La firma de Trump que ayudaría a miles de presos latinos

La reforma penal permitirá la liberación inicial de 2,000 presos mayoritariamente afroamericanos y latinos

Solo falta la firma de Trump para que la reforma se convierta en ley federal

Solo falta la firma de Trump para que la reforma se convierta en ley federal Crédito: Ron Sachs | Getty Images

Una gran cantidad de presos hispanos, que constituyen una tercera parte de la población carcelaria en EEUU, podrían beneficiarse de una reforma penal aprobada por la Cámara Baja y la cual solo aguarda la firma del presidente Donald Trump.

Las reformas podrían despejar el camino para la excarcelación de cientos de reos hispanos y afroamericanos condenados por delitos relacionados con drogas.

La ley, que espera el aval de Trump, da a los jueces más discreción a la hora de sentenciar algunas infracciones relacionadas con las drogas, razón por la cual gran parte de estas minorías pagan actualmente una condena en prisión.

Por su parte el presidente, Donald Trump, celebró este jueves la aprobación en la Cámara de Representantes de una iniciativa que, de convertirse en ley, permitiría la liberación de miles de presos y supondría la mayor reforma en décadas del sistema penal.

“El Congreso acaba de aprobar el proyecto de reforma de la justicia penal, conocido como ‘ley del primer paso”, escribió Trump en Twitter al referirse a una iniciativa que el martes recibió el visto bueno del Senado, con 87 votos a favor y 12 en contra.

La propuesta había pasado a manos de la Cámara de Representantes y, tras su aprobación este jueves, deberá ser firmada por Trump para convertirse en ley.

“¡Felicitaciones! Este es un gran logro bipartidista para todos”, agregó el gobernante, que describió esta decisión como “una cosa maravillosa para Estados Unidos” y destacó que “cuando ambas partes trabajan juntas” pueden mantener al país más seguro.

De ser avalada por Trump, la legislación supondría el mayor cambio en décadas al sistema penal, que en los años 80 aprobó leyes que endurecieron las penas para los delitos de drogas, que tenían como objetivo combatir la “epidemia” de consumo de crac (cocaína en piedra).

Como resultado de esa normativa anterior, la población carcelaria pasó de 500,000 a 2.2 millones de personas y hubo un aumento desproporcionado de condenas para los integrantes de las minorías negra e hispana.

La “ley del primer paso” acabaría con una disposición que obliga a los jueces a sentenciar a cadena perpetua a aquellos que han sido condenados tres veces por delitos de drogas.

Además, propone reducir la disparidad entre las altas penas por tráfico de crac, más popular entre los afroamericanos, y por posesión de cocaína en polvo -una droga más consumida por los blancos-, que acarrea unas penas menores de prisión.

Estos cambios se aplicarían a nivel retroactivo, lo que permitiría la liberación de 2,000 presos en cárceles federales, ya que no afecta a las estatales, donde están recluidos la mayoría de los reos.

Asimismo, expande los programas que permiten la liberación anticipada de presos con buena conducta y amplía los planes destinados a capacitación laboral.

La legislación también prohibirá que las mujeres embarazadas sean inmovilizadas con grilletes y vetará el uso del régimen de aislamiento para los menores encarcelados.

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