No existe “infestación” de extranjeros criminales, según propios datos del gobierno

Trump ha sugerido que la lucha contra los inmigrantes indocumentados será arma electoral en los comicios de noviembre próximo

UN DÍA SIN INMIGRANTES EN WASHINGTON DC

Crédito: Archivo | EFE

WASHINGTON— El presidente Donald Trump volvió a advertir este martes de una “infestación” de miembros de la pandilla “MS-13”, pero la oficina que creó su Administración para denunciar crímenes de “peligrosos criminales” indocumentados ha dado magros resultados.

En medio de un creciente movimiento de líderes y grupos progresistas para abolir la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE),  de la que depende esa oficina, Trump renovó hoy su queja de que las leyes migratorias han permitido el ingreso de “elementos criminales” en EEUU.

“Cuando tenemos una ´infestación´de Pandillas de MS-13 en ciertas partes de nuestro país, a quién enviamos a sacarlos? ICE! Son más fuertes y más inteligentes que estos duros elementos criminales que las malas leyes migratorias permiten ingresar a nuestro país”, señaló Trump.

“Los Demócratas no valoran el gran trabajo que hacen! (los agentes de ICE) Nov”, agregó Trump, en alusión a los comicios legislativos del próximo 6 de noviembre.

Desde el año pasado, Trump ha enviado señales de que los republicanos, que exigen “mano dura” contra los inmigrantes indocumentados  -y algunos concuerdan con él en reducir la inmigración legal- usarán el tema de inmigración como arma en las urnas.

¿Dónde está la avalancha de crímenes?

En vez de una avalancha de crímenes a manos de peligrosos inmigrantes indocumentados, como alega el gobierno, la Oficina de Acercamiento a Víctimas de Crímenes de Inmigrantes (“VOICE”, por su sigla en inglés), ha recabado denuncias de presencia de extraterrestres, coyotes en propiedad privada, y hasta pedidos de reservación en el hotel de Trump.

La oficina, lanzada oficialmente en abril de 2017, está bajo jurisdicción de ICE, y según sus propios datos, no hay evidencia de la “victimización” de estadounidenses por parte de inmigrantes indocumentados.

Bajo la orden ejecutiva que firmó Trump en enero de 2017 para el lanzamiento de VOICE, la oficina debía divulgar informes trimestrales sobre las denuncias que recibe en su centro de llamadas en Laguna Niguel (California) en la línea telefónica “1-855-48-VOICE” (1-855-488-6423).

La oficina, que durante el año fiscal 2018 recibió del Congreso un presupuesto de un millón de dólares, finalmente divulgó el pasado 22 de junio el informe bajo presión de medios de comunicación, entre éstos “The Arizona Republic”, que recurrieron a una ley federal para obtenerlos.

Según ese informe, que abarca 4,602 llamadas de todo el país entre el 26 de abril y el 30 de abril de 2017), la mayoría, o un total de 2,515, no estaban relacionadas con ningún tipo de crimen.

El archivo muestra que sólo 972 eran para denunciar algún delito, 571 eran para preguntas generales sobre el funcionamiento de VOICE, y 244 eran para solicitar alguna ayuda.

Aún en la categoría de “crímenes”, el informe no precisa cuántos de esos crímenes fueron cometidos por inmigrantes indocumentados, ni cómo impactaron a los estadounidenses en general, tal como era el objetivo trazado en un memorándumpara adoptar la orden ejecutiva de Trump.

Así, el informe de “VOICE” no ofrece evidencia alguna que contradiga  numerosos informes de que, en general, la tasa de criminalidad entre los inmigrantes indocumentados en menor que la del resto de la población, precisamente porque los extranjeros “sin papeles”evitan estar en el radar de las autoridades policiales.

La mayoría de las llamadas durante 2017 provinieron de ciudades como Los Ángeles (California), Miami (Florida), San Francisco (California), Nueva York, y Boston (Massachusetts). VOICE aún no ha publicado datos de 2018 ni ha dicho cuándo lo hará.

Entre las llamadas catalogadas por VOICE, una persona llamó para denunciar que un coyote le robó un gato, otra se quejó de inmigrantes indocumentados que cruzaban por su huerto, mientras que otra pidió denunciar que la primera dama, Melania Trump, estaba “robando” al erario público.

 Las llamadas más frecuentes incluyeron denuncias contra ex-cónyuges, vecinos o rivales de negocios “sin papeles”,  aún cuando las presuntas infracciones no eran por estatus migratorio, en un aparente esfuerzo de venganza.  Apenas un puñado de llamadas era para averiguar el estatus de deportación de presuntos inmigrantes indocumentados criminales.

En declaraciones a este diario, Karely Hernández, activista de “The Leadership Conference on Civil and Human Rights” (LCCHR), la prioridad de grupos de la comunidad inmigrante debe enfocarse en “asuntos más apremiantes como la continua debacle que ha producido la política de tolerancia cero” de la Administración.

Esa política, anunciada por el fiscal general, Jeff Sessions, en abril pasado, dio luz verde a la “criminalización” de personas que cruzan ilegalmente la frontera sur.

Como resultado de esa política, el mes pasado las autoridades forzaron la separación de más de 2,300 niños de sus padres en la frontera sur, Trump optó por recibir en la Casa Blanca a estadounidenses que han perdido a familiares por crímenes cometidos por inmigrantes indocumentados.

Han sido las mismas “familias de ángeles” (“Angel Families”) que han participado en eventos similares en el pasado.

El mandatario aún no se ha reunido con familiares de inmigrantes que han sido víctimas de abusos de la Patrulla Fronteriza, o que han fallecido por negligencia en centros de detención de ICE.

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