Abuelo pide que no lo deporten, no quiere separarse de sus 10 nietos

Además teme por su salud ya que un accidente laboral lo dejó con lesiones severas e imposibilitado para trabajar

Blas Orantes, no quiere ser deportado para no separarse de sus nietos. (Foto suministrada).

Blas Orantes, no quiere ser deportado para no separarse de sus nietos. (Foto suministrada). Crédito: Foto suministrada | Foto suministrada

La vida de Blas Orantes, un abuelo de 10 nietos, está en manos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), ya que este miércoles 5 de diciembre podrían ser deportado.

“Estoy muy preocupado. No estoy bien. No quiero separarme de mis nietecitos. El sufrimiento extremo sería mutuo, ambos sufriríamos mucho”, dice Blas, un inmigrante guatemalteco de 70 años de edad, padre de seis hijos.

Este abuelo que reside en Ventura vino por primera a California en 1990. Solicitó su residencia a través de la ley NACARA. El proceso le permitió obtener un permiso de trabajo. Sin embargo, no le dio seguimiento a su caso, por darle prioridad a su trabajo.

La ley NACARA, aprobada en 1997, proporciona alivio migratorio contra la deportación a ciertos países cuyos residentes vinieron como asilados a Estados Unidos.

Blas Orantes muestra el permiso de trabajo que obtuvo bajo la ley NACARA. (Foto suministrada).
Blas Orantes muestra el permiso de trabajo que obtuvo bajo la ley NACARA. (Foto suministrada).

Su error

El error de Blas fue salir a Guatemala y cuando trató de reingresar al país fue detenido y deportado por Migración. Días después, consiguió entrar al país sin ser captado por las autoridades de la Patrulla Fronteriza.

Blas sacó a sus hijos adelante por medio de su trabajo como cuidador de caballos. Pero en 2012 se lesionó severamente de por vida cuando una potranca le cayó encima.

“Me quebré la columna, y me pusieron cuatro tornillos en la espalda. Camino cojeando. No puedo trabajar desde que tuve el accidente”, relata.

Pese a que quedó incapacitado para laborar, siguió yendo a su trabajo haciendo lo que podía, hasta que su patrón lo despidió.

Al sentirme muy enfermo, buscó ayuda legal y logró obtener un permiso humanitario durante todo el periodo del presidente Obama. Pero a la llegada de Trump, la situación cambió. Ya no le renovaron la estadía, y lo mandaron a la corte de Migración.

Blas Orantes no quiere separarse de sus nietos. (Foto suministrada).
Blas Orantes no quiere separarse de sus nietos. (Foto suministrada).

“No entendemos por qué lo quieren deportar. El presidente Trump dijo que solo se enfocarían en arrestar y deportar criminales. Mi padre es un hombre trabajador, bien portado, que toda su vida en Estados Unidos ha pagado impuestos”, comenta su hijo, Raúl Orantes.

Blas tiene una cita en las oficinas de ICE en Camarillo, donde podrían darle una orden de salida voluntaria o una deportación.

Todos sus nietos, de entre 4 meses a los 12 años de edad, nacidos en Estados Unidos, están muy afligidos por el abuelo. Pero también sus hijos.

“Estamos tristes, estresados y tensos. ¡Es horrible! La verdad nos ponemos a pensar cómo le haría mi padre para permanecer sentado en un avión durante seis horas. Ese es el tiempo que dura el vuelo a Guatemala. Él no está en condiciones de viajar. Se le sube mucho la presión, se le baja el pulso y se puede desmayar en cualquier minuto”, dice el hijo de Blas.

Incluso comenta que ellos tienen cartas de los médicos que indican que su padre no puede estar sentado más de una hora.

Blas Orantes con una de sus diez nietos. (foto suministrada).
Blas Orantes con una de sus diez nietos. (foto suministrada).

“Yo creo que si me suben en ese avión me muero”, comenta el padre.

Y es que a raíz del accidente laboral que sufrió cuando le cayó encima el caballo sufre dolores muy fuertes y está sujeto a tomar medicamentos.

Después de su despido laboral, el abuelo demandó a la compañía dueña de las caballerizas en Santa Ana para las que trabajó por años, porque no le dieron ni una pastilla para el dolor.

“Fuimos al Consulado de Guatemala, y nos dijeron que posiblemente ya no le vuelvan a dar a mi padre la extensión humanitaria”, indica el hijo.

“Lo único que nosotros queremos es que le den una oportunidad para pelear su caso y que no lo deporten porque su familia, sus hijos y sus nietos lo necesitamos. Es mucho el sufrimiento emocional y físico que viviría nuestro padre y abuelo si lo sacan del país”, exclama.

Blas Orantes no se quiere separar de sus hijos y nietos. (foto suministrada).
Blas Orantes no se quiere separar de sus hijos y nietos. (foto suministrada).

No está en condiciones de ser deportado

El abogado en migración Eric Price, a quien Blas Orantes fue a ver de último minuto en busca de un ayuda legal, señala que por un lado el ICE tiene derecho legal para efectuar una deportación.

“Pero la situación real de Blas es que es una persona con un comportamiento ejemplar, un récord criminal limpio, con casi 30 años viviendo y pagando impuestos en este país, y una gran familia que incluye a sus nietos”, precisa.

Enfatiza que el factor humano, aunado a todos estos puntos, son favorables para considerar una suspensión de la deportación.

“Técnicamente el gobierno de Estados Unidos tiene la obligación de realizar un proceso de deportación en condiciones muy específicas que el delicado estado de salud de Blas no reúne”, resalta.

Para poder decir si se puede ayudar a Blas a permanecer al lado de su familia, el abogado indica que necesitan esperar a conocer la decisión del ICE este miércoles.

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