“No quería morir”: el niño rescatado de la cloaca de L.A. recuerda la terrible experiencia de 12 horas

"Estuve como rezando a Dios para que me sacara, porque no quería morir", dice Jesse, de 13 años

El niño, de 13 años, cayó en el sistema de alcantarillado mientras jugaba en Griffith Park.

El niño, de 13 años, cayó en el sistema de alcantarillado mientras jugaba en Griffith Park. Crédito: ABC7 (Captura)

Jesse Hernández pasó más de 12 horas atrapado en el sistema de alcantarillado de L.A. bajo Griffith Park. Ahora está a salvo nuevamente con su familia, pero la experiencia es difícil de olvida.

El niño, de 13 años, cayó en el sistema de alcantarillado mientras jugaba en una estructura de mantenimiento fuera de servicio, al pisar una tabla de madera: dio un paso en falso y cayó a través de una tubería abierta, siendo arrastrado por el agua que se movía rápidamente.

“Estuve como rezando a Dios para que me sacara, para que alguien me encontrara, porque no quería morir”, dice Jesse. Los bomberos y las cuadrillas de saneamiento de la ciudad buscaron sistemáticamente las tuberías toda la noche con la ayuda de cámaras de alta tecnología que fueron empujadas a través del sistema.

Inteligentemente, el niño fue dejando huellas de manos mientras se movía a través del sistema, esperando que los rescatadores pudieran detectar las marcas: “cuando estaba acostado, dejaba marcas de mano para que pudieran rastrearme y saber dónde estaba”.

De hecho, las marcas fueron detectadas por las brigadas de bomberos y de saneamiento de la ciudad cuando pasaban e la compuerta de drenaje, bajando las cámaras hacia las cañerías de cuatro pies. “Una vez que vimos esas marcas, en la pared, voy a ser sincero, nuestros corazones se hundieron, porque confirmamos que teníamos a Jesse dentro de esa área peligrosa… y había pasado tanto tiempo”, confesó Eric Scott, capitán del departamento de bomberos de Los Ángeles.

Jesse dice que primero se enojó y luego se puso triste. Se obligó a permanecer despierto por temor a que el agua lo arrastrase de nuevo. Entonces escuchó a los rescatadores. “Al verlos, grité ‘ayuda’. Pasaron una soga. Estaba feliz porque podría volver con mi familia“.

Una de las primeras cosas que hizo el niño al salir de las cloacas fue pedir un teléfono para llamar a su familia y decir que estaba a salvo. Ahora Jesse está en casa tras haber sido descontaminado en el hospital.

Entretanto, la ciudad ha agregado más cercas alrededor de la estructura de mantenimiento y ha cerrado el agujero por el que Jesse cayó.

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