El clima se suaviza en California, ayudando a los bomberos a combatir los múltiples fuegos

El calor abrasador fue clave de los arrasadores fuegos de julio

Bomberos observan una colina en llamas en Lakeport, California.

Bomberos observan una colina en llamas en Lakeport, California. Crédito: EFE / JOHN G. MABANGLO

Las temperaturas se están enfriando levemente, y la humedad está subiendo poco a poco debido a un debilitamiento de la alta presión que según los pronosticadores persistirá hasta el martes. Este cambio de clima ayudó a los bomberos a controlar los grandes incendios forestales que llevan tiempo quemando California y, a su vez, evitar que los nuevos incendios se salgan de control.

Las condiciones climáticas siguen sin ser ideales, pero sí representan una mejora y un descanso respecto a las condiciones abrasadoras y de alto riesgo que alimentaron algunos de peores incendios en la historia de California. “Somos afortunados de no tener las temperaturas de tres dígitos, no tenemos la humedad de un solo dígito, y no tenemos el aullido del viento”, dijo Kathy Hoxsie, meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional en Oxnard, quien afirma que, aunque el tiempo sigue siendo árido y seco, “podría ser mucho, mucho peor”.

“Los bomberos aprovecharán al máximo esta oportunidad para reforzar las líneas y construir más contenciones”, dijo Lynne Tolmachoff, vocera del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California.

De hecho, el cambio favorable en el clima también permitió a los bomberos contener rápidamente un nuevo fuego, el incendio de Gulch en el condado de Monterey, a solo 650 acres el sábado, así como contener totalmente el incendio Nelson de 2,162 acres cerca de Vacaville.

Hasta ahora, los recientes incendios han quemado más de 695,000 hectáreas, área que duplica el tamaño de la ciudad de Los Ángeles. Más de 12,000 residentes permanecen evacuados por orden de seguridad.

Lamentablemente, se espera que las temperaturas vuelvan a subir de cara al fin de semana, pero los pronosticadores no esperan condiciones tan severamente calientes y secas como las de julio, cuando estallaron algunos de los incendios más terribles jamás afrontados por el Estado Dorado.

Es probable, eso sí, que el calor extremo, los fuertes vientos y otras condiciones de avivamiento de fuego regresen en septiembre y octubre, históricamente los meses más destructivos. Por consiguiente, California no puede bajar la guardia.

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