Trump defiende posible cierre del gobierno para lograr un muro que pocos apoyan

Los republicanos están bajo presión de Trump de someter a voto esta semana una medida que financie las operaciones del gobierno y autorice los $5,000 millones que pide para el muro fronterizo

Cámaras de vigilancia  en la valla fronteriza entre México y EEUU.

Cámaras de vigilancia en la valla fronteriza entre México y EEUU. Crédito: Getty Images

WASHINGTON— El presidente Donald Trump ha asumido el riesgo político de un cierre del gobierno federal en 9 días, pero su insistencia en el muro fronterizo no sólo perjudicará a los empleados públicos en época de Navidad sino que afronta el rechazo de la mayoría de los votantes.

Recurriendo nuevamente a su táctica xenófoba, Trump destacó hoy en Twitter el atentado en Francia para repetir su exigencia de que los líderes demócratas en el Congreso apruebe los fondos para el muro fronterizo en el presupuesto del año fiscal 2019.

“Los demócratas y el presidente (Barack) Obama le dieron a Irán 150,000  millones y no obtuvieron nada, pero no pueden dar $5,000 millones para la seguridad nacional y el muro?”, se quejó Trump.

De cara a la opinión pública, Trump se ha embarcado en una ofensiva para que el Congreso apruebe $5,000 millones para la construcción de un muro fronterizo, una de sus promesas electorales de 2016 que no ha podido cumplir.

Bajo presiones de Trump, los republicanos en la Cámara de Representantes sopesan una medida temporal que financie las operaciones del gobierno hasta enero próximo y autorice los fondos que exige el mandatario. La medida sería sometida a votación mañana, pero no está claro que ésta pueda ser aprobada, según confirmaron a este diario fuentes legislativas demócratas.

El Congreso ya había aprobado fondos para seis de las 13 dependencias de la burocracia federal, pero no logra consenso sobre los fondos para el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Los legisladores aprobaron la semana pasada una medida de emergencia para mantener abierto el gobierno federal, pero éste agotará sus fondos el próximo 21 de diciembre. Si el Congreso no logra un acuerdo sobre una medida a corto o largo plazo, el cierre del gobierno, en vísperas de Navidad, afectará a un 25% de la fuerza laboral federal, además de que arrastrará costos políticos y económicos.

Aunque siempre hay una reserva de fondos para operaciones de seguridad nacional, y los legisladores adoptan medidas salariales retroactivas, un cierre parcial del gobierno termina afectando a millones de personas que depende de servicios públicos.

De inmediato, por ejemplo, se paralizan las operaciones relacionadas con los parques nacionales –fuente de ingresos del turismo en muchos estados-, ciertos servicios de vivienda para los ancianos y discapacitados; ayudas para los veteranos y servicios de información para el sector agrícola.

Torcer el brazo demócrata

El mensaje de Trump estaba dirigido a los principales líderes de la oposición, Nancy Pelosi en la Cámara de Representantes y Chuck Schumer en el Senado, un día después de una inédita reunión televisada en la que ambos lados se enzarzaron en pugnas partidistas por el muro y la seguridad fronteriza.

“Vamos a fortalecer nuestras fronteras aún más. Chuck y Nancy tienen que darnos los votos para conseguir seguridad fronteriza adicional!”, insistió Trump.

Durante la reunión con Pelosi y Schumer, Trump dijo que estará “orgulloso” de provocar un cierre del gobierno si eso le ayuda a extraer concesiones para el muro. También dijo que asumirá por completo la culpa si cierra el gobierno federal, lo que supuso una victoria para la oposición, que entregó a Trump dos opciones ya rechazadas por su partido.

Pero sus declaraciones tomaron por sorpresa a muchos líderes republicanos, que entre bambalinas formulaban estrategias para culpar a los demócratas si no lograban un acuerdo sobre los fondos del gobierno.

Los demócratas, por su parte, tacharon la estrategia de Trump como algo tan inédito como “insensato”, y le urgieron que abandone su plan.

El vicepresidente del Comité de Asignaciones del Senado, el demócrata Patrick Leahy, consideró hoy que la amenaza de Trump es “una de las declaraciones más insensatas que jamás haya escuchado de la boca de un presidente de EEUU”.

La amenaza de cerrar el gobierno como táctica de negociación era impensable cuando Leahy llegó al Senado en 1974, pero ahora se ha convertido en un ejercicio anual, y ambos partidos han pagado un costo político por esa parálisis.

Trump es el primer presidente en alardear del asunto, “montando una rabieta en vivo en televisión, ya sea porque es ajeno a las consecuencias reales de un cierre, o porque no le importan”, se quejó Leahy, demócrata por Vermont.

Desde una audiencia del Comité Judicial del Senado, el senador demócrata por Illinois, Dick Durbin, aconsejó a Trump a abandonar su proyecto “medieval”, “costoso” e “ineficiente”, y canalice ese dinero a “tecnología moderna para frenar a los carteles de la droga que están envenenando a nuestros niños”.

 

Resistencia al muro

En todo caso, aunque la retórica de Trump sienta bien entre sus seguidores, la exigencia del muro no cuenta con gran apoyo de la opinión pública.

Una encuesta difundida ayer por NPR, PBS y el Instituto Marista, indicó que el 69% de los estadounidenses no creen que el muro es prioritario, mientras que, con un margen de 57% contra un 36%, también prefieren que Trump negocie con la oposición y evite un cierre del gobierno.

Mientras, grupos defensores de los inmigrantes protestaron frente al Capitolio para que el Congreso no apruebe un centavo más ni para el muro fronterizo ni para la “agenda anti-inmigrante” de la Administración Trump.

Los activistas, de grupos como la coalición “Families Belong Together”, “Center for Popular Democracy”, “CASA”, y “Make the Road New York”, también exigieron rendición de cuentas por el incidente del pasado 25 de noviembre, en el que agentes de la Patrulla Fronteriza lanzaron gases lacrimógenos contra inmigrantes en la frontera entre California y México, incluyendo madres y niños.

Por su parte, Adam Isacson, analista de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), desnudó hoy en un blog las “falsedades” que utiliza Trump para justificar el muro.

Según Isacson, el muro sería un esfuerzo inútil en áreas silvestres o remotas, que conforman buena parte de la frontera, y ya existen bardas en zonas altamente pobladas, y tampoco ayudaría a frenar a los narcotraficantes, que utilizan principalmente los puertos de entrada oficiales para el trasiego de drogas.

El muro también sería un derroche de fondos públicos ante la drástica caída en el número de detenciones en la frontera, mientras que las estadísticas de 2017 de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) muestran que, de las 29 ciudades fronterizas, solo las de Tucson y Santa Ana registraron índices de criminalidad mayores que la tasa nacional.

Un mejor uso de los $5,000 millones que pide Trump para el muro -y que los republicanos de la Cámara Baja están dispuestos a darle- sería modernizar la infraestructura y tecnología en los puertos de entrada oficiales, argumentó Isacson.

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