La Víbora: Se acabó el teatro entre Peña Nieto y la Gaviota

A nuestra serpiente comentarista del entretenimiento no se le escapa nada ni nadie

Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera.

Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera. Crédito: Getty Images

Viborolectores, estoy muy pero muy triste, y a la vez confundida. Triste porque al parecer el romance entre Enrique Peña Nieto y la Gaviotita ya llegó a su fin, un fin, si me lo permiten, predecible y esperado. Quiere decir que eso del cuento que prometieron cuando se casaron de que “felices para siempre” fue precisamente eso, puro cuento.

Y estoy confundida porque, ¿qué pasará con la casa blanca? Pero no la del hombre naranja que vive en Washington, D.C., sino la que dizque construyó la Gaviota hace seis años en Ciudad de México, ¿se acuerdan? Esa que tiene todo tipo de lujos menos biblioteca, porque, ¿para qué?, en esa familia nadie lee.

Y además, ¿qué será de las hijas de esta mujer, que en seis años vivieron con todo de tipo de comodidades, con vestidos de diseñador, cenas en restaurantes de Beverly Hills, viajes en el avión presidencial? ¿Cómo es posible que desde diciembre, así de sopetón, les hayan quitado todas esas pequeñas prebendas? ¿Y los estudios en universidades caras? ¿Y sus carreras en Hollywood? ¿Y el maquillista que les cobraba mil dólares por sesión? Ay, no, eso me tiene sin poder dormir. Pobrecitas.

Ustedes son testigos de que hace poco la Gaviota fue captada en el aeropuerto de Los Angeles lista para abordar un avión que no era el presidencial. La pobre tuvo que hacer fila y esperar su turno para subir, como si fuera una pelusa cualquiera. Díganme si eso no es una injusticia. No crean que la gorra y los lentes para sol que usaba era para taparse el rostro y que no la reconocieran, no. Era porque, ustedes saben, las luces de los aeropuertos son muy intensas y dañan las pupilas y el cutis. Hay que tomar esas precauciones.

El expresidente mexicano ya se pasea con una chica mucho más joven./Reforma

Se acabaron también los aventones de manos en público. ¿Han visto el video en el que Melania, muy discretamente, rehuye que la tome de la mano el hombre naranja? Pues los de Peña Nieto y la Gaviota no son nada discretos, pero nada. A cielo abierto lo hicieron una y otra vez, aquí y en China, y donde les daba la pataleta. Sí, muy pero muy patético.

Y por si fuera poco, mientras acá en Estados Unidos los que declararon contra el Chapo Guzmán dicen que le dieron millones de dólares a Peña Nieto para sobornarlo, hay rumores de que este expresidente ya se pasea con una chica mucho más joven que él. ¡Háganme el favor!

¿Les parecen pocas las razones para que esté triste? ¿Verdad que no? Pero no se preocupen, que este cuento, pero ahora de terror, está por comenzar. De mí se acordarán.

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