los intereses especiales de los ricos, añadiendo a la carga de quienes están en la clase media. Nosotros, los demócratas, no vamos a apoyar un plan tributario que incluya un recorte de impuestos para las personas que menos lo necesitan”, prometió Schumer en una conferencia telefónica con periodistas.
Trump hizo sus declaraciones desde la empresa Loren Cook, fabricante de ventiladores y sistemas de ventilación para laboratorios, con sede en Springfield, una localidad que, según recordó, se origina la “legendaria” Ruta 66, conocida como “Main Street”, una extensa carretera interestatal vinculada con el auge de la pequeña empresa, los pequeños inversionistas, y los trabajadores en este país.
Antes de su viaje, Trump dijo en Twitter que hay una urgente necesidad de una reforma tributaria y recortes de impuestos.
Pero Trump viajó a la planta manufacturera en medio de la crisis desatada por el huracán “Harvey”, que ha dejado a decenas de miles de damnificados e incontables daños materiales. En las redes sociales, algunos de sus detractores consideraron que su viaje a Missouri fue una decisión desatinada.
Durante la contienda de 2016, Trump “vendió” su visión de un proteccionismo económico que incluye la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la recuperación de empleos en el sector manufacturero.
Según funcionarios de alto rango de la Casa Blanca, la reforma tributaria es pieza clave de esa visión, y el discurso de Trump fue elaborado por el asesor político Stephen Miller, discípulo del exasesor Steve Bannon y uno de los principales promotores de una agenda nacionalista en el Ala Oeste de la Casa Blanca.
Trump estuvo acompañado por los secretarios del Tesoro, Steven Mnuchin, y del Departamento de Comercio, Wilbur Ross; el director del Consejo de Asesores Económicos, Gary Cohn; la administradora de la Administración de la Pequeña Empresa, Linda McMahon, y varios líderes republicanos de Missouri ante el Congreso.