Logra su residencia después de 30 años de ser indocumentada

En su segundo intento logra ser residente, ya que la primera vez fue estafada por un abogado de migración

Elena Novas se hace residente después de 30 años de ser indocumentada.(Araceli Martínez/La Opinión).

Elena Novas se hace residente después de 30 años. Crédito: Araceli Martinez | La Opinion

A un mes de cumplir tres décadas de haber entrado a los Estados Unidos de manera indocumentada, Elena Nova Díaz logró convertirse en residente permanente.

“Me siento diferente, sin miedo”, dice esta inmigrante mexicana de 49 años de edad, haciendo un fuerte esfuerzo por contener las lágrimas.

Mira su tarjeta de residencia y no lo puede creer. Su abogada Michelle Apolonia Montes, la abraza y le entrega un ramos de flores. Elena recibió su tarjeta de residente esta semana.

Era una joven de 19 años cuando decidió dejar Cuernavaca, en México para venir a los Estados Unidos.

“No teníamos nada allá. No había trabajo. Por eso vine, y para ayudar a mi mamá”, dice.

Elena Nova con su abogada Michelle Apolonia Montes en el momento que recibe su tarjeta de residente. (Araceli Martínez/La Opinión).
Elena Nova con su abogada Michelle Apolonia Montes en el momento que recibe su tarjeta de residente. (Araceli Martínez/La Opinión).

En California, se casó y tuvo tres hijas Roxanne, Gabriela y Daisy, que ahora tienen 26, 24 y 22 años.

Después de ocho años, en 1997 decidió volver a México con sus hijas. Pero en menos de dos años, cuando consiguió una visa de turista, regresaron a los Estados Unidos .

Ya en el país, Elena se puso a trabajar de nuevo en la limpieza de casas, se divorció del padre de sus hijas, y se convirtió en papá y mamá de ellas.

Sus hijas se graduaron de la universidad. Y cuando la mayor Roxanne cumplió 21 años fue a ver un abogado para tratar de solicitar su residencia.

“Yo quería estar bien, ya no vivir con miedo”, explica.

Pero el abogado que fue a ver, solo le hizo perder tiempo y dinero. “Dos años después de estar llevando mi caso, y sacarme entre 4,000 y 5,000 dólares, me dijo que no podía hacer nada por mi porque me podían dar un castigo”.

cElena Nova con su abogada Michelle Apolonia Montes en el momento que recibe su tarjeta de residente. (Araceli Martínez/La Opinión).
cElena Nova con su abogada Michelle Apolonia Montes en el momento que recibe su tarjeta de residente. (Araceli Martínez/La Opinión).

Cuando tiempo, después alguien le recomendó el bufette del abogado en migración Eric Price, donde trabaja la abogada Michele Apolonia Montes, tuvo sus dudas. “Dije, no quiero perder más dinero. Sin embargo, dentro de mi, hubo algo que me decía, date una oportunidad”.

Y así lo hizo, dos años después, Elena tiene la tarjeta residencia permanente en sus manos, y no para de sonreír.

Llena de felicidad, admite que el miedo ha desaparecido de su vida. Un miedo que por muchos años la limitó y la obligó a no salir más allá del área de San Diego donde ha vivido siempre.

“Lo más lejos que he ido es a La Joya, y por razones de trabajo, a limpiar casas”, dice.

Ese miedo la persiguió durante los casi 30 años que lleva en el país. Como en el 2005 cuando se escuchaba que había redadas en las tiendas.

“Yo necesitaba salir a trabajar, porque mi familia necesitaba comer. Necesite dejar el miedo a un lado para salir adelante”, cuenta.

En dos ocasiones, le quitaron el carro por no tener licencia de manejo.

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El momento más difícil durante su proceso de residencia, lo pasó cuanto tuvo que ir a la entrevista.

“Mi mayor temor era que me negaran la residencia y tuviera que separarme de mis hijas. Incluso se me cruzó por la mente no ir a la cita”, dice.

Se sintió tan mal que se encerró por cuatro días en su cuarto a llorar y desahogarse. “Hasta que más tranquila, dije, que pase lo que tenga que pasar”, dice.

La entrevista para la residencia la tenía para el 12 de septiembre. “Yo no quería hacer planes más allá de ese día. No sabía que iba a pasar con mi vida, a partir de esa fecha”, comenta.

La agonía se prolongó por 10 días más. La fecha de la entrevista se la cambiaron del 12 al 22 de septiembre.

“Desde que entré a la entrevista, y vi que el oficial que me iba a atender, tenía en su escritorio, fotografías con niños de otros países como África, tuve un presentimiento. Dije que esta persona es buena, no es racista”, dice.

Y no se equivocó, a Elena le fue muy bien en su entrevista, y al terminar el mismo oficial, le dijo que su residencia estaba aprobada.

Ya como residente, su más grande sueño es estudiar maquillaje artístico. “No quiero pasarme toda la vida limpiando casas”, confiesa.

Pero además quiere ir a México a ver a su madre. “No la veo desde 1998. ¿Qué si han valido la pena estos 30 años de vivir indocumentada en este país? Claro que si, sin quitarles el mérito a mis hijas que consiguieron becas para ir a la universidad, me siento orgullosa de haber podido sacarlas adelante y ayudar económicamente a mi madre”, expone.

Elena dice que sus hijas están muy contentas y casi han llorado de felicidad de que por fin sea residente. “Estaban muy preocupadas de que me fuera a pasar algo”, dice.

Michelle Apolonia Montes, la abogada en migración que atendió a Elena, explica que es súper importante ir con personas que tienen licencia como abogados de migración que hayan ido a la escuela.

“A veces tenemos muchos clientes con muy malas experiencias porque fueron con personas que no saben lo que están haciendo como le pasó en un inicio a Elena”, dice.

Cuenta que cuando vio su caso, supo que ella sí calificaba. “No era un proceso súper difícil. Ella no tenía ninguna deportación, contaba con un récord limpio, entró legalmente a los EstadosUnidos y tenía una hija mayor de 21 años que podía solicitarla”, explica.

La clave para una buena entrevista, dice, es preparar y repasar con el cliente, en este caso con Elena todas las posibles preguntas y detalles. “Uno nunca sabe. Todos los oficiales son distintos. Así que practicamos muchas veces porque bajo la administración Trump se han puesto más estrictos con las preguntas”, observa.

En cinco años, según cuenta la abogada, esta inmigrante mexicana convertida en residente permanente, podrá solicitar la ciudadanía de los Estados Unidos.

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