Sueño legal: Lizbeth Mateo es indocumentada, pero también abogada
Aunque es indocumentada, Mateo ahora ayuda a otros migrantes como abogada
A pocos días de inaugurar oficialmente su oficina de servicios legales, la abogada Lizbeth Mateo reconoce y atesora el arduo trabajo que la ha llevado a cumplir su sueño pese a ser indocumentada.
“Siento que todavía no es mi negocio”, dijo Mateo, de 33 años, quien lidera Las Oficinas Legales de Lizbeth Mateo, P.C., localizada en la ciudad de Wilmington, al sur de Los Ángeles. Su equipo es experto en casos de inmigración, compensación al trabajador y accidentes personales.
“Yo no tenía la idea de tener [la oficina] tan pronto. Yo pensaba en unos tres o cinco años”, aseveró Mateo. Sin embargo, un grupo de amigos y partidarios de su trabajo la motivaron a avanzar sin temor.
La abogada es mexicana y llegó a Estados Unidos a la edad de 14 años. Ella ganó atención nacional en el 2013 al exponer la situación de muchos dreamers—jóvenes que llegaron a Estados Unidos de forma indocumentada cuando niños—después que decidió salir del país brevemente como parte de una campaña para reingresar con ocho de ellos.
Los dreamers habían sido previamente deportados o habían salido voluntariamente del país. El grupo, liderado por Mateo, conocido como los “Dream 9” pidió asilo y tras ser puestos en centros de detención por 17 días se les permitió pelear sus casos de asilo.
Sin embargo, este percance con la ley le impidió a Mateo obtener su alivio temporal bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) en el 2015. Uno de los requisitos principales para este alivio migratorio es que el interesado haya vivido continuamente en el país desde el 2007.
“Me negaron dos veces y después decidí ya no volver a intentar”, dijo Mateo quien entonces optó por poner toda su energía en sus estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Santa Clara de donde se graduó en mayo del 2016.
A principios del 2017 aprobó exitosamente su examen de la barra de abogados de California.
Su mayor anhelo
Mateo recuerda que desde muy pequeña en su natal Santiago Matatlan, Oaxaca ella añoraba ser abogada aunque pareciera imposible.
“Yo vivía en un pueblo muy chiquito donde muchas niñas no iban a la escuela o iban hasta el sexto grado y ya”, dijo Mateo, quien tras leer la historia de una erudita y poeta pensó que un convento sería la solución.
“Me acuerdo haber leído la historia de Sor Juana Inés de la Cruz y cómo ella tuvo que hacerse monja para poder estudiar y poder ser una mujer educada”, recordó. “Entonces en mi inocencia yo decía, ‘A lo mejor puedo ser monja’”, añadió con una sonrisa.
Años después, ya en Estados Unidos, Mateo reforzó su idea de ser abogada. En el 2008 – en su último año de licenciatura en la universidad estatal de California, Northridge (CSUN) – Mateo participó en un programa de estudiantes de leyes en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA).
“Ahí conocí a estudiantes que estaban estudiando leyes en UCLA, conocí a muchos abogados y a otros que también querían ser abogados y entonces supe que esto es lo que quería hacer”, dijo Mateo.
Su experiencia como activista, organizadora y situación personal la guió para enfocarse en la rama de inmigración.
Sin papeles y sin miedo
Mateo dijo que no se arrepiente del activismo que ha hecho a través de los años y reconoce que gran parte fue para vencer sus propios obstáculos.
“La Lizbeth [Mateo] de hace 10 años estaba desesperada. Yo quería ser abogada pero no sabía como lo iba a lograr porque todo mundo me decía que no podía”, dijo Mateo.
Una vez que se graduó de CSUN con una licenciatura en Chicano Studies, Mateo dijo que optó por no sacar su título del sobre porque era un recordatorio de lo que no podía hacer.
Ahora, ya con su título de leyes, Mateo dijo que ese sí planea verlo todos los días. “Este es un recordatorio de que he logrado todo lo que he querido hacer. Y ya no me siento con la desesperación que sentía antes. Me siento más en paz, más preparada y contenta por lo que he logrado”, recalcó.
La abogada acepta que continúa enfrentando críticas, incluso de sus colegas. Durante una entrevista reciente para una televisora, Mateo, quien estaba acompañada de otro abogado de inmigración, recuerda que él intentó minimizar su capacidad por la falta de un estatus legal en el país.
En su conversación ella le mencionó que es abogada. “Y él me dijo, ‘Puedes trabajar como paralegal’ y yo le dije que no, que yo soy abogada”, recordó Mateo. “Y él dijo, ‘¿Pero cómo? Si no tienes papeles no puedes [ejercer]’ y tratando de convencerme que no puedo ser abogada”.
Ella puede ejercer la abogacía por ser dueña de su propio negocio, algo que permite el estado de California
Por su propio estatus, Mateo espera que su oficina sea un lugar que ofrezca servicios de calidad humana sin criticar.
“En muchos casos las personas solo quieren desahogarse porque quizá no haya formas de solucionar su caso”, dijo Mateo.
Ella recomienda a las personas no tener miedo a luchar por sus sueños. “Cuando un sistema entero te dice que no muchas veces, tu tienes solamente que trabajar en lo que quieres hacer, demostrarte a ti mismo que tienes lo que se necesita para lograr lo que muchos piensan que es imposible”.
La celebración de la gran apertura de Las Oficinas Legales de Lizbeth Mateo P.C. se llevará a cabo el 17 de marzo a partir de las 12 de la tarde en el 541 W. Pacific Coast Hwy., Suite A, Wilmington 90744.