Trump anuncia acuerdo comercial provisional con México

Si el nuevo acuerdo excluye a Canadá, eso complicaría la aprobación del pacto en el Congreso

En marzo pasado, Trump condicionó su plan  tarifario a las negociaciones actuales de NAFTA

En marzo pasado, Trump condicionó su plan tarifario a las negociaciones actuales de NAFTA Crédito: Win McNamee | Getty Images

WASHINGTON— El presidente Donald Trump anunció este lunes un acuerdo provisional con México que allana el camino hacia el desmantelamiento del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), sin que por ahora tenga el apoyo de Canadá o el consentimiento del Congreso.

“Estaré terminando el acuerdo existente y suscribiendo este acuerdo… es un gran día para el comercio. Es un gran día para nuestro país”,  dijo Trump, al calificarlo como “uno de los acuerdos comerciales más grandes jamás realizados”.

El mandatario expresó esperanza de que Canadá se sume al nuevo esfuerzo, aunque el gobierno de Ottawa ha estado ausente de las negociaciones.

Trump hizo el anuncio desde el Despacho Oval tras más de seis semanas de negociaciones entre EEUU y México para superar el abismo de diferencias en asuntos como energía y el sector automovilístico.

Por ahora, el acuerdo se llama simplemente “acuerdo comercial EEUU- México”, y el gobierno de Trump no adelantó cuál sería el nuevo nombre si se incorpora Canadá.

Trump considera que “NAFTA” tiene “una mala connotación” porque ese pacto, vigente desde 1994, “perjudicó bastante” a Estados Unidos. Es, por lo demás, parte del discurso nacionalista y populista que utilizó durante la contienda de 2016 para ganar la presidencia.

El mandatario estuvo acompañado en el Despacho Oval por el jefe de Gabinete, John Kelly; su asesor y yerno, Jared Kushner; el canciller mexicano y el secretario de Economía de México, Luis Videgaray e Idelfonso Guajardo, respectivamente, mientras que el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto se sumó al anuncio mediante una llamada telefónica que, de forma inédita, fue televisada.

A través de un intérprete, Peña Nieto felicitó a los negociadores de ambos países y también expresó esperanza de que Canadá pueda unirse al acuerdo.

Los cambios en el nuevo acuerdo

Durante una conferencia telefónica con periodistas, funcionarios de alto rango de la Administración confiaron en que podrán incorporar a Canadá al pacto en ciernes.

“Esperamos que Canadá se una ahora, y esperamos que comiencen el proceso muy pronto… tenemos un acuerdo que es absolutamente estupendo” que conducirá a más empleos para agricultores y trabajadores en EEUU y México, dijo el representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer.

Según Lighhizer, el acuerdo contiene cláusulas laborales más fuertes, mucho mejores que en el acuerdo firmado durante la Administración Clinton.

Por su parte, Kushner elogió la “gran cooperación” del gobierno mexicano y la “relación constructiva” y “diálogo franco” con ese país. Según Kushner, se trata de un “acuerdo justo” que “crea una transacción” en la que todas las partes “ganan”, y además puede servir de “trampolín para abordar muchos otros asuntos que compartimos”.

Más adelante, un funcionario de alto rango de la Administración, que pidió el anonimato, dijo que el acuerdo tendría un período de vigencia de 16 años, con una revisión inicial después de seis años y la opción de ampliarlo por otros 16 años después de cada revisión adicional.

Según una hoja de datos distribuida por la Oficina del Representante de Comercio Exterior (USTR), el acuerdo incorpora nuevas reglas de origen para la fabricación de automóviles, para alentar el uso de materiales de insumo provenientes de América del Norte.

Para evitar la imposición de aranceles, el acuerdo aumenta del 62,5% al 75% el uso de materia prima de EEUU y México para la fabricación de coches, así como un aumento del uso de acero, aluminio y refacciones de las industrias locales.

El acuerdo también exige que entre el 40% y el 45% del contenido de un automóvil sea fabricado por trabajadores que ganen al menos $16 por hora.

Fiel a la promesa que hizo Trump en la contienda de 2016, el objetivo de su Administración es crear más fuentes de empleo en la industria automotriz estadounidense.

Sin embargo, la imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio de Canadá, México, la Unión Europea y otros países, ha dado pie a una incipiente guerra comercial que ya ha inflado los costos de producción en este país, y pone en peligro el acceso de los productos estadounidenses a mercados internacionales.

Por otra parte, el acuerdo mantiene en “cero” los aranceles al intercambio comercial de productos agrícolas; fortalece los reglamentos para medidas fitosanitarias; prohíbe las barreras al comercio de vino y licores, como el whiskey estadounidense o el tequila y mezcal mexicanos.

México ya tiene su acuerdo

Durante una rueda de prensa en la embajada de México, el canciller Luis Videgaray, reconoció la incertidumbre en torno al futuro de NAFTA, y si Canadá al final regresará a las negociaciones, al menos queda la certeza de que EEUU y México sí tendrían un acuerdo.

