Toyota se retira de México poco a poco tras amenazas de Trump

La automotriz japonesa anunció que reducirá la mitad de su producción en México para llevarla a EEUU

Toyota disminuye su presencia en México. KAZUHIRO NOGI/AFP/Getty Images

Toyota disminuye su presencia en México. KAZUHIRO NOGI/AFP/Getty Images Crédito: Getty Images

MÉXICO – La reducción de US$300 millones de dólares de inversión en México que anunció en las últimas horas la empresa automotriz japonesa Toyota para el arranque de su nueva planta ubicada en la comunidad de Apaseo El Grande, estado de Guanajuato (centro), tendrá un impacto en alrededor de 600 empleos, a pesar del empeño que la compañía ha mostrado en reclutar personal e incluso en capacitarlos en Japón.

Todavía en julio pasado, Toyota llevó a Nagoya ocho guanajuatenses veinteañeros como Pedro Sandoval, oriundo de San Miguel Allende, o a Frank Dávila, de León, para capacitarlos en  diferentes áreas de la planta cuya continuidad hoy está en duda.

“Los japoneses ven un gran riesgo de que fracase el Tratado de Libre Comercio con América y lo están demostrando con la reubicación de sus inversiones’’, observó Adolfo Laborde, profesor investigador de la Universidad Anáhuac. “Lo hacen de manera gradual porque así son ellos, se manejan con mucho cuidado’’.

El presidente estadounidense Donald Trump amenazó  en enero pasado con incrementar aranceles a Toyota si ésta seguía invirtiendo en México, a pesar de que en EEUU tiene 10 plantas manufactureras con inyecciones de 21,000 millones de dólares que contratan a 36,000 personas.

Poco después de esas declaraciones, la empresa aseguró en un comunicado de prensa que mantendría sus planes en México, pero, en los hechos, ha dado muestras de lo contrario.

El plan original para la planta de Apaseo El Grande era arrancar en 2019 con 2,000 puestos de trabajo y una inversión de US$1,000 millones de dólares. Desde entonces y con anuncios discretos, el objetivo se ha minimizado: arrancará hasta el 2020, con 700 millones de dólares y 1,400 empleos o quizás menos porque la producción se encojerá a la mitad.

El vicepresidente de Toyota, Didier Leroy, declaró recientemente que en los recortes “los factores políticos no fueron una consideración’’ aunque reconoció que el traslado de su planta de ensamble de México a EEUU -anunciada en agosto-  del modelo Corolla, requerirá una inversión de US$1,600 millones de dólares.

Frente a estos cambios, está en el aire la continuidad de los planes que la empresa tenía en Guanajuato como  Toyota New Global Architecture -TNGA-, un programa piloto que se introduciría por primera vez en Kentucky, pero la planta de Apaseo el Grande sería la primera a nivel mundial diseñada y construida para introducir el nuevo modelo bajo la nueva arquitectura de producción de la compañía.

El cambio de prioridades presupuestales golpea las expectativas del estado que en los últimos años ha hecho de todo por atraer la inversión automotriz a pesar de la oposición de organizaciones civiles locales que denunciaron abusos  como la compra de terrenos a precios de ganga por parte del estado a campesinos pobres para después entregarlos a Toyota.

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