Cómo evitar reacciones alérgicas peligrosas en la escuela

Hace 9 años atrás, Pia Hauk, M.D., alergóloga pediátrica del National Jewish Health Hospital de Denver, recibió esa llamada telefónica que ningún padre quiere recibir: su hija pequeña había sufrido una reacción alérgica grave a los cacahuates. 

Hauk corrió a la escuela, pero descubrió que su hija estaba bien. El personal de la escuela sabía exactamente cómo proceder porque tenían el plan de acción de emergencia de su hija en sus archivos. Esa es una lista de las alergias de un niño y los pasos a seguir en caso de una reacción alérgica.

“Los niños pasan 8 horas al día, 5 días a la semana en un entorno escolar”, dice Robert Lemanske, MD, ex presidente de American Academy of Allergy, Asthma & Immunology y profesor de alergia e inmunología en la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin. “Es fundamental que hagamos todo lo posible para evitar que tengan un ataque alérgico o de asma cuando están allí”. 

Pero no todos los padres comparten con la escuela la información necesaria sobre las alergias o asma de sus hijos, y no todas las escuelas están tan preparadas para las emergencias como la de Hauk.

Aquí te presentamos cómo mantener a tu hijo seguro cuando está en la escuela.

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Empieza con tu médico

Cuando el ciclo escolar de tu hijo esté pronto a iniciar, pide a tu pediatra o alergólogo que revise los medicamentos para la alergia o el asma que tu hijo necesita, dice Hauk.

Asegúrate de que tú, y, si es posible, tu hijo, sepan cuándo y cómo usar estos medicamentos, incluido un inhalador para el asma y un inyector automático de epinefrina, como un EpiPen, para una reacción alérgica severa.

Trabaja con tu médico para asegurarte de que tu hijo comprenda qué le provoca alergia o qué puede causarle ataques de asma, para que sepa cómo evitar esos desencadenantes.

“Cuanto más edad tenga, más responsabilidad le puedes dar al niño”, dice Hauk.

Pregúntale también a tu médico si tu hijo necesita llevar medicamentos a la escuela. Y, de ser necesario, pídele que prepare un plan de acción que describa los pasos que deben seguir los funcionarios de la escuela en caso de una reacción alérgica o un ataque de asma.

Todos los niños que padecen de asma necesitan ese plan, al igual que los niños que padecen alergias a alimentos y otro tipo de alergias, dice Lemanske. También pide a tu médico que complete toda la documentación que la escuela pueda requerir.

Habla con la escuela

Haz una cita para hablar con la enfermera de la escuela. Si no hay enfermera en la escuela, pregunta quién está a cargo de los problemas de salud de los estudiantes y habla con esa persona.

Los padres son responsables de proporcionar a la escuela los medicamentos que su hijo pueda necesitar, aunque muchas escuelas ahora cuentan con EpiPens en caso de una emergencia. Los padres también deben asegurarse de que el personal de la escuela sepa dónde se almacenan los medicamentos, ya sea en la enfermería o si el maestro del niño es quien las guarda. 

Proporciona a la escuela toda la documentación que te haya entregado tu médico y pregunta si necesitan información adicional. Además, haz estas preguntas:

  • ¿Cómo almacenan los medicamentos para que estén en un lugar seguro y para evitar que los confundan con los medicamentos para otros estudiantes?

  • ¿Cómo se aseguran de que los estudiantes lleven consigo sus medicamentos esenciales en los viajes escolares?

  • ¿Se puede tener acceso a los medicamentos durante las actividades después del horario escolar? En algunos casos, la oficina donde se almacenan dichos medicamentos queda bajo llave al final del día escolar. De ser así, es posible que debas proporcionar medicamentos de emergencia adicionales y sus instrucciones al programa después del horario escolar.

Alergias: Identifica los factores desencadenantes

Cerca del 15% de los niños con alergias a los alimentos tienen una reacción alérgica en la escuela, de acuerdo con Food Allergy Research & Education, una organización no lucrativa. Y en una encuesta de 2016 de enfermeras escolares, un tercio informó que un estudiante había experimentado una reacción alérgica en su escuela durante el pasado año.

Si tu hijo tiene una alergia a algún alimento, habla con la escuela para ver si la cafetería puede proporcionar comidas que eviten los factores desencadenantes de tu hijo. De lo contrario, prepara tú sus almuerzos y refrigerios, y asegúrate de que tu hijo comprenda la importancia de no comer los alimentos de otros estudiantes, dice Hauk.

Da a la maestra o maestro un suministro de bocadillos (snacks) que no le causen alergia para que tengan a mano cuando haya celebraciones en el salón de clases. Y enseña a tu hijo cómo revisar las etiquetas de los alimentos para que busque los alérgenos conocidos.

Muchas veces, las alergias no provienen de alimentos, sino de desencadenantes ambientales, como el polen. Si sospechas que tu hijo está teniendo una reacción al polen, habla con la escuela sobre mantener las ventanas cerradas para evitar el ingreso de polen en el aula, y también que pongan a funcionar el aire acondicionado, dice Hauk.

Las mascotas en el aula también pueden ser un problema para algunos niños. Pregúntale a la maestra o maestro de tu hijo sobre cambiar los conejillos de Indias y otras mascotas con pelaje por tortugas o peces. Y dado que el pelaje de las mascotas se puede transportar en la ropa, los niños no deben pedir prestado los abrigos de sus amigos.

Asma: Prevén los ataques

Las escuelas presentan riesgos especiales para los niños con asma, por varios motivos.

Primero, el ejercicio es una causa común de ataques de asma, por lo que la clase de gimnasia puede presentar desafíos para algunos estudiantes. Lemanske dice que el asma inducida por el ejercicio nunca debe evitar que los niños participen en educación física, pero que los estudiantes propensos al problema pueden necesitar usar antes de empezar un inhalador para el asma y siempre tener uno a mano.

El polvo de tiza también puede desencadenar el asma en algunas personas, por lo que los niños deben asegurarse de lavarse las manos después de escribir en la pizarra.

Y, por último, el regreso a la escuela aumenta la exposición a gérmenes que pueden causar resfriados o la influenza, y eso puede aumentar el riesgo de sufrir un ataque de asma. Así que, es importante que los niños con asma reciban la vacuna contra la influenza y practiquen una buena higiene básica, como lavarse las manos regularmente, dice Hauk.

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