Funcionarios del gobierno mexicano y del gobierno electo celebran anuncio de acuerdo provisional entre EEUU y México. Foto: María Peña/Impremedia

“Si los gobiernos de Canadá y EEUU no llegaran a un acuerdo, hoy lo que sabemos los mexicanos es que en cualquiera de esos escenarios habrá un tratado de libre comercio entre México y EEUU”, afirmó Videgaray, quien se hizo eco de las palabras de Trump para hablar de un “entendimiento” sobre el acuerdo provisional.

“La incertidumbre deja de ser si habrá o no tratado; la incertidumbre ahora es si éste será bilateral o trilateral”, observó el funcionario.

Videgaray dijo que su país hará lo posible para que Canadá siga dentro del pacto, y elogió la labor del equipo negociador, que incluyó a Jesús Sede, miembro del equipo del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

Por su parte, Guajardo precisó que el tratado con México “mejora la competitividad de América del Norte” y de forma notable “no se han aceptado cuotas, ni restricciones ni tarifas en el comercio”, además de que se mantiene el atractivo de México para los inversionistas.

Seade celebró el anuncio del acuerdo porque, a su juicio, da “estabilidad” para la economía mexicana, con la ventaja de que ahora será un tratado “modernizado”.

En rueda de prensa en Washington, los funcionarios mexicanos indicaron que el nuevo pacto elimina la incertidumbre y da “estabilidad” a la economía mexicana. Foto: María Peña/Impremedia

Ninguno de los funcionarios mexicanos indicó si México hizo concesiones no relacionadas al tema comercial.

¿Podrá haber acuerdo sin Canadá?

La canciller canadiense, Chrystia Freeland, que prevé viajar a Washington mañana, dijo el viernes pasado que su país desearía reincorporarse a las negociaciones una vez que EEUU y México hayan registrado avances para resolver sus propias disputas.

“Solo firmaremos un nuevo NAFTA que sea bueno para Canadá y para la clase media. Se requiere la firma de Canadá”, explicó hoy el portavoz de la canciller, Adam Austen.

A principios de agosto, Trump dejó entrever que impondría nuevas sanciones contra los automóviles Canadá, como estrategia para obligar a ese país a sentarse a las negociaciones.

Se desconoce si el Legislativo le dará la venia al nuevo acuerdo antes de los comicios del próximo 6 de noviembre en EEUU, o antes de la investidura de AMLO el próximo 1 de diciembre.

Eso se debe en parte a que la Administración avisó en mayo de 2017 al Congreso del proceso de discusiones trilaterales para la reforma del TLCAN, o NAFTA por su sigla en inglés, pero no para acuerdos bilaterales.

Es decir, si EEUU adopta pactos bilaterales por separado, bajo la ley de “Autoridad para la Promoción Comercial” (TPA), la Administración necesitaría iniciar un nuevo proceso de aviso, negociación y voto, algo que podría tomar un mínimo de 180 días. Debido al breve calendario del Congreso, hay poco margen de maniobra para que eso ocurra.

Una vez que el acuerdo sea presentado, previsiblemente el viernes próximo, habría un plazo de 90 días para su firma, y Lighthizer expresó su deseo de que el pacto tenga apoyo bipartidista cuando llegue al Congreso.

Escepticismo sobre pacto

No todos aplauden la desintegración del NAFTA, y algunos legisladores republicanos han criticado abiertamente la política comercial de Trump.

Matthew Shay, presidente de la Federación Nacional de Ventas al Por Menor” (NRF, en inglés), dijo que el acuerdo preliminar con México es una buena señal pero “la amenaza de salir del acuerdo existente no lo es”.

“NAFTA apoya millones de empleos estadounidenses y provee a las familias estadounidenses que trabajan duro acceso a más productos y a menores precios”, y para preservar esos beneficios tiene que incluir a Canadá, enfatizó Shay.

“Evaluaremos cualquier acuerdo final dependiendo de si promueve el crecimiento económico y continúa  mejorando las vidas de trabajadores y consumidores estadounidenses”, puntualizó Shay, cuyo grupo advirtió que sin NAFTA, los minoristas y consumidores afrontarían un alza de costos de hasta $16,000 millones al año.

Por su parte, líderes sindicalistas agrupados bajo la federación AFL-CIO dijeron en un comunicado conjunto que si bien NAFTA ha tenido un “impacto devastador” en los trabajadores es urgente lograr un acuerdo que beneficie a los trabajadores en los tres países.

“Queda mucho por hacer para lograr las soluciones reales y necesarias para corregir las profundas fallas arraigadas en NAFTA. Cualquier nuevo acuerdo debe aumentar los salarios, garantizar los derechos y libertades de los trabajadores, reducir la exportación de trabajos y poner de primero los intereses de las familias trabajadores en los tres países”, enfatizó la AFL-CIO.

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