Expulsión de 60 diplomáticos rusos pone a prueba acercamiento de Trump con Putin

Con los 60 expulsados de EEUU, el número de diplomáticos rechazados suma ahora 136

El encuentro podría darse próximamente en Washington

El encuentro podría darse próximamente en Washington Crédito: MIKHAIL KLIMENTYEV/AFP/Getty Images

WASHINGTON— El presidente Donald Trump ordenó este lunes la expulsión de 60 diplomáticos y agentes de inteligencia rusos, sumándose a 21 aliados de EEUU que buscan castigar el reciente envenenamiento de un exespía ruso y la hija de éste en Londres,  dentro de un creciente drama global contra Moscú que evoca memorias de la Guerra Fría.

El anuncio es la medida más contundente de Trump contra el presidente ruso, Vladimir Putin, desde que asumió el poder en enero de 2017. Trump siempre ha defendido su política de acercamiento con Rusia,  pero ha sido criticado por su tibia respuesta a la intromisión de ese país en los comicios presidenciales de 2016.

El mandatario no ha hecho declaraciones públicas en Twitter, y funcionarios de la Administración anunciaron la expulsión de los 60 diplomáticos y sus familias, de los cuales ha señalado a doce como “espías”.

La embajadora de EEUU ante Naciones Unidas, Nikki Haley, aplaudió la movida al asegurar que “acá en Nueva York, Rusia utiliza a las Naciones Unidas como un refugio seguro para actividades peligrosas dentro de nuestras fronteras”,  mientras el Departamento de Estado y la Casa Blanca coordinaron respuestas similares.

La Administración Trump también ordenó el cierre del consulado ruso en Seattle (Washington) a más tardar el próximo 2 de abril,  por considerar que es un centro de operaciones de inteligencia por su proximidad a una base de submarinos militares y a la sede de Boeing en ese estado.

En total, desde principios de mes, 136 diplomáticos rusos han sido expulsados en 21 países, como parte de un esfuerzo coordinado con las autoridades europeas. La lista de países incluye a Canadá, el Reino Unido,  Islandia, Ucrania, y 17 países de la Unión Europea.

Desoyendo el consejo de sus asesores, Trump felicitó la semana pasado al presidente ruso, Vladimir Putin, por su reelección,  lo que le valió reacciones de repudio por líderes de la oposición y algunos miembros de su partido.

Ahora, ante crecientes presiones políticas, Trump se sumó a la campaña internacional contra Moscú, que ha negado toda implicación en el incidente del pasado 4 de marzo en un suburbio de Londres contra Sergei Skripal, un exespía ruso, y la hija de éste, Yulia. Ambos se encuentran hospitalizados y en condición crítica tras ser envenenados en un centro comercial con el agente químico Novochok.

Según la Administración Trump, 12 de los 60 diplomáticos rusos, que tienen siete días para salir del país, en realidad son “espías” dentro de la misión de Rusia en Naciones Unidas, en Nueva York.  El resto de los afectados están asignados a la embajada rusa en Washington.

Un portavoz de la Casa Blanca, Raj Shah, dijo en rueda de prensa que la medida de Trump es en respuesta “al uso de Rusia de un arma química de grado militar en suelo británico”, y “hará de EEUU un país más seguro al reducir  la habilidad de Rusia de espiar a estadounidenses y realizar operaciones encubiertas que amenacen la seguridad nacional” de EEUU.

Durante una conferencia telefónica con periodistas, funcionarios de alto rango de la Administración, que pidieron el anonimato, dijeron que EEUU tomó esta medida junto con sus aliados en la OTAN y otros socios porque considera que el ataque en Londres “es el más reciente de un continuo patrón de actividades desestabilizadoras en todo el mundo”.

“Con estos pasos, EEUU y nuestros aliados y socios dejamos en claro a Rusia que sus acciones tienen consecuencias. EEUU está listo para cooperar para construir una mejor relación con Rusia, pero esto sólo puede ocurrir con un cambio en el comportamiento del gobierno ruso”, agregó.

“Al gobierno ruso le decimos: cuando atacas a nuestros amigos, afrontarás serias consecuencias”,  dijo otro funcionario. 

El gobierno de Putin, representado en Washington por el embajador Anatoly Antonov,  ha negado estar detrás del ataque,  y la cancillería ha dejado en claro que las acciones de “provocación”  tendrán respuesta, previsiblemente una purga de diplomáticos.

En general, la respuesta de la Administración al “caso Skripal” fue elogiado por líderes del Congreso, quienes consideraron que la comunidad internacional tiene que exigir rendición de cuentas por parte de Rusia.

Algunos demócratas, sin embargo, cuestionaron la tardanza del anuncio, tomando en cuenta la postura de Trump frente a Putin.

La expulsión de los diplomáticos y el cierre del consulado en Seattle son un importante paso, pero “es casi irónica, tomando en cuenta que el presidente sigue arrastrando los pies para tomar medidas contra Putin o contra Rusia por interferir en la elección de 2016”, dijo la congresista demócrata por Washington, Pramila Jayapal.

Jayapal recordó que a EEUU le tomó “meses” imponer las sanciones bipartidistas contra Rusia, que aprobó el Congreso el año pasado.

“Diecisiete agencias de inteligencia han determinado que Rusia interfirió en nuestras elecciones. Pero este presidente se niega a levantar un dedo para proteger nuestras elecciones de la interferencia rusa”, se quejó.

La expulsión de los diplomáticos rusos es la mayor en Occidente desde el punto más álgido de la otrora Guerra Fría, cuando era común la purga de diplomáticos tanto en Rusia como en EEUU y las capitales europeas.

Trump ha buscado un mayor acercamiento con Putin y recientemente dijo que ambos discutieron planes tentativos para sostener un encuentro bilateral en un futuro cercano.  Pero el  incidente en Londres, y la respuesta de Trump ahora, han puesto en duda ese encuentro.

Se trata, según observadores, del mayor número de diplomáticos rusos expulsados de EEUU desde la década de 1980 y, sumado a las medidas de los demás países, un deterioro de las relaciones de Rusia con EEUU y Occidente.

Durante la Administración Obama,  Rusia y EEUU también protagonizaron pugnas políticas que condujeron a la expulsión de sus respectivos diplomáticos en Washington y Moscú entre 2010 y 2016.

En julio de 2017,  Putin ordenó la salida de 755 empleados de la embajada estadounidense en Moscú, en represalia por la imposición de sanciones y la expulsión de 35 de sus diplomáticos de EEUU en las postrimerías de la presidencia de Obama.

Ante el clima de hostilidad actual, Richard Haas, presidente del Concejo de Relaciones Exteriores, advirtió de que, en vez de una expulsión,  EEUU debía adoptar sanciones económicas y de viajes, y más diplomacia pública contra Putin, para que Rusia asuma las consecuencias de sus acciones.

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