Muere dejando un patrimonio de $11 millones de dólares y el testamento sorprende a familiares y amigos
La generosidad del hombre ha sorprendido a sus más allegados amigos
Un trabajador social murió de cáncer a los 63 años, dejando la mayor parte de su patrimonio a organizaciones de caridad que ayudan a los pobres, a niños enfermos, discapacitados y abandonados.
Lo que nadie sabía es que su patrimonio fuera tan sorprendente. Ni más ni menos que 11 millones de dólares.
Incluso los más cercanos a Alan Naiman no tenían ni idea de la fortuna que amasó en silencio. Esto se debe a que el trabajador social del estado de Washington ahorró hasta el último penique que caía en su bolsillo.
Naiman trabajó para el Departamento de Servicios Sociales y de Salud, ganando $67,234 dólares al año. Pero también hizo otros trabajos paralelos, a veces con hasta tres empleos a la vez. Ahorró e invirtió lo suficiente para ganar varios millones de dólares y también heredó unos cuantos millones más de sus padres.
Según los amigos la decisión de dejar casi todo su patrimonio a asociaciones que ayudan a los demás viene del hecho de que su hermano mayor tenía una discapacidad de desarrollo.
“Crecer con un hermano mayor y discapacitado cambió un poco de la manera en que veía las cosas”, contó su amiga cercana, Susan Madsen, a Ctvnews.
Naiman dejó $2.5 millones de dólares para el Centro de Cuidado Interino Pediátrico, una organización que atiende a bebés nacidos de madres que abusaron de las drogas y ayuda a los niños a abandonar su dependencia.
También donó $900,000 dólares a la organización de cuidado de crianza y niños en acogida Treehouse, diciéndoles que él acogió a niños hace años y que les había llevado juguetes y artículos de primera necesidad durante mucho tiempo más.
Muchas de las organizaciones que se benefician de la generosidad de Naiman admitireron que no lo conocían.
“Nunca soñamos que algo así nos sucedería. Desearía mucho haber podido conocerlo. Me hubiera encantado que él viera a los bebés que está protegiendo”, dijo la fundadora de Pediatric Interim Care Center, Barbara Drennen al medio mencionado.
“La frugalidad que vivió, a la que se comprometió en su vida, fue por esto”, agregó Jessica Ross, la directora de desarrollo de Treehouse. “Es realmente un regalo para todos nosotros ver esa demostración pura de filantropía y amor”.
Las más grandes muestras de amor y generosidad no siempre necesitan una repuesta recíproca o acaparar atención, se hacen de forma altruista.